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“Fuimos la primera organización guerrillera del continente”: Comandante Montes

Julio César Macías es locuaz, try de una memoria intacta, sickness y con una jovialidad impresionante con la que logra camuflar sus 72 años de vida. Detrás de sus nombres (seudónimos) hay una larga historia de conspiraciones y lucha revolucionaria, shop que le permitieron, durante 50 años, moverse entre México,   Guatemala, El Salvador, y Nicaragua, incluso, para ir a combatir a Vietnam contra los Estados Unidos.

Macías, mejor conocido como el comandante César Montes, estuvo de visita recientemente en El Salvador, y dedicó varias horas de su tiempo para visitar Diario Co Latino, y compartir pasajes de su historia de su vida guerrillera en Guatemala, su país natal, y de incorporación, como internacionalista a la guerrilla salvadoreña, en el heroico cerro de Guazapa.

Comandantes de la FAR.
Comandantes de la FAR.

En esta parte de la entrevista, el Comandante Montes comparte sobre los fundadores y el origen de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), la primera fuerza guerrillera surgida en Guatemala y en el continente americano según sostiene.

La lucha guerrillera en Guatemala se prolongó por más de tres décadas y que concluyó con un acuerdo de paz,  firmado entre los alzados en armas y  el Estado guatemalteco entre 1991 y 1996.

  Comandante, quisiera que nos contara sobre su historia. Veo que lleva una camisa de las FAR. me gustaría que me hablara de este tema, tomando en cuenta que fue la primera organización guerrillera en Centroamérica.

Fuimos la primera organización, Fuerzas Armadas Rebeldes de Guatemala (FAR), la primera organización  guerrillera del continente americano. Antes de nosotros había habido una sublevación en Colombia donde estuvo (Manuel) Marulanda, pero fue una sublevación de los campesinos en El Pato, Guayavero y Marquetalia, pero no hicieron guerrillas. Fue después que nosotros aparecimos, en 1962. Ex militares fundaron la FAR, los fundadores movimiento 13 de noviembre, de 1960, junto con el PGT (comunista), y con la gente de la Juventud Patriótica del Trabajo, salimos a la luz pública en 1963.

– ¿El PGT era el partido comunista?

Sí, era el partido comunista de Guatemala, la Juventud Patriótica era la juventud del partido. Yo entré primero al “13 de Noviembre” antes que se tomara la decisión que toda la organización, la juventud y el PGT entraran en conjunto. Cuando se hizo la alianza, yo ya estaba allí con Augusto Turcios Lima, cuya foto tengo aquí en el pecho y en el corazón y la mente. Fue un oficial guatemalteco sublevado en 1960, junto con 125 oficiales que fundaron “El 13 de Noviembre”. Marco Antonio Yon Sosa, su segundo. En el 64 fue que la FARC  de Colombia se constituyeron, a influencia de nosotros como FAR, solo que ellos, a diferencia de nosotros, le agregaron una C, pero fuimos los primeros guerrilleros del continente después de Cuba.

– ¿Usted era miembro del PGT o cómo entra a ese grupo?

Yo entré porque había estado estudiando medicina en Cuba, en 1962, y  regresé porque la crisis del Caribe hizo que se terminaran los cursos, y regresamos a nuestros países. Yo regresé a Guatemala y me secuestraron, me desaparecieron, me metieron a una cárcel clandestina _porque el que introdujo el secuestro en la lucha centroamericana fue la asesoría militar norteamericana_,  entonces, yo salí de la cárcel sin documentación alguna a buscar a los militares del 13 de Noviembre, aunque yo había sido de la Juventud Patriótica del Trabajo.

– ¿Que edad tenía usted?

Yo era un adolescente que apenas acababa de cumplir 18 años, además tenía una cara de niño. Entonces, me decían “el Chiris”, que es algo así como decir cipote, y entonces desde allí subí a la guerrilla y he estado en las luchas revolucionarias desde el 63 hasta el presente.

– ¿En Cuba, además de medicina se entusiasmó por conocer otras cosas, es decir, el área militar, la inteligencia?

