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ÁLBUM BAJO LA LLUVIA, poesía de JULIO IRAHETA SANTOS

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Estamos en la hora de espulgar los recuerdos
y halarle la cola a la inspiración
Sobre los techos la tarde deposita sus huevos de invierno
y en la hierba de las aceras las hormigas trabajan febrilmente
antes que llegue el diluvio
Sobre las tapias que bordean los arroyos de aguas negras
las lagartijas interrogan a la brisa
y el trompo radiante del ocaso ha escondido su rostro
tras su máscara de cordel
Estamos en la hora de cumplir con el ritual de las palabras
de escribir las estampas de la vida
y llenar las tazas de la genealogía con símbolos lacerantes
esos que nacen por mirar adentro de las cosas
detrás de las miradas
ahí donde comienza la unidad de rostros similares
Esta es la cuota de esta fiebre que no acaba
de esta manera de quemar los cerillos del asombro
y ponerlos en el cenicero de la luna
de lanzar envases con secretos familiares
a la profundidad de la nostalgia
para que el alma tome combustible
y multiplique en el universo de los daguerrotipos
eso que los poetas llaman poesía
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Porque se irán las candilejas de los escenarios
y no habrá tiempo para que caiga el telón
porque se hará polvo el terciopelo
y nada quedará del pasado
Sí nada quedará
y el niño que llevas en el alma
no tendrá donde llegar a recibir el consuelo de mamá
no tendrá hombro paterno donde poner las sienes
sólo el vacío del camposanto
las placas de los nombres vencidos
y aunque la tarde esté tranquila
los árboles se mezan
y los pájaros canten
para ti todo será absurdo
Entonces has de buscar entre las ruinas
el consuelo de los álbumes
No te darás por vencido fácilmente
Te resistirás a reconocer
que lo que ayer fue ya no existe
que de los escombros ya no brotará la vida
que tu madre ahora es una estatua destruida
que tu padre está bajo la grama
dormido y sordo para siempre
y por más que trates de reconstruir los pedazos
ese es el vaso que te tocó beber en esa hora
la esencia de una casa abandonada
el silencio de un patio desolado
donde las plantas silvestres y las sabandijas
vuelven más deprimente la soledad
y desde tus anteojos de soñador cansado
sólo aciertas a mirar el invierno
y con una jaqueca existencial en la memoria
comprendes que será muy difícil reconstruir la ciudad
regresar a la vieja casa
y observar los mismos rostros y crepúsculos
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Y entras a la ciudad bajo la lluvia persistente
Has llegado al punto donde todo te parece vacío
Le has dado vuelta a tu corazón como a una media
y todo aquello que te hacía volar
y regresar constantemente a la zompopera
ya no tiene sentido
Has decidido guardar los retratos
y no acordarte más de aquella buhardilla
donde quedaron los maniquíes
y las palabras rotas de los primeros poemas
Ahora te escondes tras un parabrisas
La lluvia cae a guacaladas
y miras como ausente las calles
las casas los parientes y las estatuas
Calado con el sobretodo hasta la melancolía
aceleras tu soledad y la exprimes con ira
como no estando a gusto
con la fugacidad de tu corteza de tus flores
que la lluvia y los golpes del tiempo
descascaran y destruyen con facilidad
No te sientes a gusto con tu destino
Los hados han sido crueles y despiadados
Esa es en el fondo tu herida
Sientes rencor contra tu naturaleza
y convencido de la vanidad de tu existencia
te vuelves a Dios
y le dices con patética humildad
«Llévame al otro lado de los puentes
No hay congoja por observar mi rostro
tras la ventanilla del ataúd
Mira que hoy estimo normal
quedar como grano molido
por los dientes de la muerte
ya que me he quedado solo»
Todos me han dado la espalda
Mujer hijos padres amigos hermanos
Porque todo es temporal en la arcilla del hombre
Porque sus alas no suben como él quisiera
y siempre la gravedad de la tierra
lo retorna hasta el polvo
donde los cardos y las espinas
le brotan por los ojos por el alma
y lo desangran hasta llegar a río
a lago y océano
hasta no ser más que un planeta fratricida
una torre de babel llena de misiles y blasfemias
un payaso cósmico de miradas amargas
que de pronto descubre que sus relaciones de hijo
de hermano de esposo de padre
han tenido más de delirio que de realidad
que su mundo sentimental ha sido fantasía
y al venir de bruces a la tierra
y quedar con las manos y los ojos agrietados
tus cercanos han mostrado la verdadera dimensión
de su desidia de su incomprensión de su perplejidad
de sus islas sin barcos y sin pájaros mensajeros
sin corrientes que llevan sus palabras
en la entraña de hermanables botellas
Ante este descubrimiento has cerrado los ojos con estoicismo
y con los ojos que tienes debajo de la frente
has entrado en la dimensión de un Dios solitario
que ahora ya no está solo
porque has llegado a hacerle compañía
y a dejar en sus oídos todo lo que te ha mordido
todo lo que le ha sacado canas a tu angustia
todo lo que ha rasgado tus vísceras y sueños
en el laberinto de tu propio minotauro
de tu holocausto
donde han colocado más leña
para que seas la ceniza de todos tus cercanos
de tus grandes amores que desde hace mucho tiempo
han almacenado su odio y aborrecimiento
en tu costado
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Y no hay estaciones donde lleguen los trenes
-La gran madre Erlinda sólo estaba de paso-
antiguos alerones donde abrigar los ojos.
