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El Salvador: “La fortaleza del FMLN está en su unidad interna y en el contacto con el pueblo. A 26 años de ser partido político y 9 de ser Gobierno Central, la lucha continúa.

Nelson de Jesús Quintanilla Gómez,

Sociólogo y Doctor en Ciencias Sociales Mención Gerencia y Profesor Universitario 

de la UES en la FMOtal. de San Miguel.

El 10 de octubre de 1980 fue fundado el FMLN, integrado originalmente por cuatro organizaciones (PCS, FPL, ERP, RN) y luego, en diciembre de ese año, se incorporó el PRTC. Esta decisión precedió al lanzamiento de la Ofensiva General del 10 de enero de 1981, con la cual comenzó el despliegue de la Guerra Popular Revolucionaria propiamente tal.

En mayo y junio de 1985, la Comandancia General, además de definir los aspectos fundamentales de la estrategia y el programa para el período, de cara al problema del poder, trazó la línea de avanzar gradualmente hacia un partido unificado y asumir como estratégica la alianza FMLN-FDR. La unanimidad dentro del FMLN en todos los aspectos claves de la lucha para el período, permitieron superar obstáculos para el avance del proceso unitario y por supuesto para la lucha.

Desde 1985, la unidad fue cada vez más profunda. Las organizaciones miembros dejaron de elaborar líneas y planes propios, y pasaron a ejecutar las líneas y los planes elaborados por la Comandancia General. Así, con línea general, estrategia y planes comunes, llegamos al desenlace negociado de la guerra, a la ejecución de los acuerdos de paz y -hasta cierto punto- a las elecciones generales de 1994 y, en una carrera contra los tiempos políticos, el FMLN tuvo que transformar sus estructuras y fuerzas que funcionaron para la guerra, en estructuras y fuerzas para la lucha política y social.

Los enemigos del FMLN habían asegurado que al desarmarse desaparecería, pues, sostenían que su única fuerza descansaba en las armas. Después del largo proceso de guerra revolucionaria la tarea de forjar un nuevo partido no fue fácil, hubo que superar el muro del terror levantado por más de sesenta años de represión, las actitudes mañosas de los políticos de derecha que querían impedir la legalización del FMLN como partido político y las dificultades de la organización del partido a nivel nacional. El trabajo fue enorme, el proceso orgánico multiplicó por varias veces la cantidad de sus miembros y en pocos meses el FMLN se convirtió orgánicamente en el segundo partido político más importante del país.

Luego de superados los obstáculos políticos, el uno de septiembre de 1992 fue firmada la escritura pública de fundación del FMLN, contando como testigos de ese acto histórico a Monseñor Arturo Rivera y Damas, arzobispo de San Salvador y Monseñor Gregorio Rosa Chávez ahora cardenal y fue hasta el 14 de diciembre de ese año, un día antes de finalizado formalmente el cese del enfrentamiento armado, que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) admitió su registro legal y le otorgó la personería jurídica. Así quedaban atrás más de sesenta años de lucha clandestina de los revolucionarios y comenzaba una nueva etapa histórica de luchas dentro del marco de la legalidad y nueva institucionalidad generada por el Acuerdo de Chapultepec.

A partir de entonces el FMLN comenzó una intensa jornada de esfuerzos organizativos y de institucionalización del partido, de realización de convenciones municipales y departamentales hasta culminar en la Primera Convención Ordinaria del 4 de septiembre de 1993.

La primera convención fue una contundente demostración de la vitalidad de que gozaba el FMLN y en ella se aprobó la participación del partido en las elecciones generales de marzo de 1994, se autorizó al Consejo Nacional a concertar coaliciones, pactos y entendimientos políticos que fueren necesarios, se ratificó a los candidatos a la Asamblea Legislativa, aprobó un documento base de plataforma programática y tomó la decisión de apoyar la candidatura presidencial del doctor Rubén Zamora por la Convergencia Democrática y eligió al doctor Francisco Lima como candidato a la vicepresidencia de la República. En suma, la primera Convención Nacional nos preparó políticamente para la batalla electoral de marzo-abril de 1994.

Independiente de los resultados de esas elecciones y del posterior retiro de las filas revolucionarias del ERP y las RN, en septiembre de 1994 quedó evidenciado que la multiplicación de estructuras y recursos de cada partido, paralelas a las del FMLN, habían entrado en conflicto con la necesidad de avanzar con eficacia y obstruían el proceso de unificación. Por ello, en su resolución especial de la Segunda Convención Ordinaria del 18 de diciembre de 1994 resolvió “avanzar con paso firme hacia la unificación del FMLN como un partido democrático, revolucionario y pluralista” y “llamar a los afiliados a trabajar con entusiasmo y seguridad para impulsar la unificación del partido y construir un FMLN más fuerte, más democrático, más ligado al pueblo y sus luchas y, sobre todo, más unido”.

Atendiendo esas orientaciones, en junio de 1995, tras varios meses de debates, el Consejo Nacional determinó que el FMLN debía transformarse en un partido de tendencias y, además de aquellos tres rasgos de su naturaleza, en un partido socialista.

Ello significaba trabajar por la gradual disolución, durante 1995, de las estructuras de cada partido y organización integrantes del FMLN y dar paso a estructuras únicas. Las convenciones municipales y departamentales que se desarrollaron en adelante, hasta culminar en la Tercera Convención Nacional Ordinaria de los días 17 y 18 de diciembre de 1995, se realizaron con esa perspectiva. Así, el FMLN dejó de ser un partido de partidos y agrupamientos para iniciar una nueva fase superior en el proceso de su unificación.

Desde la IV Convención Nacional Ordinaria de octubre de 1986 el FMLN ha venido readecuando su estrategia y su programa y trabajando en la profundidad de su unidad puesto que ahí descansa su fortaleza y en nuestra relación con el pueblo sigue siendo la esperanza de los anhelos populares y el factor principal de las transformaciones democráticas y el cambio.

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