Sí, naturalmente que sí. Además de eso, cuando la crisis del caribe nos sacaron de la universidad,  nos mandaron a la orilla del mar, nos dieron un fusil y nos dijeron: siéntense que ya van a venir los yanquis. Allá aprendimos el uso de las armas, en ese breve periodo de la historia de Cuba que es en la historia del mundo, porque la crisis del Caribe fue una crisis mundial. Llegó Yon Sosa a Cuba junto con Trejos y con Turcios Lima, se entrevistaron con el Che Guevara, con Jacobo Arbenz y luego nos invitaron a unas conferencias que daba el capitán Angel Martínez, que era capitán de la República española, y después fue general del ejército soviético y fue asesor de los vietnamitas para la batalla de Dien Dien Pho, y entonces nos transmitió las experiencias del Vietnam a Jacobo Arbenz, al Ché Guevara y a un grupo de guatemaltecos. ¡Mire qué nivel!, no éramos alumnos del Che, sino compañeros.

En esa oportunidad le preguntamos al presidente, mire y porqué no encabeza una rebelión y nosotros nos vamos con usted, y dijo no, no, no allí están los del “13 de Noviembre”. Allí nos enteramos nosotros, son militares, son guatemaltecos, conocen el país y yo confío en ellos.

Un muchacho (Montes)  -que los muchachos son imprudentes- le dijo al comandante Che Guevara ¿y porqué no se va usted para Guatemala?, entonces agarró un puro que tenía ya chiquitito, tiró el humo y dijo: A un lugar de América Latina que me iría sería Guatemala, pero no me voy por las responsabilidades que tengo con la revolución cubana, pero además de eso, porque confío que el presidente (Jacobo ) Arbenz, los del 13 de Noviembre, los jóvenes que están allá hagan la primer guerrilla del continente.

– ¿Que año fue eso?

En 1962

¿Cuanto tiempo estuvo con el Che en esas conferencias?

Estuvimos en esas conferencias como dos meses, por las responsabilidades de él, él iba, trabajaba y le dedicaba una hora o dos.

– ¿No le tocó ir a cortar caña en Cuba?

Sí, sí, claro que sí, fui a cortar caña con los cubanos allí, con el ejemplo del Ché, y estuve practicando durante la época más intensa medicina de guerra, porque iban a haber muchos heridos si invadían los gringos… estuvimos dispuestos a morirnos por la revolución y por el socialismo. Ya cuando regresé en octubre, pues me secuestraron. Yo salí al 13 de Noviembre y fundamos La FAR, soy fundador de Las Fuerzas Armadas Rebeldes.

– ¿Cuanto tiempo estudio medicina?

Un año apenas, pero aprendí muchas cosas, me sirvió en el cerro de Guazapa y me sirvió para engañar a Fermán (Cienfuegos, máximo dirigente de la Resistencia Nacional de El Salvador) y decirle que yo era médico.

Después del 63 yo sustituí a Turcios Lima, fui el comandante en jefe de la FAR después de la muerte de Augusto Turcios Lima.

– ¿De toda la FAR? en la FAR solo había un único comandante.

Sí, sólo había uno solo allí, eso no era piñata.

– ¿Usted, en el 66 se convierte en Comandante de la FAR?

Yo asumí el grado de comandante, y fui invitado para ir a una conferencia de guerrilleros que se llamaba Organización Latinoamericana de Solidaridad con Cuba (OLAS), en el 66.

– ¿Había algún salvadoreño allí?

Pues en ese entonces estaba con nosotros Roque Dalton, estaba vinculado con nosotros para irse a Guatemala inicialmente y luego después de eso, estando yo allá se dio la escisión entre el PGT y los compañeros guerrilleros que yo había dejado al frente de Guatemala.

– ¿Se dio la división en la FAR en el 65?

En el 66, entonces, se establece que las FAR ya no se llamaban Fuerzas Armadas Rebeldes sino que Fuerzas Armadas Revolucionarias; entonces, yo salí para Vietnam, porque había un acuerdo de visitar Vietnam. Estuve en 1965.

– ¿A partir de ese momento ya hay dos organizaciones guerrilleras?

Ya habían tres, las FAR, la comisión militar del PGT y el 13 de Noviembre, porque Yon Sosa se había separado antes del PGT. Después de eso hubo una segunda ruptura.

