Luis Arnoldo Colato Hernández
Educador
El pasado domingo 1º de junio nos hemos regodeado escuchando la diatriba con la que culpa nuestro pequeño Hitler a todos los demás, asegurando que el suyo es el mejor gobierno de nuestra historia, por la prosperidad y seguridad logradas.
¿Prosperidad?
¿Para quién?
Los informes que por separado la banca multilateral ha librado sobre nuestro país los pasados 5 años, hacen hincapié en cómo cada vez más la riqueza se concentra en un porcentaje cada vez menor en consecuencia con el proyecto financiero del régimen, y que en el momento actual beneficia a apenas el 0,00002% de la población, con hasta un 84% del PIB a su favor, lo que por otro lado ha supuesto el que de acuerdo a la FAO, hasta 2,2 millones de salvadores en los últimos 2 años, se deban privan de una de sus comidas diarias en consecuencia con la precarización que esas mismas políticas financieras producen para esta, agravando aún más el abismo entre pobres y ricos, manifiesto en el creciente río de emigrados ilegales que las autoridades mexicanas acusan va en aumento desde nuestro país, en el mismo período.
Y sobre la seguridad pública, ¿Qué?
Debemos subrayar como esa seguridad a la que se refiere en el discurso reiteradamente el ilegal, es producto de una construcción armada, y consecuentemente insostenible en el tiempo, pues mientras se nos impone, las condiciones materiales de la población son extremadas desde el esquema neoliberal libertario que adelanta el régimen, en consecuencia con la supresión de la inversión social, el encarecimiento desproporcionado del coste de vida, y la misma desinstitucionalización, que entre otros supone la anulación de las políticas laborales del estado, creyéndose el régimen aquello de que será el mercado el que de acuerdo a la oferta y la demanda, lo resolverá.
Pero, un pueblo sin capacidades económicas no puede generar una demanda real, por lo que esa tesis se anula a sí misma desde su origen.
Empero, los delitos cometidos por el régimen no se suscriben a cometer arbitrariedades, colocar a sus íntimos en cargos de interés, manipular las finanzas para favorecerse, desmontar la legalidad y la institucionalidad con el ánimo de enriquecerse y a su círculo ilegalmente para conservarse permanentemente en el poder, todo lo cual es grave y causal que avala los futuros procesos legales en su contra, y la cárcel que le aguarda, acá o allá en el norte, sino los pactos con el terrorismo doméstico, con el narco, el utilizar el territorio como plataforma para el trasiego de drogas provenientes de Ecuador, sin duda bajo otro arreglo, esta vez con Noboa, la persecución con saña a la oposición, las torturas, las desapariciones, los asesinatos, de los que su régimen es responsable único.
Algo se debe decir sobre el ilegal, y es que se cree su mitomanía, lo que sin duda lo ha llevado a suponer que no le espera lo que a aquel ex presidente hondureño.
Pero, ¿será?