Con dolor confirmas que el pasado es pasado
que nada ha quedado de las viejas canciones
y el perfume a hogar de los progenitores
es una cueva sola
Con nostalgia te das cuenta que los árboles amados
los patios tranquilos y las ventanas de diciembre
ya no están más en la ciudad
en los itinerarios
y ahora pasas con los ojos mojados
por la séptima avenida norte
como un transeúnte anónimo
como un viejo que lleva los anteojos nublados
y tiene miedo de conversar con los pocos rostros
que supones todavía quedan
Ahora te das cuenta del sabor que tiene la tristeza
y por más que tratas de aceptar el presente
tu corazón se aferra a los viejos retratos
y quisieras volver a ser el adolescente
que regresaba noche al hogar
bajo el regaño cariñoso de mamá y papá
el joven que se hundía en la niebla de los parques
y desesperadamente buscaba esposa en los balcones
Miras hacia atrás y ya no están los mismos rostros
Miras hacia atrás y ya no están las mismas voces
Como subterfugio te irás a las plazas
a buscar nombres y perfiles antiguos
amigos de bohemia y poesía
pero sabes que eso también no funcionará
que ya no hay fantasmas
para jugar siquiera a una presencia falsa
Como último recurso subirás a la colina
y entonces aceptarás irremediablemente
que ya no es la misma ciudad
que ahora la gente no te conoce
que sólo eres un número listo a ser archivado
en el gavetero de defunciones
que tus llegadas a esta urbe son para comprender
que en este nuevo papel que desempeñas
no tienes piedra donde reclinar la cabeza
y sólo eres un pequeño cero a la izquierda
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Y es que el tiempo es una estaca
que nos saca los ojos
las palabras
el corazón
una pala que le devuelve
nuestro polvo a la tierra
El tiempo es algo
que nos aja y vitupera
algo que si no tenemos cuidado
desmorona nuestros sueños
y desinfla el globo de nuestras ilusiones
El tiempo es un espejo que nos muestra
el rostro de cada ser amado
Primero la novia con sus tardes azules
después la esposa recién metida mar adentro
luego ella misma con los ojos pensativos
y por último al no soportar los embates de la vida
su gesto de frustración su cólera
por tener de compañero hasta la muerte
a un vagabundo empedernido
que sólo sabe trabajar poesía
y decir que Dios lo sostiene
porque es su asistente creativo
Sí el tiempo es algo serio
que derriba los castillos de arena
en el rostro de la esposa y los hijos
Algunas veces se avergüenzan
por no haber tenido mejores pañales
y no se comparte la misma expectativa
Todo cambia con el tiempo
hasta el rostro de la muerte
Por eso sólo nos queda saber desesperadamente
para no ser arrastrados por el naufragio
que Dios ha colocado eternidad en nuestro corazón
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No hay ventanas que retengan los sueños
puertas que reciban tus álbumes
La niebla invade los caminos
y por más que entremos en su humo
ya no están los antifaces
ni las estrellas que repetían los ojos
de los antiguos caminantes
Todo ha descendido al polvo y al olvido
En la tarde hay canciones
que por más que se escuchen
no reviven las estampas
¡Oh! río veloz que has dejado la montaña
los guijarros y los peces han cambiado de río
y aquí en nuestro corazón
otro ritmo y otro canto
se esfuerzan en vano
en resucitar a los muertos
¿A dónde irás sin una buhardilla
en la cual colocar tus telarañas?