– ¿Cómo se dan esas rupturas y cómo queda el escenario después de estas?

La primera ruptura fue cuando estaba vivo Turcios Lima, porque Yon Sosa fue copado por los trotskistas Adolfo Gili y otros que llegaron de Argentina, de México… y  radicalizaron a Yon Sosa a una posición que era de la IV Internacional, Trotskista; Turcios Lima rechazó esa adhesión a la IV  Internacional, el PGT  condenó esa adhesión y entonces hubo una división y se quedaron los trotskistas con Yon Sosa.    

– ¿Cuál era la organización de Yon Sosa?

El Movimiento 13 de Noviembre

– ¿Ahí no participó usted?

No, yo me quedé con las Fuerzas Armadas Rebeldes, con Turcios Lima y nos unimos con el PGT, restablecimos la alianza, seguimos adelante y crecimos mucho más que el (Movimiento)13 de Noviembre.

– ¿El PGT era el brazo político?

Sí, habían algunos compañeros del Partido Comunista que participaron en la lucha, sobre todo los de la juventud, yo mismo era de la juventud…

– ¿Con qué fuerza inician la FAR?

Pues sobre todo con ex soldados, ex oficiales.

– ¿Con qué cantidad de cuadros se inician como ejército guerrillero?

Inicialmente, en el 62 éramos menos de 100, tal vez unos 80 gentes.

– ¿Hasta cuánto más crecieron como guerrilla?

Llegamos a tener como unos 6,000 gentes en el país, con  las FAR. Entonces, cuando sustituyo a Turcios Lima solo hay una FAR. Nos fuimos a Cuba y cuando yo estaba allá en el 1967, finales del 67, para salir a Vietnam, se da esta ruptura entre los jóvenes que habían quedado sustituyéndome a mí en Guatemala con el PGT, por inconsistencias del PGT y por radicalismos de los compañeros. Es un período muy complicado porque ahí se da el secuestro y la muerte de Bosh Preti; el intento y secuestro del embajador, y muerte del embajador norteamericano.

Es un periodo bien complicado, de mucho radicalismo de los combatientes de las FAR, y por eso se separan y el PGT forma la comisión militar y las FAR ya se constituyen como Fuerzas Armadas Revolucionarias. Yo salí a Vietnam, estuve ahí en el 68, durante la ofensiva del Teth, cuando derrotaron a los norteamericanos, en una guerra espantosa, la guerra más espantosa que hubiera ocurrido en el planeta tierra. Se tiraron más bombas en Vietnam que durante la Segunda Guerra Mundial;  y luego, ya cuando  me enteré de los compañeros, muy radicalizados, declararon que ya andaba haciendo turismo guerrillero, me separaron de las FAR; y no podía andar haciendo turismo en un lugar donde había la guerra más atroz del planeta. Regresé en el 72 a Guatemala, regresé a Cuba en el 69.

– ¿Cuánto tiempo estuvo en Vietnam?

Un año, y luego regresé a Cuba. Estaba allá cuando murió el Ché, estaba en casa de Fidel (Castro) cuando murió el Ché, antes de ir a Vietnam y cuando volví de Vietnam estuve de nuevo con los compañeros cubanos hablando de la posibilidad de regresar al país y habían muchos compañeros guatemaltecos que se habían ido allí a entrenar para nutrir a las FAR. Entonces, hablamos con los compañeros ahí para que toda esa gente se fuera con nosotros y regresamos, pero ya no a discutir y a pelear con los compañeros, sino que les deseamos muy buena suerte a las FAR y nosotros constituimos, en 1972, el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP).  Ya muerto el Ché, ni Fidel creía en la posibilidad de que se pudieran restablecer luchas guerrilleras en América Latina. A mí en lo personal me dijo (Fidel): estás loco, ¿quién te crees tú muchachito inberbe que vas a ir a hacer guerrillas en el continente cuando ya mataron en Bolivia al Ché, no es el momento, hay que esperar una nueva época, una nueva era. Pero nosotros dijimos que nos regresamos  bajo nuestra responsabilidad. Dio boletos, pasaje y un adiós muy fraterno, pero nos dejó librados a nuestra propia suerte.

