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Poemas de Erick Tomasino

San Salvador, ask remedy El Salvador. 17 de agosto de 1982. Escritor. Fue miembro del equipo editorial de la revista “El Gallo Maíz”. Ha publicado “Reverso del Arcoíris”, “La llaga desnuda”, entre otros

 

MIENTRAS TANTO

En estos casos se sufre en los suburbios

los hijos de la guerra que fuimos desvanecidos por pactos

engavetados como malos recuerdos

lo llevamos cual marca indeleble en el gris bautizo.

Caer en el juego de la autodefensiva

asumiendo

que todos los reflejos son más peligrosos

que profanar verdades.

Es decir (cantando)

ya sólo nos toca

jugarnos la vida

con la vida misma.

Tejer enmarañado hasta el cariño

mientras rebotan las acciones de la mano invisible

que hala el gatillo de la tragedia

y sonríe atragantado de billetes.

-Si fuera para los que están ocultos en sus atalayas

al otro lado

sería persecución política-

me explicaba el confesor de oficio

en quien tampoco creo.

Porque es difícil entender el entorno

cuando se transita con la angustia

y las ovaciones asesinas exigen tu cabeza.

(Yo no maté

pero soy nominado a la pena de muerte).

Todo lo descubrí esta mañana

en que leí tu última carta

mientras nos trasladan

deshumanizados y desnudos

frente a las cámaras de la tevé.

 

COSAS POR 

DECIR NOMÁS

Oye nena

anoche oí ladrar al palabrero

de la empresa privada,

decía:

“todo va de mal en peor”

y en la redacción le aplaudieron.

El filósofo de la canción apocalíptica

sollozaba

“todo está perdido”

y los ratings subieron

como la espuma de la cerveza en vaso plástico.

Nena

en tanto me lanzabas un piropo al aire

como dardo anestésico

me hiciste sentir tranquilo

mientras aletargados

mirando una serie sobre catástrofes nucleares,

nos quedamos dormidos.

Porque sabes que temo ir a los cines

si en la taquilla un tipo me mira con cara de asesino

sexy y millonario

mientras en las calles sudamos el horror de la muerte.

Luego la señora de la iglesia profetizaba

sobre la escasez de la moral

y los niños perdidos en cielos cristalinos

mientras el jefe mayor

dejando regados espermas ajenos

pagaba la fianza del silencio.

A media noche, con la tele escupiendo

despertamos con el único temor

de quedarnos

sin aliento

pero no temas

que somos de un país que cuando dormimos

no tememos al sueño

sino al peligro ojeroso

de quedarnos asfixiados debajo de una sábana.

 

ANOCHE VIMOS UNA PELÍCULA POTENCIALMENTE DISTINTA

Se trataba de una bomba nuclear de fabricación rusa

pudo haber sido iraní

o gringa

que -éstas últimas-

son potencial, virtual

y realmente

más peligrosas.

El héroe era un joven gringo de ojos azules

un vaquero de anchas mandíbulas

sabía pilotar aviones,

lanzarse a un tren en llamas

y acribillar sin escrúpulos

a potenciales enemigos

que solían ser negros y latinos.

Salvó a un niño a punto de caer en una dimensión desconocida

a la chica la salvó de tropezar con los rieles de un tren

cuando la perseguían unos presuntos zombis

ella, en agradecimiento

-implacablemente rubia

sin despeinarse en toda la película-

le dio un apasionado beso

justo bajo la bandera que se erguía noble

al ritmo del himno nacional.

Su presidente lo llamaba

para felicitarle por su heroísmo

mientras pedía a la nación

elevar plegarias a su dios salivoso

de verdes sonrisas.

Pero al final la bomba estallaba

y no había problema

sólo habrían muerto

los colaterales que siempre aparecen

en los suburbios

como extras desperdicios.

Mientras tanto

los agentes del crimen

ordenaron acabar con el universo

del que sólo se salvaban

los verdaderos y blancos patriotas.

Anoche vimos una película potencialmente diferente

pero fue una estafa

así que

aun temblando del asco

salimos del cine.

Preferimos el olor nauseabundo de las calles.

 

EL TRABAJO

Sabes que el trabajo es placentero

cuando después de la faena terminas

cansado y feliz

como después de un partido de fútbol

o de una buena cogida.

Ver también

«Orquídea». Fotografía de Gabriel Quintanilla. Suplemento Cultural TresMil, 20 abril 2024.