Por Mauricio Vallejo Márquez
Bitácora
La poesía y la ciencia son hermanas. Para muchos esto sería impensable, pues una muestra la libertad y la otra los límites. La poesía procura mostrarnos el mundo, lo analiza desde la estética, indaga las formas para resaltarlas y hacerlas deseables para los observadores. No se pregunta el porqué de las cosas o la razón de su existencia, sino que muestra la percepción que tiene el poeta. Además este crea mundos dentro del mundo. No se conforma con lo ya existente sino que esboza una forma diferente de apreciar su creación originada de una creación mayor: la vida.
En cambio la ciencia explica los sucesos del universo e intenta mostrar el origen de cada objeto en él, no siempre con resultados exactos, pero si cercanos. Por ejemplo la teoría de la creación científica conocida como el big bang no es un suceso comprobado, pero la teoría es creída por fe, al igual que muchas otras como la evolución de Darwin que asegura que provenimos de un primate común los hombres y los simios.
La ciencia también puede crear algo nuevo partiendo de lo ya existente. La idea del avión nació al observar los pájaros volar, la construcción del automóvil surgió de ver los caballos correr y así podríamos enumerar tantas cosas más como las teorías y trabajos de Einstein, de Spencer, incluso de Bill Gates. Todas parten de la observación, la práctica y el error.
Tanto la ciencia como la poesía, tienen por objeto el mundo y sus componentes. Sólo que una lo muestra y la otra lo racionaliza.
Para Karl Popper la poesía y la ciencia tienen se originan del mito. Considera que las dos intenta intentan explicarnos el mundo. La primera nos muestra el vigor del ritmo, la lucidez de las imágenes, la belleza de la palabra y la sinestesia que surge de la mente del autor; la otra en cambio se pregunta el porqué del mito, si es verdadero o falso convirtiéndolo en un objeto de estudio. El mito es algo que puede o no ser cierto. Pero en el subconsciente nos sugiere que es verdadero y es allí donde trabajan las dos hermanas.
Cuando hablamos de poesía utilizamos los modelos de poética griega que se refiere a los diferentes géneros literarios y a la música.
Los componentes que utilizan la poesía y la música como materia prima se encuentran en el mundo. La complejidad de sus formas, colores, sonidos son copiados por el artista para realizar sus composiciones. Kepler compara el universo con una sinfonía: “Y que es el más dulce sentido de la dicha alcanzada por la música el eco de Dios”, refiere.
La matemática y la poesía tienen el mismo tipo de trabajo. Un poeta labora con tesón para obtener el ritmo: cuenta sílabas, borra palabras, cambia frases hasta obtener la musicalidad que pretende. El matemático se ejercita, borra, vuelve a intentar hasta que obtiene el resultado que se espera. Ambas disciplinas requieren de cálculo y ejercicio. Si no se tienen ambas entonces no se logran obtener resultados positivos.
La ciencia y la poesía tienen más semejanzas de las que imaginamos. Y ambas sirven para darle sentido a la existencia del hombre.
Mtro. Mauricio Vallejo Márquez
Licenciado en Ciencias Jurídicas
Maestro en Docencia Universitaria
Escritor y editor
Coordinador Suplemento Cultural 3000