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EL XVI CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA.

Eduardo Badía Serra,

Director de la Academia Salvadoreña de la lengua

En la primera quincena del mes de noviembre del año en curso, se celebró en Sevilla, España, el XVI Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, ASALE, en el cual se aprobó como programa de trabajo para el cuadrienio 2019-2022, un proyecto común que permita recuperar la posición de vanguardia de las Academias e irradie una imagen activa y moderna de la ASALE en nuevos ámbitos y con nuevas realizaciones que den sentido a una renovación del trabajo prehispánico.  Este programa se articula en tres líneas de acción: Fortalecer la implicación de ASALE en sus compromisos de ámbito estatal, como los congresos internacionales de la lengua española; promover iniciativas de apoyo a la enseñanza del español en el ámbito universitario, a la formación de maestros de español en las regiones indígenas, en este caso, sin perjuicio de la convivencia con las lenguas originarias, que deben ser igualmente estimuladas; y renovar el compromiso de los gobiernos con las Academias y con la ASALE a través de la aplicación del “Convenio multilateral de Bogotá (1960)”.  Como puede verse, hay un compromiso muy serio en cuanto al objetivo de los anteriores acuerdos, y muy claramente se advierte en ellos una grave preocupación por la situación del idioma español en las regiones hispanohablantes. No podía lo anterior ser de otra manera, dada la alta incidencia de idiomas extraños en nuestros países, muchas veces reforzada por los compromisos políticos y económicos que se suscriben como requisitos para poder gozar de privilegios de índole económico y político. Es preocupante el poder comprobar, en el caso nuestro, cómo se insiste en la promoción de un segundo idioma, el inglés, sobre todo cuando ello se perfila como una de las apuestas esenciales de nuestro sistema educativo, y en detrimento además de la lengua propia de nuestros pueblos originarios.

Quiero referirme particularmente, al hecho de que el Congreso ha establecido el objetivo de “renovar el compromiso de los gobiernos con las Academias y con la ASALE a través de la aplicación del Convenio multilateral de Bogotá (1960)”. Este es un compromiso que, en nuestro caso, los gobiernos nacionales no han sabido honrar, a pesar de que ello constituye un compromiso signado y protocolizado ante la Organización de las Naciones Unidas. El compromiso de nuestro gobierno con la Academia Salvadoreña de la Lengua establece que aquél dotará a esta del necesario apoyo económico para desarrollar, dignamente, sus labores en pro del idioma y en cumplimiento de sus otros fines. Este aporte gubernamental se ve disminuido año con año, a grado tal que durante  los últimos dos, ha sido, precariamente, de cinco mil dólares anuales, $ 416.66 mensuales, y con el agravante de que en vez de ser recibido al comenzar el año al que corresponde, este se otorga en los últimos dos meses de dicho año. La Academia Salvadoreña de la Lengua no es una ONG que recibe del Estado un aporte para el desarrollo de sus actividades. Este acuerdo de Bogotá, aceptado por El Salvador como Nación firmante del mismo, es un compromiso internacional que el país debería cumplir sin reserva de ninguna clase. La Academia Salvadoreña de la Lengua funciona en la Casa de las Academias mediante un comodato con el Estado, suscrito a cincuenta años. Este la obliga a mantener en buen estado dicho bien, que es patrimonio nacional. Es obligación del Estado, de acuerdo al Convenio de Bogotá, otorgar además los fondos necesarios para ello. Lamentablemente, esto no ocurre, y dicha Casa, que, como repito, es parte de nuestro Patrimonio Cultural, se deteriora continuamente sin poder corregir sus problemas estructurales y arquitectónicos.

El Congreso de Sevilla también señala el compromiso de las Agencias Españolas de Cooperación Internacional para el Desarrollo, de apoyo a las actividades de las Academias, mediante la actualización del  Plan Operativo suscrito entre AECID y ASALE en 2002, sustentado en el Acuerdo Marco entre ambas suscrito en 2001.

La Academia Salvadoreña de la Lengua espera, con mucha esperanza, que esta vez, los acuerdos de Sevilla puedan ser efectivamente concretados en la práctica. Ello significaría que nuestro compromiso con la promoción del idioma español y la cultura nacional se cumpla con mucha mayor amplitud, haciendo realidad nuestro fin principal de limpiar, fijar y dar esplendor al mismo.

Dentro de los acuerdos tomados, es importante señalar la Declaración de Intenciones concerniente al proyecto “Lengua Española e Inteligencia Artificial”, LEIA. De ello se viene hablando ya desde congresos anteriores. Es un asunto que reviste una importancia mayor de la que parece tener. Esta iniciativa de la Real Academia Española y asumida por ASALE, tiene por objeto “la defensa, proyección y buen uso de la lengua española en el universo digital, y especialmente, en el ámbito de la inteligencia artificial”. Se trata, entre otros propósitos, de favorecer el uso del español como lengua habitual de interacción en las aplicaciones y herramientas en el universo artificial. Está en la conciencia de los ciudadanos que no siempre el uso del idioma en estos medios de comunicación digital es el más adecuado, e incluso, que hay momentos en que la forma en que se expresa la población en los mismos es totalmente rechazable. También la irrupción de términos y palabras propias de otros idiomas y utilizada en forma relajada es usual en tales expresiones.

Saludamos, pues, el XVI Congreso de Sevilla, y esperamos que sus acuerdos se concreten, en beneficio del idioma español, y de la promoción del plurilingüismo en nuestros países hispanohablantes, particularmente de las lenguas de nuestros pueblos originarios, tan crudamente olvidadas por nuestros Estados.

 

 

 

  

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