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¿Quién fue el Dr. Fabio Castillo Figueroa?

*Francisco Melgar Brizuela

El 20 de octubre de 2017 el Honorable Consejo Superior Universitario de la UES denominó, por unanimidad de sus miembros, el Campus Central de esta institución con el nombre del Dr. Fabio Castillo Figueroa; sin embargo, muchos jóvenes universitarios se preguntan acerca de los méritos que tuvo este doctor para recibir tal distinción.

En el marco del 177 aniversario de la fundación de la Universidad de El Salvador (16 de febrero de 1841) considero conveniente escribir unas cuantas líneas acerca de este hijo meritísimo de nuestro país, considerado por algunos analistas como el más grande luchador por la ciencia y la cultura en la historia de la Patria.

Fabio Castillo nació en San Salvador el 10 de marzo de 1921. Desde muy joven se interesó en contribuir a la solución de los principales problemas que aquejan a nuestro pueblo: la agricultura, la educación, la salud, la vivienda y la injusta distribución de la riqueza. En este aniversario nos enfocaremos en el aporte de Fabio Castillo a la educación superior. Se graduó de médico de la UES en julio de 1947. Fue director de médicos residentes del Hospital Rosales de 1948 a 1949.

Realizó estudios de Fisiología en la Universidad Cantonal de Ginebra de 1949 a 1951. Antes de emprender este viaje de estudios ya Fabio había comprendido “el alto grado de ignorancia en el campo de las ciencias básicas de la medicina” en nuestro país. Esto lo indujo a realizar estudios de posgrado en las áreas de fisiología, bioquímica, física y matemáticas. Además, Fabio se esforzó por adquirir conocimientos sociales, políticos y culturales, estos elementos generalmente no se estudian en las carreras de medicina, por lo que puede decirse que él fue autodidacta en estas disciplinas. Se interesó por estudiar la historia de El Salvador, la historia de las ciencias en nuestra universidad y, en particular, la historia de la Facultad de Medicina.

Durante su permanencia en Suiza también se dedicó a observar y analizar el sistema educativo y la estructura social y económica de dicha república. De esta manera Fabio llegó a comprender, en toda su magnitud, el papel que desempeña la educación en la conformación y la transformación de las sociedades.

Debido a la difícil situación de la postguerra en Europa él decidió viajar a Estados Unidos en 1951 para continuar su especialización. Dado su excelente rendimiento académico sus mismos profesores le ayudaron a conseguir una beca para estudiar en la Universidad de Pennsylvania, Filadelfia.

Interrumpió temporalmente sus estudios para dedicarse a una causa noble, desempeñando el cargo de subdirector del Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP). Su gran capacidad de observación y análisis le permitió comprender la enorme injusticia que viven nuestros pueblos, la opresión de las razas indígenas, las causas y las consecuencias de la mala calidad de la educación. Comprendió también la necesidad de emprender la reforma agraria como el cimiento de la transformación revolucionaria de El Salvador y Centroamérica.

Las causas de la injusta estructura social y económica que sufren nuestros pueblos fueron genialmente sintetizadas por Fabio en el atraso educativo y la escandalosa concentración de la propiedad agraria en pocas manos.

Su estancia de 14 meses en Guatemala, que coincidió con el período revolucionario del presidente Jacobo Arbenz, le sirvió a Fabio para fortalecer la convicción que ya tenía de entregar su vida a la consecución de los objetivos de transformar nuestros pueblos mediante la educación y la lucha revolucionaria; sin embargo, él consideró necesario regresar a la Universidad de Pennsylvania para completar su doctorado en Fisiología.

Fabio pudo haberse quedado como profesor titular o como investigador en dicha universidad. Ofertas no le faltaron; sin embargo, tomó la decisión de regresar a El Salvador en 1954 con el propósito de contribuir a elevar el nivel de los estudios de medicina que él consideraba de muy mala calidad. Trabajó la segunda mitad de ese año sin recibir salario y en enero de 1955 el decano le sugirió que mejor se retirara porque la facultad no tenía recursos para su contratación. Fabio tenía ofertas de trabajo en varios países de Centroamérica y Suramérica pero soportó con estoicismo esos momentos difíciles que le había ocasionado la estrechez de mente de un decano que no podía soportar su pequeñez ante la estatura científica que para ese año ya Fabio había alcanzado.

