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DÓNDE, DONDE   Y  A DÓNDE, ADONDE.

Josefina Pineda de Márquez

Maestra normalista

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Usamos esta palabra con mucha frecuencia: ¿Dónde dejé las llaves, Dios mío? Para los de la Tercera Edad en adelante ésta es una expresión continua. No solo las llaves perdemos, los lentes, el monedero, el libro que estamos leyendo.

La palabra dónde adverbio interrogativo de lugar y lleva tilde diacrítica.

“¡Mira hasta dónde ha llegado!” En este caso es siempre adverbio de lugar pero  aquí exclamativo.

El Diccionario  panhispánico de dudas (DPD) ya admite como correcto el empleo indistinto de ambas palabras: A DONDE y ADONDE.

Además de la preposición “a”  DONDE  puede ir precedido de las preposiciones: de, desde, en hacia, hasta, para y por.

En la Puerta del Diablo es desde donde se aprecia un valle muy lindo. (No sé si todavía).

¿Para dónde vas Vicente? Para donde va toda la gente.

 

Es bonita la palabra, se usa muy bien pero a veces dudamos. Por ejemplo: ¿Cuándo lleva tilde diacrítica?

No es difícil: Es de las palabras a las que debe ponerse tilde cuando van entre interrogaciones y admiraciones.

A propósito: Los signos de interrogación y de admiración o exclamación en español son dos, el de abrir y el de cerrar:  En inglés solo se usa el de cerrar pero nuestro idioma requiere de los dos.

¿Dónde será la próxima reunión?

¡Adónde nos llevarán esta medidas!

La forma adonde es átona y se tilda sólo cuando va entre signos de interrogación o de admiración.

“Llegamos adonde nos dijeron” Se siente arcaica ¿no?

No hay nada en DONDE y ADONDE que nos complique al escribir. Se tildan cuando van entre interrogaciones o admiraciones.

 

De  “Reír llorando”    de Juan de Dios Peza.

Viendo a Garrik, actor de la Inglaterra

el pueblo al aplaudirle le decía:

“Eres el más gracioso de la tierra

y el más feliz…”

Y el cómico reía…

Una vez, ante un médico famoso,

llegose un hombre de mirar sombrío:

En un eterno spleen muriendo vivo,

y es mi única ilusión, la de la muerte

Viajad y os distraeréis.

¡Tanto he viajado!

Las lecturas buscad.

¡Tanto he leído!

¿Qué tenéis por familia?

Mis tristezas.

¿Pobre seréis quizás?

¡Tengo riquezas!

¿Vais a los cementerios?

Mucho… mucho…

Tomad hoy por receta este consejo:

Sólo viendo a Garrik, podréis curaros.

¿A Garrik?

¿Y a mí, me hará reír?

¡Ah!, sí, os lo juro,

¡Yo soy Garrik!… Cambiadme la receta.

Hasta pronto.

 

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