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LAS INTERJECCIONES TIENEN ORTOGRAFÍA

Josefina Pineda de Márquez

Maestra normalista

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OJALÁ ES UNA INTERJECCIÓN que expresa el deseo de que se realice algo y equivale a: “Quiera Dios”. También es una invocación.

Expresa un deseo. La palabra OJALÁ es probable de origen árabe por que sabemos que ALÁ es el Dios para el mundo árabe. Desde niños pedimos a Dios que nos haga un favor. ¡Oh, Alá! – ¡Ojalá!

En las llamadas redes sociales se cuelen un montón de faltas de ortografía.

A muchos nos preocupa que el idioma se descomponga, se vulgarice, se vuelva inentendible por esos mensajes de los usuarios.

Y también dan lugar a expresiones insultantes, groseras, amparados en el anonimato.

La palabra OJALÁ así sin ninguna h (Hache) es correcta y… quizá por la emoción alguien expresó por escrito lo siguiente: “Este triunfo ojalá no sea un salto al vacío”. Se refería, por supuesto al triunfo de Nayib Bukele en nuestras recientes elecciones de presidente.

Las interjecciones suelen llevar signos de exclamación o de admiración. Pero las vemos muchas veces sin tales signos sin que se altere el significado de la expresión,

Bastantes palabras pueden servir de interjecciones: ¡Bravo!

¡Viva!, ¡Arriba! ¡Hola! Etc.

Cualquier palabra o expresión corta puede ser una interjección.

––¡Que le vaya bien! ¡No es para tanto! ¡Por mi madre que sí!

Los signos de admiración y los de interrogación le dan movimiento, acción, pasión a nuestros mensajes escritos. Pero debemos saber su ortografía.

En español los signos de admiración y los de interrogación son dos, el de abrir y el de cerrar. Es un error ortográfico no poner el signo de abrir. Los teclados de las máquinas de escribir hay que pedirlas o comprarlas con el tablero del idioma Español. Los inteligentes somos nosotros, las máquinas son “eso” un artificio aprovechable pero no puede sustituir nuestra inteligencia.

¡LEAMOS POESÍA!

Lo fatal.    Rubén Darío.

Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,

y más la piedra dura porque esa ya no siente,

pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,

ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,

Y el temor de haber sido y un futuro terror…

Y el espanto seguro de estar mañana muerto,

y sufrir por la vida y por la sombra y por…

Lo que no conocemos y apenas sospechamos,

y la carne que tienta con sus frescos racimos,

y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

Y no saber adónde vamos,

Ni de dónde venimos.

Hasta pronto

Ver también

«Orquídea». Fotografía de Gabriel Quintanilla. Suplemento Cultural TresMil, 20 abril 2024.