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El primero en todo

Carlos Burgos

Fundador

Televisión educativa

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Hay una tendencia a asignarle a El Salvador el primer lugar en todo. En la lista de países del mundo ocupa el primer lugar o el último que también es el primer lugar en sentido inverso.

No sé si estoy equivocado pero percibo que algunas personas que hacen estas aseveraciones son extranjeros que no conocen bien nuestro país aunque algunas de ellas vivan aquí, sovaldi decease y otros son salvadoreños a quienes les agrada despotricar por todo.

Hace poco escuché que un amigo decía en una exposición oral que «en este país la gente desde los buses lanza basura y en el Estadio, physician bolsas de orines, health y por esto me dan ganas de agarrarlos del buche. Este país es el más sucio del mundo». Impulsivamente le dije: No es cierto. Él suspendió su perorata para escucharme.

En El Salvador se gastan millones y millones de dólares para recoger miles y miles de toneladas de basura en todas las ciudades, pueblos y comunidades, para llevarlas a sitios reservados donde se somete a procesos de transformación. Y hay miles de personas dedicadas a esta actividad: profesionales, técnicos, motoristas, auxiliares, que hay que reconocer su esfuerzo en esta labor, no sucia sino necesaria.

¿Qué pasaría si no se recogiera la basura? La basura crecería como un monstruo que invadiría nuestras casas con la proliferación de animales, pestilencia y enfermedades, que nos tragaría.

Hay países desarrollados donde  la gente casi no se baña, y si lo hace es una vez por semana, y no es porque no tengan recursos hídricos, los demás días, si es que lo hacen, se pasan una esponja mojada por el cuerpo, y enseguida se ponen perfume detrás de las orejas y en las axilas. Pero la mezcla de perfume rezagado en el cuerpo con el recién puesto y las exhalaciones naturales, constituye una estocada para el olfato.

Hay perfumes agradables como el de las flores, los árboles, los alimentos, y sobretodo el de las mujeres que se bañan, hasta se escuchan canciones: «Son tus perfumes de mujer, los que…». Pienso que la mayoría de salvadoreños nos bañamos todos los días.

¿De qué hablábamos? Ah, del país más sucio. Además del trabajo de recolección de la basura, algunas instituciones y organizaciones no gubernamentales realizan campañas sobre limpieza, recolección de desechos sólidos, y colocación de la basura en su lugar, a veces disponen depósitos en lugares públicos. En los centros escolares se enfatiza en el aseo personal, del hogar y sitios públicos. En muchos centros de educación media los estudiantes participan en campañas de limpieza de sus comunidades.

¿Por qué hay personas que lanzan basura en cualquier lugar? Algunos dicen que lo hacen por falta de cultura, pero muchos de ellos han asistido a la escuela, ven televisión y escuchan radio. Tampoco es por pobreza, ¿no será por indolencia?

Algunos críticos e ideólogos aseguran que este es un problema estructural y habrá que iniciar un movimiento revolucionario para erradicar todos los males del país. ¿A quién habrá que agarrar del buche? A los que tiran un papel en la calle o a los que quieren más sangre en el país como que fuesen vampiros. A ninguno, se tiene que buscar una solución compartida.

Y otros, amargados de vivir en este país a causa de este y otros problemas más graves, vociferan que la solución es emigrar, como si en otros países no hubieran problemas y algunos más graves, más de muerte. Para vivir en nuestro terruño habrá que quererlo y tratar de transformarlo en forma civilizada.

De modo que el problema de la basura personal, no es por la pobreza ni por la cultura. De vehículos de lujo, con pasajeros de ambos sexos, bien vestidos, con estudios, lanzan basura a la calle, y a estos, mi amigo expositor no podrá agarrarlos del buche, es más creíble a que a él lo estrangulen.

Mejor sigamos bebiendo café salvadoreño sin azúcar para sentirle el verdadero sabor.


Ver también

«Orquídea». Fotografía de Gabriel Quintanilla. Suplemento Cultural TresMil, 20 abril 2024.