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Despojos de la locura (2019)

Alfonso Velis Tobar

 

Estampa de dolor

No me preocupo por Dios

Ayer vi una pobre  viejecita tan débil 

Soplara un leve viento y bastarían 

Las alas de una mariposa 

Y podrían derribarla

 

Me acerqué a mitigar su hambre  

Con sus trémulas manos ella

Sacó su rosario su camándula

Me bendice en  señal de la cruz 

Toca mi frente dice jerigonzas

Que ni entiendo y ensaliva sus dedos

Y vuelve hacer la señal de la cruz

Me basta con lo que tengo nada más

Los sentimientos de la viejecita 

 Tiernos humildes de ojos  llorosos                                                                                                                                     Mar de dolor y amarguras siento

Me basta con lo que tengo

Pienso en aquella viejecita

Vestida en triste desconsuelo

En deterioradas ropas

Es un  cristal de lágrimas

Da grisma mirar sus harapos 

Desnutrida su noble mirada

Flaca tísica heroína de la miseria

 Abruma el corazón y el alma

El poder ríe por no llorar ver su desgracia

¡Que injusta la sociedad del poder!

¡Pero ahí vamos dice la gente!

¡Entre ambiciones y odios de clase!

(¡Es una mierda el capitalismo!) 

¡Ente inhumano depredador! 

¡Huellas 

del tiempo!

Una mujer  se asoma a la puerta 

Besan mis labios  sus ojos de agua 

Miran de reojo en  tierna fisonomía

Juntos vamos de ojos sordos a oídos ciegos  

La quise con sus encantos y maravillas

Descartan mi angustia las discordias 

Supuran deslumbrando nuestros poros 

En inesperadas incertidumbres

Y a borbollones se enciende la sangre

Estaba escrito vendrían vástagos  

Sembrando generaciones y edades  

Cicatrizando  la fisonomía de Dios

Esta  lengua de fuego y de sumos 

Esta voz de los gestos  familiares 

Este anillo herbolario de la muerte 

Porque  todo se queda y nos vayamos

 De una vez por todas lo mismo será

Al que tiene riqueza y otros nada

Porque no nos llevamos nada… nada

¡Pues nada quedará en la tierra

Los jardines de siete colores

                  A Juan Carlos mi hijo a sus tres años

Porque nosotros vamos sobre la tierra

Aparentemente quieta…

Brilla un crespúsculo azul sobre tu frente

De pronto mi hijo llega a ofrecerme

Agua la cuenca de sus encantadas manitas

Sonríe  con inocencia de sus tres años

Luego se va en un solo pie muy cesgadito

Contra el quicio de la puerta saltando 

 Como chuchito renco o cangurito adolorido

Imaginando cabalgar  su caballo de palo

Hay un instante de hojear los libros

Y llenar las paredes de trazos en carboncillo

Sus abstractos murales de varios colores

Al otro día mientras dormía

Dibujaba  mis bigotes con crayola

Es algo gracioso perspicaz

El ejemplo es nuestra luz

Nuestra fuerza de mayor torrente

¡Tan pronto vemos por la ventana!

¡Volverán las golondrinas con su verano!

Tan pronto vendrán del oriente a occidente

A las cortas del café y la caña de azúcar

Viendo curioso pasar gitanos por la plaza 

Tan pronto agita el viento sus dolamas

Golpeando las ramas del corazón

Tan pronto decline el día venga la lluvia

De nuevo retornan los obreros a la fábrica

Miran los ojos del tiempo que nos come

Son fríos dedos de lipidias pujidos se oyen

…me mira un niño jugando se va ocultando

Muy quedito regresa saltando de nuevo pero

Como chuchito cojo se queda achucuyado

Medio asomando su rostro de reojos el jodido

Hormigas en  las piedras entre la hierba fresca

¡Hermano mío el tiempo ya te pesa!

 ¡A lo lejos envejeciendo con el país querido!

Porque nosotros vamos sobre la tierra

Aparentemente quieta pero no es así

De pronto un pueblo afuera grita desesperado 

Violento de una rebeldía en guerra y bombas 

Se arriesga  a encender la mecha en la calle

Viniendo a mí saltando como chuchito

¡Al fin se puso el sol para asaltar de luz el cielo!

Soledad 

desenfrenada

En casa mi mujer  peina mis cabellos

Contornea su cuerpo al quicio de la puerta

Yo sigo su sombra a su atrape desnuda

La muerte persigue el primer llanto

La soledad golpea en horas desesperadas

Mientras los pájaros se echan a la fuga

Mientras el naranjo deja caer su otoño

El viento cepilla el dolor de los portales

Saltan  las sombras disecadas

Sin techos el hambre se avalancha

Y me importa si el presidente de EEUU

Se quita los zapatos piensa arrasar la noche

El tenebroso silbido de la guerra electrónica

Resquebrajando la sonrisa inocente 

Los niños de Siria Irak, Palestina y Afganistán

En juegos con la muerte la guerra del petróleo

Mi mujer peina mis hirsutos cabellos 

Mi soledad se disipa ante la penumbra 

Del bosque que se marchita mientras

Ladra el perro temeroso oculta su  sombra

La soledad  en  la noche sangra amarguras

Está cambiando el clima todo está cambiando

El tiempo bien acelerado en  su espacio sideral

En el cosmos del infinito se pierde mi voz

Vivo mi soledad platico con mi soledad.

La tierra gira a su inimaginable velocidad del sol

Por hoy café  libro pluma y mi compañera soledad

Son  mi grata compañía vivamos el instante

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«Orquídea». Fotografía de Gabriel Quintanilla. Suplemento Cultural TresMil, 20 abril 2024.