Regresamos el 19 de enero de 1972, entramos por el Ixcam mexicano a Guatemala, a fundar el EGP, a fundar lo que sería la segunda oleada guerrillera de América Latina.

– El EGP, ¿Con qué fuerza contaba?

Nosotros contábamos con los 15, con los que yo entré, y nada más 100 dólares en la bolsa, ni siquiera quetzales. Nos dio un billete de 100 dólares que no se podía dividir entre la bolsa 15 combatientes. Los compañeros nuestros que estaban en México, entre ellos Rolando Morán, nos vaticinaron la muerte, y dijeron, eso es un suicidio colectivo, eso es un mesianismo de César Montes que quiere morir en combate para ser reconocido como el Ché Guevara. Ese no va a combatir sino que va a llevar a sus compañeros a la muerte junto a él para pasar a la historia como el Ché Guevara de Guatemala, nos condenó a muerte. Nosotros nos comunicamos en México y les dijimos que no era así, les explicamos todo.

– ¿Morán había sido su compañero en la FAR?

Sí, había sido mi compañero en las FAR, pero solo nueve meses; él solo estuvo nueve meses en la montaña y yo lo bajé de la montaña y nunca más en los días de su vida estuvo en la montaña, yo doy fe, jamás disparó más que un disparo durante los 36 años de guerra, y ese disparo no salió de la boca de su pistola porque estaba tan sucia que se trabó el cartucho en el cañón.

Esas eran las clases de comandantes que se inventaron y que resultaron y que proliferaron como hongos después de la lluvia y que todo el mundo era comandante.

Cuando yo fui comandante en las FAR solo se permitía un comandante, los demás eran capitanes, sargentos, cabos, pero no era un grado honorífico, era un grado que se ganaba en la batalla diaria, en el combate diario, político y militar.

– ¿Cuál era la tendencia de la nueva organización?

El EGP entró con la idea de hacer nuestras las tesis que habíamos aprendido con Arbenz y el Ché Guevara, de parte del capitán  Ángel Martínez, de la guerra civil española, y asesor de los vietnamitas en Dien Dien Phu. Queríamos entonces hacer la guerra del pueblo y nosotros supimos, escuchamos las primeras frases que nos sorprendieron en Vietnam cuando nos dijeron los vietnamitas: nosotros no estamos como dicen los norteamericanos, en las selvas, no hay selvas más profundas y más seguras para un combatiente, que el corazón del pueblo, estamos en las zonas más densamente pobladas. Y las tesis que habíamos venido nosotros sosteniendo eran las tesis de un documento fantasmagórico que se llamaba el “Documento de Marzo”, que hablaba de que nosotros nos debemos de ir a las zonas más intrincadas  de la selva, donde no tiene interés estratégico la oligarquía, donde no le importa, y entonces ahí aislarnos, y los vietnamitas decían no, no, no, hay que irse donde está el pueblo. Cuando entramos nos tocó entrar como “foco”, pero nuestra concepciones no eran “foquistas”, en cuanto pudimos hablamos con los campesinos de la zona de ahí, del Ixcan; luego subimos a la zona Ixil, luego subimos a la zona de Huehuetenango, y nos convertimos en una organización arriba de las 6,000 gentes en cosa de tres o cuatro años. Nos convertimos en la organización más grande y más fuerte de Guatemala y la primera organización en la segunda oleada guerrillera que estaba en la montaña, porque ya las FAR habían sido derrotadas en la montaña, estaban aislados en la ciudad.

– ¿Cuál era la logística del EGP?

Nosotros nos vimos obligados  a ser real las cosas que nos enseñó el Ché Guevara y que nos enseñaron los vietnamitas. No teníamos quien nos abasteciera de armas, tuvimos que recuperar las armas del ejército. No teníamos dinero, tuvimos que agarrar finqueros y sacarles dinero, y tuvimos un grupo heroico de combatientes en la ciudad, entre los cuales estaban algunos de los que todavía sobreviven por ahí, que hicieron algunas acciones y entonces nos mantuvimos con nuestros propios recursos, pensamos con nuestra propia cabeza, no dependimos de los fondos de Cuba ni de Vietnam, ni de Rusia, ni de China.

