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Alma Vilches
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En la misa celebrada en la Cripta de Catedral Metropolitana, este domingo 22 de junio, se recordó el mensaje que Monseñor Oascar Arnulfo Romero dio a los profesores: ser fieles a su vocación de educadores y constructores de libertad, ya que el ejemplo de maestro es Jesús, el Divino Maestro, el modelo de perfección.
María Teresa Alfaro, integrante de la Comunidad de la Cripta de Monseñor Romero, dijo que en ese momento el obispo mártir expresó a los maestros que ejercen su misión al servicio de un pueblo profundamente cristiano, por ello, les invitó a fijar su mirada en Jesús, el Divino Maestro, de él aprendamos a no devolver mal por mal, a no responder a la violencia con más violencia, sino con amor y perdón.
“Monseñor Romero manifestó que la educación es concebida como un proceso por el cual se incorpora el individuo de forma crítica y como agente de cambio en la construcción de una sociedad más justa”, dijo Alfaro.
“Esto supone formar salvadoreños no conformistas, trabajadores, realistas, responsables y creativos de los procesos sociales y económicos, que actúen a favor de la superación de las diferencias de intereses prevalecientes en la sociedad”, agregó.
El entonces arzobispo de San Salvador, hoy San Romero, indicó que si algún maestro no cumple con su noble misión o es culpable de faltas graves, la Constitución y leyes establecen maneras de proceder acordes con la dignidad humana, pero, también es de justicia que las autoridades competentes investiguen a fondo los atropellos que se están cometiendo contra los maestros, para sancionar a los responsables y garantizar el respeto a los derechos del magisterio.
Asimismo, consideró que Jesús enseña a descubrirlo y servirle en todo hombre, especialmente en los más pequeños y quienes sufren, él muestra en su vida cómo cumplir hasta las últimas consecuencias una misión y cómo se enseñan los más nobles ideales más con el testimonio personal que con las palabras.
“La educación debe humanizar y personalizar al hombre, integrarse al proceso social, ejercer una función crítica y convertir al educando en sujeto, no sólo de su propio desarrollo, sino también al servicio del desarrollo de la comunidad”, manifestó San Romero en su homilía del 21 de junio de 1979.
Al momento de la procesión de ofrendas, la Comunidad de la Cripta presentó la frase “Enseña como el maestro Jesús, simbolizando que el Señor ofrece las técnicas didácticas-pedagógicas de la realidad, que rompe las cadenas de la ignorancia e instalen una enseñanza libertadora.
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