Superada esta etapa, Fabio fundó el Departamento de Fisiología y fue su primer director. Desde esta posición colaboró grandemente a mejorar los estudios de las ciencias básicas en la Facultad de Medicina. Sus esfuerzos y su tenacidad le valieron para obtener el apoyo institucional que necesitaba para realizar sus objetivos. Convocó a científicos de varias partes del mundo: Costa Rica, Venezuela, Estados Unidos, Argentina y España que junto a otros destacados médicos salvadoreños constituyeron un equipo de trabajo que construyó un sistema educativo con una pedagogía propia, fundamentado en principios modernos adaptados a la realidad salvadoreña.

La falta de recursos nunca fue un impedimento para Fabio. Estos los obtuvo de muy variadas fuentes nacionales e internacionales. En la época de la Reforma Universitaria (1963-1968) la Facultad de Medicina de la UES se posicionaba entre las tres mejores universidades de Latinoamérica. La formación académica de Fabio, adquirida en varias universidades y en diferentes áreas del conocimiento científico le permitió plantear la hipótesis que los jóvenes estudiantes de nuestro país podían competir al más alto nivel científico, con los mejores estudiantes del mundo, toda vez que contaran con los recursos necesarios. Inteligencia no les falta.

En el término de cinco años, las iniciativas de Fabio habían logrado muchos éxitos y su figura como médico, educador y científico había alcanzado un alto reconocimiento. Debido a ello fue convocado en octubre de 1960 a formar parte de la Presidencia de la República como miembro de la Junta Revolucionaria de Gobierno (JRG). Asumió el Ministerio de Educación.

A partir de este momento Fabio comenzó a anidar en su pensamiento la más grande ilusión de su vida, la de construir una sociedad educada. En muchas ocasiones manifestó que la mayor riqueza de una nación es la educación de su pueblo. Lamentablemente la JRG solo duró tres meses en el poder, pues un golpe militar encabezado por el coronel Julio Rivera terminó con el proyecto revolucionario de la misma; sin embargo, los ideales y los proyectos educativos de Fabio quedaron grabados con tinta indeleble en la memoria histórica de nuestro país y continúan vigentes en el imaginario de los mejores hijos de la UES.

Los militares lo obligaron a que saliera del país. Pasó su exilio trabajando como investigador en la Universidad de California pero nunca abandonó su propósito de impulsar una transformación del sistema educativo de nuestro país.

A su regreso asumió la rectoría de la UES para el período 1963-1967. Desde esta posición impulsó la Reforma Universitaria más vigorosa del siglo XX en América Latina. Comprendiendo la importancia de desarrollar las Ciencias Naturales, la Matemática y las Ciencias Sociales creó, entre 1963 y 1964, los departamentos de Biología, Física, Matemáticas y Química, los cuales posteriormente integraron el Instituto de Ciencias Naturales y Matemáticas adscrito a la rectoría. A finales de 1969 se fundó la Facultad de Ciencias y Humanidades, constituida por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades y el Instituto de Ciencias Naturales y Matemáticas. Fabio fue el primer decano de la nueva facultad.

El 19 de julio de 1972 la intervención militar ordenada por el Gobierno del coronel Armando Molina echó por los suelos el gran desarrollo científico y cultural que había alcanzado la UES. Fabio se exilió en Costa Rica donde fue rector de la Universidad de la Paz, un proyecto de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En 1991 regresó al país y asumió por segunda vez la rectoría de la UES. En el lapso de tres meses ya había fundado la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas, que junto con la Facultad de Ciencias y Humanidades consideraba como los pilares científicos de todas las carreras de la UES.

Por sus cuantiosos méritos Fabio recibió muchas distinciones, entre ellas el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Notre Dame (Indiana, EE.UU.) en 1995, el de “Educador Meritísimo” por parte de la Asamblea Legislativa en 2004, Hijo Meritísimo de San Salvador por parte de la alcaldía capitalina en 2006, el Doctorado Honoris Causa por parte de la UES en 2008. El Dr. Fabio Castillo Figueroa falleció el 4 de noviembre de 2012, pero su legado es imperecedero. Sus valores, sus principios, sus ideales, sus aportes y sus luchas deben ser conocidos por todos los jóvenes universitarios. Él seguirá siendo un modelo para la juventud salvadoreña, considerado como el mejor rector en toda la historia de nuestra alma mater. HONOR A QUIEN HONOR MERECE.

*Docente de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas,

Universidad de El Salvador.

Ciudad Universitaria “Dr. Fabio Castillo Figueroa”, 12 de febrero de 2012.

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