Nosotros hicimos entonces lo que se llamó la guerra popular, la guerra de todo el pueblo.

– ¿Cuánta gente se involucró en la guerrilla urbana?

Teníamos una concepción en las FAR que era mucho de un aparato pequeño, muy eficiente. Tuvimos la ciudad en las manos. Hubo un momento en que secuestraron a 28 dirigentes nuestros, entre los cuales estaba uno de mis hermanos y a todos los decapitaron, les quitaron los brazos y los tiraron al mar, entonces nosotros hicimos una operación con los de la resistencia. Capturamos al presidente de la Corte Suprema de Justicia para obligar a expresar a donde estaban los prisioneros, como no hubo respuesta secuestramos al presidente del congreso, para que se hicieran leyes que dijeran que era prohibido la desaparición forzada, etc., solo nos quedaba un tercer poder, pero no podíamos secuestrar al Presidente porque entonces con ¿quién negociábamos?.

¿Participó usted en una negociación de esas?

Sí, yo tuve a uno de los secuestrados, al presidente de la CSJ, en la Sierra de las Minas. Ya estaba todo preparado, ya en 12 horas, cuatro horas de camino, comiendo venado, tepezcluintle, faisanes. Logramos que reconocieran que los 28 estaban muertos. Fue una gran operación de la CIA, que ahora es reconocida en documentos desclasificados, que demuestran que ellos entregaron a la policía y al ejército guatemalteco los sitios donde estábamos nosotros a través de una segura penetración.

¿Que paso con esta segunda organización suya?

¿El EGP?, el EGP se desarrolló hasta el término de la guerra.

– ¿Cuándo sale usted del PGP?

Hubo un momento en que mi esposa murió allí, combatiendo en San Bernardino; yo había bajado a San Antonio Huista, a una casa de una familia revolucionaria, y entonces mataron a mi esposa, en 1978. Al llegar a Guatemala ya estaba allí Rolando Morán, que había entrado tarde, cuando ya se habían fundado el EGP entró él, pero solo para adueñarse del EGP y expulsar a todos, entonces, en ese momento yo todavía estaba en la montaña y habían dos polos realmente de conducción. La montaña, que yo la dirigía con mano de acero inoxidable, es cierto, y en la ciudad que dirigía Rolando Morán.

Cuando nos reunimos hablamos, yo hablé con Mario Falleras, y yo le dije, bueno, renunciamos a la cuota de poder que tenemos para que sea una dirección colectiva y no dirección sobre la base del verticalismos y militarismo, entonces Rolando dijo: Sí, sí sí, esta organización no debe tener comandante en jefe, esa es una cosa inventada en Cuba, por Fidel (Castro), y aparecía como una persona muy antifidelista y todo, y aparecía como una persona  muy vinculadas con las tesis de Regis Debray; es más, no era que el fuera “regista” sino que decía que Regis Debray había escrito las tesis de él; él era, como dice, menor de, y entonces se creía él como el Lenin de Centroamérica.

– ¿El mismo que había dicho que iba hacer una aventura ?

El mismo que nos dijo que nos iban a matar, él mismo, y entonces, cuando murió mi esposa yo me quedé con mi niña en la ciudad de Guatemala y hubo un incidente de seguridad que dijo: “es necesario que te muevas de Guatemala”, no a las montañas, sino que para fuera, a dirigir  toda la solidaridad internacional, porque te conoce todo el mundo. Eres un personaje conocido en Vietnam, en Cuba, en América Latina, te vas a México y vas a formar una superestructura gigantesca de solidaridad, y  cuando llegué a México, todos los contactos que tenía en México el EGP, que yo mismo había construido, todos se cambiaron de casa, se cambiaron de seudónimo y se escondieron de mí, porque se les había dicho que yo era un disidente.

– A los disidentes los mataban en aquellos tiempos

Sí, sí, hicieron todo para matarme, es mas, el que me llevaba para México me dijo en el camino que había recibido órdenes de Rolando Morán para matarme, pero me llevó a México, yo llegue allá, me cuidé de todos porque no sabía a quienes más les había dado la orden de que si fallaba en el camino, me mataran. Me cuidé de todos ellos y estuve allí un tiempo vinculado a la gente que había yo formado para apoyarme en el EGP.

