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Estimada familia salvadoreña:

Por este medio quiero llegar a la intimidad de sus hogares para darles mi saludo de fin de año, no rx y desearles, sick de todo corazón, lo mejor para ustedes en el año que está por venir.

Estas festividades de fin año nos encuentran en un momento especial, principalmente a la zona oriental de nuestro país. La erupción del volcán Chaparrastique, ocurrida hace dos días, nos mantiene en alerta amarilla a nivel nacional y en alerta naranja en el departamento de San Miguel.

El Sistema Nacional de Protección Civil con el que ahora cuenta nuestro país ha podido responder oportunamente y con eficiencia a este nuevo fenómeno natural y, gracias a Dios, no hemos tenido víctimas mortales ni personas heridas que lamentar.

Hace cuatro años y medio, cuando asumí la Presidencia de la República, les hablé de que un nuevo El Salvador era posible. Y me comprometí a sentar las bases de ese nuevo país, más justo, más equitativo.

Ahora, a cinco meses de concluir el mandato que ustedes me otorgaron, puedo decirles con mucha satisfacción que el país que heredamos, ha cambiado, a pesar de todas las dificultades que hemos tenido que enfrentar.

En junio de 2009 encontramos un país deprimido, con una economía muy débil, como consecuencia de la crisis económica mundial. Se habían perdido 40 mil empleos, la tasa de crecimiento de la economía era negativa en 3.5 puntos porcentuales, las remesas cayeron en 400 millones de dólares y la recaudación fiscal también se redujo.
Gracias a Dios, y a las medidas que tomamos desde el inicio de mi gobierno, pudimos enfrentar la crisis y salir adelante.

Ahora la economía ha comenzado a recuperarse. Vamos a cerrar este año con un crecimiento de dos puntos, aproximadamente. Hemos creado 110 mil nuevos empleos formales, las exportaciones experimentan un notable crecimiento, el crédito bancario está en aumento y las micro, pequeñas y medianas empresas están dinamizando la economía del país.
En fin, son muchos los indicadores que nos dan razones para ser optimistas para el año 2014.
Cuando llegamos al gobierno encontramos una agricultura que había sido abandonada por décadas. Cuatro años y medio después podemos decirles con mucha alegría que vamos a dejar una agricultura en alza, pujante, que ya produce la cantidad de granos básicos que consume nuestro país.
Por segundo año consecutivo tendremos una cosecha récord. Sólo este año esperamos una producción histórica con más de 22.5 millones de quintales de maíz y casi 2.9 millones de quintales de frijol.

