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La procesión de los niños, que sale de la Iglesia El Calvario, recorre las principales calles del centro de San Salvador. Esta actividad se realiza en el cierre de la semana mayor, de este domigo de resurrección. Foto Diario Co Latino/Rosa Campos

Católicos expresan su fervor en actividades religiosas durante la Semana Santa

@AlmaCoLatino

Con la procesión de Cristo Resucitado la feligresía católica culmina las actividades de la Semana Santa, viagra y uno de los eventos especiales para los niños es el cortejo profesional que la tarde de cada “Domingo de Resurrección” se organiza en la parroquia El Calvario.

El objetivo es que los niños desde muy corta edad comiencen a conocer y vivir el verdadero significado de la pasión, sickness muerte y resurrección de Jesús.

Los organizadores consideran que es importante inculcar en los niños los valores espirituales para que, sick desde pequeños, asistan a las actividades religiosas propias de la Semana Mayor, y, sobre todo, cimentar su fe en un Cristo resucitado.

Dayanara Orellana tiene cinco años de edad. Desde los ocho meses, su madre la lleva a los eventos religiosos y desde entonces pertenece a la Cofradía del Niño Jesús Nazareno, de la parroquia El Calvario. Por esta razón, la tarde de este domingo cargó, en sus hombros, la pequeña imagen de Jesús Resucitado.

Previo al día de Resurrección, la noche del Sábado Santo es la celebración de la Vigilia Pascual, que tiene tres partes importantes: la celebración del fuego nuevo, la liturgia de la Palabra y la liturgia Bautismal. Asimismo, la Vigilia Pascual permite renovar las promesas bautismales y acercarse a la Iglesia con un espíritu renovado.

Era costumbre, durante los primeros siglos de la Iglesia, bautizar por la noche del Sábado Santo, a los que querían ser cristianos. Ellos se preparaban durante los cuarenta días de Cuaresma y acompañados por sus padrinos, ese día se presentaban para recibir el Bautismo.

Al iniciar la celebración, el sacerdote apaga todas las luces de la Iglesia, luego enciende un fuego nuevo y con él prende el cirio pascual, que representa a Jesús. Sobre el cirio, marca el año y las letras griegas “Alfa” y “Omega”, que significan que Jesús es el principio y el fin del tiempo y que este año le pertenece.

El sacerdote bendice el fuego, posteriormente en procesión hacia el templo, se van encendiendo las velas y las luces de la Iglesia,  luego se canta el pregón pascual que es un poema muy antiguo, escrito alrededor del año 300, que proclama a Jesús como el fuego nuevo.

Después de la celebración del fuego nuevo, se sigue con la liturgia de la Palabra, donde se acostumbra leer siete lecturas, empezando con la Creación hasta llegar a la Resurrección de Jesús. Posteriormente se desarrolla la liturgia bautismal, momento en el cual se bautiza a quienes están preparados para recibir el sacramento que los hace formar parte de la familia de Dios.

Feligreses recuerdan pasión y muerte de Jesús

Durante la Semana Mayor en los diferentes templos católicos se organizan  procesiones, una de las principales y con una masiva concurrencia de feligreses es el solemne Vía Crucis, que recorrió la sexta calle oriente, conocida como la calle de La Amargura, la mañana del pasado Viernes Santo

Entre cantos de penitencia, música sacra y el olor a incienso, cientos de católicos participaron del ejercicio espiritual del Vía Crucis, que es la meditación de los momentos y sufrimientos vividos por Jesús desde que fue prisionero hasta su muerte en la cruz y posterior resurrección.

Dicho camino se representa mediante 15 imágenes de la Pasión llamadas “estaciones”, que son altares distribuidos a lo largo de la calle de La Amargura.

Alfonso Guzmán, párroco de la iglesia El Calvario señaló que el Viernes Santo se recuerda el pasaje bíblico donde Jesús caminó por la vía dolora viviendo ese Calvario.

“Lo especial de este día es recordar el misterio de Cristo, la pasión, muerte y la resurrección. Nos invita a caminar y que nos encontremos con él, ya que ha tomado en cuenta nuestras vidas, nos ha elegido y nos unge con su amor”, afirmó Guzmán.

El religioso enfatizó que al recorrer el camino del Vía Crucis en la calle de La Amargura se vuelve a la memoria, como penitente, lo que Jesús vivió hace dos mil años y como católicos se da testimonio de la fe.

William Amaya, miembro de la Asociación Vía Crucis de la parroquia El Calvario, expresó que participar de estas actividades es mantener viva una de las tradiciones principales durante la Semana Santa,  ya que es una muestra de la fe católica.

Amaya manifestó que el Vía Crucis es el “camino de la cruz”, al rezarlo se recuerda con amor y agradecimiento lo mucho que Jesús sufrió por salvarnos del pecado durante su pasión y muerte.

Luego de la representación de la crucifixión de Jesús y haber entregado su vida en el madero de la Cruz, la imagen de Jesús Yacente fue colocado en la urna para dar inicio a la procesión del Santo Entierro que recorrió las principales calles del centro capitalino.

Este cortejo procesional es uno donde más feligreses asisten, ya que por ser en horas de la tarde se puede participar en familia.

Durante la procesión del Santo Entierro participaron de una forma especial los niños, quienes cargaron en sus hombros la imagen de “El Calvario”, a fin que desde pequeños conozcan de las actividades propias de la Semana Santa.

El párroco de la iglesia El Calvario explicó que el significado de esta procesión es que así como Jesús durmió en una urna, así descansan los pecados del hombre.

“Con ese descanso y dormir de Jesús en una urna se vence la debilidad del pecado y del ser humano, con esa dormir de Jesús también nosotros debemos tener esa paz”, afirmó el sacerdote.

Una de las principales costumbres para el Viernes Santo es la elaboración de alfombras, el origen de éstas se remonta al momento en que Jesús entra a Jerusalén y  el pueblo tiró a su paso mantos, ramas y flores.

 De este mismo hecho se desprende la tradición de las alfombras de flores, aserrín o frutas que se elaboran por los feligreses para el paso de las diferentes procesiones por las calles.

En los alrededores de catedral metropolitana muchos feligreses iniciaron desde el Jueves Santo por la tarde la elaboración de alfombras, por donde pasará la imagen de Jesús Yacente en la procesión del Santo Entierro.

Sal y aserrín teñido de diferentes colores y la creatividad fueron los principales elementos para que Salvados Ferman y un grupo de comerciantes elaboraran a un costado de la plaza Barrios una alfombra con el motivo bíblico de “La Crucifixión de Jesús”.

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