– ¿Ya no regresó a la guerrilla guatemalteca ?

Entonces se había producido un debate en Guatemala, antes de salir, que está apareciendo en los documentos  que tiene el gobierno mexicano sobre la guerrilla centroamericana, un especie de “libro amarillo”, y resulta con que yo le dije a Rolando Morán: Hay una vieja tesis de Lenin, la cadena se rompe por el eslabón más débil, y en Guatemala decimos que la pita se rompe por lo más débil, entonces yo afirmo, sin lugar a dudas, que el eslabón más débil es Somoza, que la parte más débil de la pita en Centroamérica es Somoza. Entonces, nosotros no podemos pensar que podemos crear el socialismo en un solo país, ya ve lo que le pasó a la Unión Soviética, terminaron burocráticos etc.

Nosotros tenemos que hacer la revolución en Centroamérica y es más… Rolando se opuso a que entrenáramos a centroamericanos, y con Turcios Lima mandamos un correo (mensajero), que habló con los sandinistas, en la época que estaba Carlos Fonseca Amador, y me mandó 5 sandinista que yo entrené en Sierra de Minas. Les dimos armas, les dimos entrenamiento y les dimos dinero. En esa época yo recuerdo que darles 123 mil Quetzales era como darles 100 mil dólares, estaba a la par el quetzal y además de eso hablamos con los salvadoreños, los salvadoreños nos dijeron: el Partido Comunista de Guatemala está haciendo un grave error en meterse con los militarista, con los guevaristas, además de eso, aquí en El Salvador no hay ninguna condición para montar una guerrilla en ninguna montaña porque no hay montañas en El Salvador.

¿Se recueda de alguien que tenía esa tesis?

Sí.

¿Lo podemos mencionar?

Pues no,  porque son cosas que en esa época así se consideraban. O sea, yo creo que la dirección revolucionaria salvadoreña tuvo diferencia de la dirección revolucionaria guatemalteca en la sabiduría de que sus errores con afirmaciones como esas, lo rectificaron cuando vieron que el pueblo les señaló el camino. Eso así fue, porque las rebeliones en Acajutla, las rebeliones en Cutumay Camones, esas rebeliones llevaron a decir, por aquí va la cosa. Cuando la gente se rebeló allí en Mejicanos y todo eso y se fueron a esconder en el cerro de Guazapa, se convirtió en una zona de refugio. Que no me diga Fermán (Cienfuegos) a mí, porque yo llegué a constituir la primera unidad militar de la RN.

– Ya vamos a llegar a ese punto, terminemos con lo que pasó en Guatemala

La polémica fue que Rolando Morán afirmó: Nombre los sandinistas no tienen concepción marxista, nosotros le vamos a ir hacer la revolución a los sandinistas en Nicaragua, porque vamos a triunfar antes. Entonces, yo le dije: No… los mejores cuadros nuestros hay que mandarlos a Nicaragua a votar a Somoza. Entonces, recuerdo que una parte de la discusión que están en estos documentos que van a aparecer, recuerdo una de las frases escritas de Rolando Morán fue: Lo que quieres es colgarte las dos granaditas en el pecho como Eden Pastora, y salir en la televisión como Edén Pastora, eso es lo que quieres y allá a los sandinistas los van a matar y no van a triunfar, y los sandinistas triunfaron.

Yo salí a México con mi hija y establecí contacto con el movimiento de solidaridad con Nicaragua, entonces me dediqué a serrucharle toda la posición a Somoza para garantizar que el grupo de los 12 fuera el que tuviera la beligerancia y el reconocimiento que se obtuvo en México, en Costa Rica.  El gobierno de Costa Rica se empeñó a muerte en votar a Somoza y nosotros nos dedicamos a votar a Somoza y llegamos allá a Nicaragua nada más para apoyar en el derrocamiento y crear el primer éxito guerrillero latinoamericano.

– ¿Con cuanta gente iban?