Estamos alcanzando la producción necesaria para el consumo nacional e incluso superándolo en algunos granos básicos.
Detrás de este logro hay un esfuerzo focalizado en varios pilares. Hemos tenido un incremento sostenido en la entrega de paquetes agrícolas. Este año entregamos 575 mil paquetes agrícolas de maíz y frijol. La semilla para sembrar, por cierto, la compramos a nuestros propios agricultores y la entregamos con transparencia, al campesino pobre, sin intermediarios.
Hay más de 23,500 pequeños productores que se benefician con las cadenas productivas que les facilitan el acceso al mercado de los excedentes que producen, además de apoyo tecnológico.
Solo el Banco de Fomento Agropecuario otorgó este año 27 mil créditos agrícolas, la mayoría al 4 por ciento de interés para pequeños agricultores.
Para los grandes productores, el Banco de Desarrollo de El Salvador (Bandesal), creado por mi gobierno, cuenta con 31 líneas de créditos, entre ellas, varias para el sector agrícola industrial.
Durante estos cuatro años y medio de gobierno mejoró sustancialmente el acceso a la tierra. Ya entregamos 43 mil 200 escrituras y vamos a cerrar mi gobierno con cerca de 50 mil títulos de propiedad, para que igual número de familias sean dueñas de su propia parcela de tierra.
Con este esfuerzo, en el campo se está garantizando la seguridad alimentaria, que haya suficiente granos básicos disponibles y, también, que los precios se estabilicen en el mercado.
Como bien lo saben, la libra de frijol, que en el pasado llegó a valer un dólar con 50 centavos, ahora cuesta sólo 50 centavos, e incluso menos.
Salvadoreños, salvadoreñas:
Mi gobierno ha ejecutado más de una decena de programas sociales dirigidos a la población más vulnerable, que nos han permitido reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida de los más pobres.
La entrega gratuita de útiles escolares, uniformes y calzado beneficia a un millón 386 estudiantes. Este programa nos ha permitido ampliar la matrícula y reducir la deserción escolar.
Este año el programa Vaso de leche benefició a 800 mil estudiantes y para 2014 se ampliará a un millón 11 mil alumnos. Es leche fluida que se compra a nuestros ganaderos.
Asimismo, el programa Alimentación Escolar beneficia a un millón 480 mil estudiantes. También el analfabetismo se redujo en cinco puntos porcentuales ya que más de 160 mil personas adultas aprendieron a leer y escribir.
Cuando a finales del mes de mayo concluya mi gobierno, habremos mejorado y rehabilitado prácticamente más de la mitad de las escuelas del país.
El Programa de Apoyo Temporal al Ingreso (PATI), beneficia a 67 mil mujeres, jóvenes y madres solteras. Y los programas Comunidades Solidarias Urbanas y Rurales benefician a 81 mil familias pobres.
La Pensión Básica ya la reciben adultos mayores de los 80 municipios más pobres de nuestro país. Otro programa exitoso, como Ciudad Mujer, ha atendido a 325 mil mujeres en sus cinco sedes en funcionamiento y brindado a ellas más de 792 mil servicios.
En materia de Salud, realizamos la inversión más importante de la historia de nuestro país, con 230 millones en obras de infraestructura.
Reconstruimos cuatro hospitales y estamos construyendo dos más, el nuevo hospital de Maternidad y el hospital de La Unión. También hemos rehabilitado más de 120 unidades.
El hospital Rosales ha aumentado su capacidad en 55 por ciento. De 495 camas con que contaba hace cuatro años, ahora tiene 770 camas. Y además cuenta con equipos nuevos, modernos y áreas especializadas que antes no tenía.
El hospital de niños Benjamín Bloom, en el que hemos invertido 11 millones de dólares, también ha incrementado considerablemente su capacidad. Ahora cuenta con una unidad de cuidados intensivos para neonatos, totalmente nueva y equipada.
Y en pocos días contará con un nuevo edificio de consulta externa. Es la mayor inversión en este hospital que se ha realizado en décadas.
Estimada familia salvadoreña:
El apoyo al sector agrícola, la apuesta por los sectores productivos, con apoyo financiero y técnico, las nuevas leyes, las reformas legales para atraer más y mejor inversión privada, así como una fuerte inversión pública, nos permiten afirmar con toda seguridad de que estamos construyendo un país distinto al que encontramos.
Hemos creado más de 110 mil empleos formales, el 80 por ciento en el sector privado. Esto significa que ya hemos creado más empleos que las dos administraciones anteriores juntas.
El último informe de la Dirección de Estadística y Censos 2013, revela una notable disminución de la pobreza, medida en función de ingreso familiar. En casi cinco años, la pobreza se ha reducido en cinco puntos, 5.21 puntos para ser exactos.
En especial, hemos logramos reducir 3.5 puntos la pobreza extrema, del 10 por ciento que había en 2008, al 6.5 por ciento en la actualidad.
El aumento del empleo, la reducción de la pobreza y la desigualdad, el crecimiento del crédito productivo, son variables que nos indican que vamos por el camino correcto.
