Según reportes preliminares, al menos 30 personas fueron arrestadas por las autoridades, que califican de ‘ultras’ a los responsables de la violencia.
La prefectura de Nantes había prohibido la víspera el acceso de los manifestantes al centro de la urbe, previendo la ocurrencia de hechos como los descritos.
Los familiares del joven de 24 años que murió ahogado en la madrugada del 22 de junio en el río Loira descartaron respaldar las protestas, bajo el argumento de que cualquier homenaje debería ser pacífico.
El fallecimiento de Caniço es atribuido a la actuación policial en la fatídica jornada de hace seis semanas, cuando un grupo de personas cayó al agua en medio de un despliegue que incluyó gases lacrimógenos, balas de goma y granadas aturdidoras para dispersar a participantes en un concierto tecno a orillas del Loira, enmarcado en la Fiesta de la Música.
De acuerdo con el gobierno, pesquisas preliminares establecieron que no hubo uso injustificado ni excesivo de la fuerza por los uniformados, que fueron recibidos por piedras y otros artefactos.
La respuesta oficial generó aún más malestar, porque tanto ciudadanos como opositores consideran que no debió emplearse tanta violencia para controlar a los jóvenes.