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Migrantes, Rostros y Sueños…

German Rosa, s.j.

Los rostros de los migrantes son una muestra de la pluralidad de todas las culturas en nuestro mundo globalizado y fragmentado. La migración se incrementa y los migrantes tienen rostros de todas las naciones del mundo.

Vivimos un proceso creciente de urbanización y la tendencia global es abandonar el campo y movilizarse a los centros urbanos donde se pueden hacer realidad sueños, esperanzas, proyectos, etc. En 2016, más del 54.5% del total de los habitantes del planeta vivía en las zonas urbanas y este fenómeno seguirá en aumento cada año. Este desplazamiento de personas hacia las ciudades está propiciando un aumento de la urbanización, convirtiendo el mundo en un crisol de culturas y cada vez más pluriétnico. Un ejemplo de esto es lo que ocurre en las grandes megalópolis como: Sydney, Londres y Nueva York, donde los migrantes representan más de una tercera parte de la población; y, en ciertas ciudades como Bruselas y Dubai, constituyen más de la mitad de la población (Crf. Organización Internacional para las Migraciones (OIM). 2015. Informes sobre las Migraciones en el Mundo 2015. Francia: Imprimerie Courand et Associés, p. 1). Analicemos algunos aspectos relativos a las migraciones en la actualidad.

1) Los migrantes continuarán su éxodo en busca del sueño de una vida más digna

La migración es un fenómeno que ha ido creciendo constantemente. Se explica en parte por la necesidad de encontrar empleo, nuevas oportunidades, y ahora está creciendo porque se han incrementado las amenazas directas de la violencia, los conflictos bélicos o los desastres naturales. A comienzos del año 2015 se estimaba que en el mundo había 244 millones de migrantes internacionales (Cfr. http://www.un.org/spanish/News/story.asp?NewsID=34205#.WVizb4TyhhE).

Se observa que la migración es un fenómeno que continuará su tendencia ascendente, dadas las causas o los factores que la provocan. Según las fuentes de ACNUR: “El informe Tendencias Globales remarcó que en el 2016, en promedio 20 personas por minuto, se vieron obligadas a huir de sus hogares y buscar protección en otro lugar, ya sea dentro de las fronteras de su país o en otros países. Unos 10,3 millones de personas se convirtieron en nuevos desplazados por los conflictos o a la persecución en 2016. Entre ellos había 6,9 millones de personas desplazadas dentro de las fronteras de sus países y 3,4 millones de nuevos refugiados. De los 65,6 millones de personas desplazadas forzadamente hasta el 31 de diciembre de 2016, 22,5 millones eran refugiados (17,2 millones bajo el mandato del ACNUR y 5,3 millones registrados por el UNRWA), 40,3 millones desplazados internos y 2,8 millones solicitantes de asilo. Además, ACNUR calcula que al menos 10 millones de personas eran apátridas a finales de 2016. Sin embargo, los datos recabados por los gobiernos y comunicados a ACNUR se limitaban a 3,2 millones de apátridas en 75 países” (http://www.acnur.org/recursos/estadisticas/).

Hay una concentración de millones de personas desplazadas en los siguiente países: Siria (12 MM); Colombia (7.7 MM); Afganistán (4.7 MM); Irak (4.2 MM); Sudán del Sur (3.3 MM); El Congo (2.9 MM); Nigeria (2.5 MM) (Cfr. http://www.elpais.com.co/colombia/despues-de-siria-colombia-es-el-segundo-pais-con-mayor-numero-de-desplazados.html).

Cuando no se tienen posibilidades de encontrar un lugar social para vivir dignamente o se siente la vida amenazada, se buscan los centros urbanos con mayor desarrollo económico y social. No es casualidad que en el planeta existan centros urbanos que atraen la migración. Alrededor del 50% de los migrantes internacionales reside en diez países altamente urbanizados y de ingresos altos, es decir: Australia, Canadá y los Estados Unidos de América, varios países de Europa (Alemania, España, Francia y el Reino Unido), Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y la Federación de Rusia (DAES, Naciones Unidas, 2013).

La mayor parte de la migración internacional ha ingresado a los países destinos con una visa temporal, luego permanecen más tiempo de lo que esta indicaba. La mayor parte de los migrantes no atraviesan las fronteras por un camino irregular o saltando muros.