Para el futuro somos optimistas. Hay una serie de proyectos y planes en marcha y otros por ejecutarse que van a asegurar una fuerte inversión, nuevos empleos y crecimiento.
¿A cuáles me refiero? A la inversión de Fomilenio II para la zona costera. Son 365 millones, incluida la contraparte del gobierno.
A esa inversión hay que sumar más de 200 millones del rubro “Clima de Inversiones”, de capital privado, que se verá atraído con este segundo Fomilenio.
Me refiero a la modernización del Aeropuerto Internacional de El Salvador, con una inversión de 70 millones, que ya estamos implementando. El siguiente paso será su ampliación, mediante un asocio público-privado, que esperamos dejar listo en esta administración.
Vamos a dejar concesionado el Puerto de La Unión para convertirlo en el polo de desarrollo de la zona oriental del país.
También estamos invirtiendo en el puerto de Acajutla casi 30 millones dólares en mejora de infraestructura.
Ahí, en Acajutla, por cierto, se construirá la central energética que producirá 355 Megavatios de electricidad a base de gas natural. Se trata de una inversión de 800 a mil millones de dólares en los próximos tres o cuatro años.
Y hay otros proyectos energéticos en marcha como la ampliación de la Presa 5 de Noviembre y el reinicio de las obras en El Chaparral, previsto para el próximo año.
Otras nuevas empresas grandes y pequeñas se van a sumar a la producción de energía, gracias a dos licitaciones que se adjudicarán en los próximos meses: una licitación de 100 megavatios de energía solar y eólica, y otra de 15 megavatios también para energías renovables.
También, vamos a dejar sentadas las bases de un nuevo sistema de transporte público de pasajeros, con los dos primeros tramos del SITRAMSS en funcionamiento en el área metropolitana de San Salvador, el cual contará con 190 nuevos autobuses, modernos y seguros.
Durante mi gobierno se construyeron y repararon 592 kilómetros de carreteras, se reconstruyeron decenas de puentes y se realizaron numerosas obras de mitigación que la gente estuvo esperando por muchos años.
En fin, amigos y amigas, estas y otras razones nos permiten ser optimistas de cara al próximo año que está por comenzar. Como lo he dicho en otras ocasiones, cinco años no son suficientes para transformar el país, pero sí para sentar las bases de un sistema social y económico más justo, donde se apuesta por lo productivo, donde la población más vulnerable se sienta protegida.
Estimados amigos y amigas, compatriotas:
El próximo dos de febrero, dentro de un mes prácticamente, iremos a las urnas a ejercer nuestro derecho ciudadano a votar, a elegir libremente a quien me sucederá en el cargo de Presidente de la República a partir del próximo uno de junio.
Y nos complace haber trabajado por el fortalecimiento de nuestra democracia. A pesar de las imperfecciones de nuestro proceso electoral, El Salvador asiste en esta oportunidad a una campaña libre de violencia. Ni un solo caso reportado hasta ahora. Tenemos la firme convicción de que la violencia electoral ha quedado en el pasado.
En lo que va de la campaña no hemos tenido hechos de violencia y esa es una buena noticia para El Salvador, porque nos indica que nuestra democracia está avanzando, que se está consolidando cada vez más.
Y me satisface haber trabajado para que nuestra democracia se consolide cada vez más. Ahora las instituciones funcionan mejor que antes. Nunca como ahora se hecho tan evidente la independencia de los órganos del Estado. Ahora ya no existe un poder que controle a los otros, como ocurría en el pasado.
Hemos sentado las bases de un nuevo estilo de gobernar. El de un gobierno que escucha a la gente y dialoga permanentemente con los distintos sectores de la sociedad.
Nunca un gobierno fue tan transparente en el ejercicio de la función pública como el nuestro. Ahora tenemos 80 oficinas de Información y Respuesta enlas dependencias gubernamentales y están al alcance, de quien lo desee, más de 40 mil documentos oficiales.
Como parte de la lucha contra la corrupción mi gobierno investigó, documentó y presentó ante la Fiscalía General de la República 152 casos de corrupción por parte de ex funcionarios de gobiernos anteriores.
Algunos de esos casos ustedes los conocen muy bien, porque yo mismo me he encargado de denunciarlos públicamente. Confío en que nuestro sistema judicial funcionará para que los responsables de esos hechos de corrupción, varios de ellos por sumas millonarias, reciban todo el peso de la ley.
Como ven, durante estos cuatro años y medio de mi gobierno hicimos mucho. Nosotros sí podemos hablar de esperanza y de sueños, porque encontramos la dirección y el camino para poder realizarlos.
Cuando fue necesario tener el coraje para hacer los cambios que el país necesitaba desde hacía muchos años, nosotros lo hicimos. Realizamos la mayor inversión en la gente, en programas sociales y sentamos las bases de un nuevo El Salvador, con más justicia, más democracia, en crecimiento y con futuro.

Les deseo un Feliz año nuevo.
Que Dios bendiga a El Salvador.
Buenas noches.

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