Nosotros nos fuimos apenas con cuatro o cinco guatemaltecos, pero llegaron como 25 mejicanos, 150 chilenos, españoles, todos los del Frente Sur la mayoría eran internacionalistas; se entró a Managua. Luego yo regresé a México por mi hija y cuando regresé a México escribí un artículo que no sé si salió publicado en un periódico de El Salvador donde yo dije: El Vértice de la revolución en Centroamérica se traslada de Nicaragua, donde ya triunfó, hacia El Salvador; eso fue la cosa más odiada por los guatemaltecos, porque decía en un paisito así, dijeron pestes y horrores, nosotros habíamos entrenado también en la FAR a gente salvadoreña que habían estado interesado en conocer nuestra experiencia, luego con el EGP establecimos relación con lo que empezó hacer las FPL (Fuerzas Populares de Liberación), con Cayetano Carpio.  Entonces, el primer grupo de salvadoreños entrenados en guerrilla urbana y en explosivos y en recuperaciones económicas, fue con el EGP cuando nosotros teníamos la conducción en Guatemala.

– ¿Bajo su conducción?

Sí, porque Rolando partía de que él era el Lenin de Centroamérica, porque él iba a triunfar.

– ¿Su contacto con las FPL fue directamente con Marcial o con otra gente?

No, nosotros teníamos relaciones muy afinadas porque habíamos estado en relación con El Salvador desde el Partido Comunista Salvadoreño (PCS) desde la época de la FAR, luego vino la disidencia de Cayetano con el PCS y entonces hubo mayor identidad; entonces ya habían contactos, ya había un compañero que viajaba aquí: Libo Aroldo González estableció contacto con los salvadoreños. Por cierto que el primer golpe que recibió el EGP fue en la ciudad en una casa donde entrenamos a los salvadoreños, porque uno de ellos entró, cometió errores, lo agarraron lo desollaron vivo y confesó que había sido entrenado por el EGP en Guatemala.

– ¿Recuerda su nombre?

No, para nada

– ¿Qué año fue?

Ha de haber sido como 1976, entonces recibimos el primer gran golpe. El EGP era considerado como una especie de nebulosa, pasaban la mano en medio y no lo  tocaban.

– ¿Que nos cuenta de las otras organizaciones en Guatemala?

Cuando nosotros regresamos en 1972 ya no habían organizaciones guerrilleras en Guatemala. Después que nosotros regresamos, Pablo Monsanto tomó la decisión de mandar gente y restablecer sus contactos en el Petén y establecer una guerrilla en el Petén. En 1974 apareció Gaspar Ilon, que había sido miembro de la FAR, que se había contactado conmigo para formar la regional de occidente y tuvo discrepancia con Camilo Sánchez, este grupito que me sustituyó a mí y que se radicalizó, y entonces, en vez de llamarse Regional de Occidente (RO) se llamó OR, Organización Revolucionaria, más adelante le puso Pueblo en Armas (ORPA), cuando salió en 1974. Ya estábamos nosotros, ya habíamos hecho acciones militares, entonces ya el influjo de nosotros resurgió la FAR, surgió la ORPA, resurgieron los sandinista, y empezó el proceso que llegó hasta el 78 la caída de Somoza. O sea, que si no les afecta en Co Latino la falta de modestia, contribuimos a la victoria del sandinismo cuando regresamos a constituir el EGP, cuando nosotros entrenamos a los nicaragüenses; contribuimos también a El Salvador cuando entrenamos a los  primeros salvadoreños y contribuimos porque en esa época hubo hasta una cosa que no está muy bien documentada, pero Rolando Morán expulsó a Roque Dalton del EGP por intelectual, por poeta y porque nunca iba a regresar al continente, entonces, él se quedó allá, se conectó con la gente que se conectó y le tocó el camino que le tocó.

– ¿La expulsión de Roque fue del EGP o de la FAR?

Del EGP, se había establecido contacto con la FAR, pero como ya nos quedamos nosotros allá, él restableció el contacto, siempre con el movimiento guerrillero guatemalteco, con el EGP, él venía en el primer contingente que yo iba a llevar para Guatemala y como yo salí antes; yo nunca le dije  a mis compañeros vayan, yo les dije a mis compañeros síganme, siempre estuve adelante y sigo estando adelante.

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