Las migraciones internas constituyen la mayor parte de la movilización de poblaciones.

Hay un estimado de 40 millones de personas desplazadas que se concentran en cinco países: Irak, Sudán del Sur, Siria, Congo y Nigeria.

2) La migración se ha convertido en una estrategia de sobrevivencia

El número de migrantes internos en todo el mundo es de aproximadamente 740 millones, es decir, el triple del número de migrantes internacionales. La migración es la estrategia de los hogares de bajos recursos para enfrentar el problema de la pobreza y de la exclusión social, porque se convierte en la única manera que se tiene para incorporarse en el mercado laboral, tener un ingreso, minimizar los riesgos de subsistencia e incluso adquirir capital para inversiones. Las remesas son recursos fundamentales de las estrategias de las familias para superar las limitaciones del desarrollo local. No en vano las remesas se contabilizan en nuestros países como una de las principales fuentes de financiamiento en las economías nacionales. Esto no ocurre solo en América Latina, sino también en África (Nigeria, Rwanda, Sudáfrica, Uganda) y Asia (Bangladesh, Viet Nam, China), en donde hay una corriente de remesas internas destinadas a un gran número de familias, principalmente de las zonas rurales pobres, que contribuyen a mejorar el nivel de vida y el bienestar general de las familias beneficiarias.

Incluso en países como China, se hace sentir el impacto económico de las remesas. Las provincias chinas de Fujian, Jiangsu, Zhejiang y Guangdong, de la región sudoriental, se beneficiaron grandemente de las remesas e inversiones de los migrantes chinos en el extranjero en los decenios de 1970 y 1980, durante la primera etapa de desarrollo empresarial de los poblados y ciudades. En la provincia de Guizhou a comienzos de 2000, aproximadamente entre el 73% y el 82% de las migrantes habían enviado remesas a sus lugares de origen en el año, aportando hasta el 30% del total de los ingresos de sus familias. Las remesas de los migrantes internos chinos suelen representar 160,000 millones de yuanes anuales (Zhu, 2014) (Crf. OIM, 2015, pp. 139-140). Si queremos tener una idea de la cantidad de yuanes chinos convertidos al dólar americano, la equivalencia a la fecha del 07/07/2017 es: 1 CNY = 0,14704 USD.

Si hacemos la conversión de los 160,000 millones de yuanes chinos a US$, esto equivaldría a US$23,526.4 millones (veintitrés mil quinientos veintiséis millones de dólares estadounidenses y cuarenta centavos).

Las remesas, producto del trabajo de los migrantes, tienen un efecto multiplicador que beneficia a las familias pobres porque pueden reembolsar más rápidamente sus deudas, comer con más regularidad, invertir más en la educación, la salud, la agricultura y la vivienda, y conseguir préstamos cuantiosos, en caso necesario. Sin embargo, todo eso tiene un costo, ya que la migración aumenta el riesgo de lesiones y la exposición a las enfermedades y otros peligros, además de las repercusiones negativas de la separación prolongada de las familias.

El impacto de las remesas de los migrantes en las economías de los países en América Latina es enorme: “los flujos de remesas que recibe la región de América Latina y el Caribe (ALC), superaron sus valores históricos, al alcanzar los 65,657 millones de dólares estadounidenses (dólares), con una tasa de crecimiento con respecto al año anterior del 5.9%, la mayor registrada en los últimos cuatro años” (http://www.cemla.org/PDF/remesaseinclusion/2016-11-acelerandoremesas.pdf). Por esta razón se convierten en una fuente de financiamiento externo determinante para nuestras economías nacionales. Es evidente que si esto aportan a la economía de los países latinoamericanos, ¡cuánto más aportarán a la economía y el desarrollo de los Estados Unidos!, o bien, a otros países en donde residen los migrantes.

3) La realidad compleja de la migración exige políticas adecuadas que respeten los derechos humanos

La realidad universal de las migraciones es compleja y no se aborda construyendo muros como se está haciendo en algunos países situados en cuatro de los cinco continentes del mundo (Cfr. http://www.elperiodico.com/es/noticias/internacional/asi-son-los-muros-fronterizos-extendidos-por-todo-mundo-5850109). Las migraciones masivas requieren verdaderas políticas que resuelvan las causas que las han provocado, y cuando los migrantes ya están instalados in situ, las políticas represivas reproducen el efecto del rebote. Es decir, hay un sin número de migrantes que son deportados que intentan volver al lugar de dónde han sido deportados, y continuarán intentando cruzar las fronteras porque sus necesidades se imponen y buscan volver al re-encuentro con sus familiares, tener un empleo o mejores oportunidades, etc.

