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La crítica en la TVE

Carlos Burgos

Fundador

Televisión educativa

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A inicios de la década de los años 70 se habían incorporado a la TVE algunos empleados que desconocían las técnicas de televisión y no se les había entrenado. Una de ellas participaba en las sesiones de crítica. Se manejó la idea de que no sabiendo de televisión iba a opinar libremente. Pero esa persona se descosía hablando necedades y  no se daba por enterada de las aclaraciones e ilustraciones sobre lo que desconocía, diagnosis a pesar que era académica.

Entonces exigimos dejar claro que la crítica debe servir para apreciar, ponderar razonablemente las bondades o descubrir los defectos de una obra, en este caso de una teleclase. Y de ninguna manera confundir la crítica con la censura que se concreta a destacar defectos y no se valora los méritos, ni mucho menos compararla con la invectiva que se manifiesta en personalismos, agresividad o injurias para los autores de la obra.

La crítica debe ser propositiva. Criticar es fácil, ser propositivo es difícil. Quien critica tiene que ser especialista en  el área que critica, de lo contario será hablantin sin credibilidad. Y no debe conformarse con decir yo sé, debe demostrar que sabe.

Al personal de producción de TVE se le enseñaba desde su ingreso y en el entrenamiento, que la crítica es una necesidad y que saber recibirla es una cualidad indispensable para trabajar en el medio televisivo. La condición sine qua non es que debe ser propositiva.

Si se nos invita a una sesión para realizar una crítica debemos hacer una apreciación que aquilata, pondera, juzga, la obra. Estar libre de emociones, que estas no interfieran para actuar con sinceridad que es la base de la imparcialidad. Se tendrá que poner en juego la capacidad analítica, de interpretación, de comprensión, de orientación. Esta labor tiene que ser creadora y de esta manera el crítico podrá desenvolverse artísticamente para sopesar la obra criticada.

En muchos casos habrá que utilizar una guía bien estructurada para recoger la información, la cual se puede elaborar según el plan de crítica. En el área pedagógica, analizar si se lograron los objetivos cognoscitivos, psicomotores y afectivos, lo mismo que la calidad de los materiales didácticos y si fueron utilizados oportunamente. En el área televisiva, observar si la iluminación fue la correcta, si la dicción del telemaestro fue audible y sus explicaciones fueron claras, con un alto nivel de comunicación. En cuanto a la realización, preguntarse ¿se hicieron las tomas adecuadas y en la secuencia requerida?, ¿el ritmo de la teleclase fue el correcto?, ¿fueron la música y los efectos sonoros los necesarios?, y otros componentes técnicos televisivos.

Si alguien deseaba ser crítico de TVE, entonces debía reunir algunas condiciones como poseer conocimientos de técnicas de televisión en el área educativa, conocimientos sobre metodología y didácticas especiales, psicología, cultura general y más que todo deseo de ayudar a superar los defectos de la obra.

Siempre escuchábamos con atención y respeto las críticas que nos hacían algunas personas. Pero si notábamos que eran solo por hablar, sin fundamento, les hacíamos algunas preguntas tales como ¿por qué?, ¿cómo debió ser?, ¿qué propone? Quedaban paralizados sin responder. No era arrogancia de nuestra parte sino curiosidad por saber si comprendía lo que estaba criticando.

Debía ser norma que después de una sesión de crítica, los productores, presentadores, guionistas y demás participantes, quedaran con una inquietud a satisfacer, un entusiasmo por mejorar la obra, una motivación prolongada, y con el sano propósito de seguir adelante, sin frustraciones ni pesimismo. La crítica artística y científica bien lograda ayudaba a elevar la calidad de la obra.

Con frecuencia recurríamos a la autocrítica, pero teníamos que liberarnos del subjetivismo, para no ser benevolente con nuestro propio producto, teníamos que ser objetivos y así descubríamos cuánto más podíamos ser creativos. Y entonces reajustábamos el tiempo para pulir algunos teveprogramas. Sentíamos que nuestra autocrítica era más agradable y mejorábamos algunos detalles entre tensiones y sonrisas en el Estudio de TVE.

 

 

Ver también

«Orquídea». Fotografía de Gabriel Quintanilla. Suplemento Cultural TresMil, 20 abril 2024.