Las políticas migratorias globales no pueden pasar por alto que cuando hay familias integradas, personas con raíces en los países destinos hacia dónde han migrado, son imprescindibles las políticas de integración, de promoción de la interculturalidad y también de hospitalidad.

Desde la fe cristiana se plantea el gran desafío de un acompañamiento humanitario y de promoción de la justicia a las familias migrantes, realizando un trabajo integrado con una perspectiva ecuménica que articule esfuerzos con grupos cristianos de distintas Iglesias, y con personas que practican otras confesiones de fe sobre la base de un respeto a los derechos humanos y un reconocimiento de la diversidad y la pluralidad cultural.

En realidad se están haciendo esfuerzos para afrontar el tema de la migración y de los refugiados. El 19 de septiembre de 2016, los 193 estados miembros de las Naciones Unidas adoptaron de manera unánime la Declaración de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes, reconociendo que un abordaje comprensivo y una cooperación ampliada a nivel global son necesarios para afrontar uno de los temas más importantes en el mundo. Se está buscando el fortalecimiento de la gobernanza mundial de la migración mediante el desarrollo de un Pacto Mundial hacia una migración segura, ordenada y regulada (Cfr. https://www.iom.int/sites/default/files/our_work/ODG/GCM/NY_Declaration_SP.pdf).

Nuestra gente seguirá migrando y se necesitan políticas migratorias adecuadas que respeten los derechos humanos y que respondan a los problemas reales de los migrantes.

Cuando no se tiene un techo seguro, empleo, una vida digna; cuando se vive en medio de los conflictos bélicos; cuando se está amenazado por las pandillas, las extorsiones o cuando se tiene que optar entre las posibilidades de participar de actividades delincuenciales o migrar, muchos optan por la migración como la única alternativa cuando se vive entre la espada y la pared. Todo migrante tiene un sueño. Y muchos de los migrantes ven que su único futuro está en otro país, y muchos migrantes provenientes de América Latina por esta razón buscan alcanzar el sueño americano. Muchos migrantes están dispuestos a correr los riesgos de esta peligrosa aventura en su viaje hacia el norte. Prefieren arriesgar su vida en este viaje hacia el norte que quedarse esperando de brazos cruzados para que se complique su situación y no exista ninguna posibilidad de salir de su miseria.

Lamentablemente los migrantes seguirán asumiendo su condición y vivirán siempre los obstáculos, los dramas y las tragedias durante esta gran aventura en que se embargan para lograr el sueño de una vida digna, humana, segura y con un horizonte diferente. Mientras los migrantes tengan este sueño y las esperanzas por lograrlo, estarán dispuestos a desafiar los mares, los desiertos, los ríos, las montañas, el hambre, la inseguridad, las extorsiones, los maltratos, los muros, etc., en esta gran peregrinación y el vía crucis para encontrar un lugar dónde se sientan a gusto. Sus esperanzas consisten en conquistar una pequeña parcela de la tierra de sus sueños, que se convierte en la promesa de la tierra de donde mana la vida, la salud, el trabajo, la seguridad, etc. Es decir, la tierra de donde mana la dignidad humana…Ningún obstáculo podrá detener el deseo y la voluntad de los migrantes para conseguir esta parcela que la viven como la tierra prometida que ellos sueñan, y porque sus sueños son más grandes y más fuertes que sus temores, están dispuestos a pagar el precio para lograrlos. Los migrantes desde su condición tan vulnerable constituyen uno de los grupos humanos que tienen paradójicamente una de las reservas más grandes de esperanza en un mundo donde hay una gran deficiencia de sueños y de capacidad utópica, y estas esperanzas se convierte en un verdadero manantial.

Los obstáculos, las redes de tráfico de personas y las injusticias que padecen los migrantes en la conquista de una vida más digna son realmente deplorables. De esto dialogaremos en una próxima reflexión.

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