Adelante esperan nuevos soles nuevas lunas
Sabes que insistirás en descubrir
los mismos rostros en cualquier otro rostro
que tratarás de escuchar las mismas voces en los parques
aunque en el fondo de tu desolación
la insatisfacción sea mayúscula
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Y seguirán las huellas imperturbables bajo la lluvia
continuarán repitiendo los mojones ancestrales
el estilo de medir las arrugas
y recibir nuevos retoños
Fugacidad sí.
Temporalidad sí.
Pero a pesar de todo
se irán repitiendo los cabellos ondulados
los ojos de buey en los retratos
las frentes cortadas en las cejas
los pómulos fuertes y mentones alargados
las ganas de levantar montañas de dinero
de negociar hasta con las piedras
de carcajearse con falsete
de rascarse con la mano izquierda
de buscar pleito sin motivo
de ser conservadores
de no gustar de ambigüedades
de aislarse de los parientes
de ser machos y recontrarremachos
de no ayudar con los oficios de la casa
de ser callados o hablar hasta por los codos
de arrancarse los uñeros con desarmadores y tenazas
de comerse los callos
de dormir desnudos
de ser don Juanes hasta con las viejitas
de conducir borrachos y derribar zaguanes
de hacer viajes imaginarios a la Patagonia
de ser cazadores implacables
o guardianes sentimentales de los animales
de beberse el vino de las sacristías
de vigiar por las cerraduras de los moteles
de saludar a todo el mundo
o de insultar entre dientes a los policías
de ser conquistadores o timoratos
de sorprenderse por las haches mudas de los apellidos
de ser supercelosos cobardes o valientes
de participar en más de alguna guerra
de cortarse el cabello a la raíz
No han de borrarse las huellas de los ancestros
gavilanes cruzados con pájaros mediterráneos
No han de borrarse
y en la jaula de tu cráneo
han de revolotear los fantasmas
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Y ahora que hay claridad en las heridas
revelación en el capítulo de los escombros
resignación de ser un cerillo fugaz
que sólo alumbra un instante en la soledad de la noche
ahora que hay conciencia de ser una gota de agua
que de pronto se evapora
constancia de ser breve voz
que no recogen los periódicos ni las editoriales
ni los concursos de belleza de las palabras
ahora que hay convicción de ser un cantor trashumante
de llevar la ceguera de Homero y los lamentos de Jeremías
ahora es cuando hay que poblarse de espejismos
porque sin ellos la muerte es más cruel en los desiertos
Ahora es cuando la imaginación debe idealizar a los abuelos
y aislar de los piratas y truhanes pequeños gestos de nobleza
historias sentimentales de bondades inventadas
de sefarditas e ibéricos estilos en una piel de tabaco
procurando no insistir en los suicidas
en los cainitas y violadores de niñas tísicas
en los ladrones y rateros vulgares de callejones oscuros
A flote deben salir los ropajes de clérigos
las viejas pertenencias de finqueros y patricios universitarios
Debe intentarse por lo menos encontrar un compositor
o un poeta conocido sólo por los ratones de la cocina
por las gallinas de los traspatios
y los papeles del inodoro
Hay que inventar todo un ejército de ángeles
que hagan de ti el heredero más noble de la tierra
el nobel ,más importante de tu mundito individual y paranoico
el que va por las calles creyéndose el sol del mediodía
el que mira su estatua coronada en todos los parques
su nombre en todos los rótulos de neón en todos los libros
en todos los periódicos de cada día
en todos los canales de TV
el que sólo escucha su palabra en todas las radios
y en todas las gentes
el que por no tener petate donde caer muerto
se mira acostado en todas las camas de los comerciales
donde saborea un vodka finlandés
aunque en realidad se trata de aguardiente barato
de las destilerías de La Vega
¡Oh! ciudad perdida en el escombro de las castas
los sobrevivientes emigraron hacia el emporio de los dólares
No importa cómo Si dejándose
vapulear por «coyotes» y guardias fronterizos
si muriendo en los ríos o en las fauces de los perros
si dejando para siempre en las arenas las calaveras sonrientes
No importa cómo Si trabajando a medias
o negociando el pubis sin tener en las ruinas del pasado
a quien enviar el Money order
Solos allí en las avenidas o en los barrios latinos
platicando con las ratas y las cucarachas
Solos allí frente al zancudo de la Pan American
regresando de turistas para venir a decir en las esquinas
¡Ockey! ¡Ockey! Y luego retornar con la mirada vaga
con un nudo en la garganta que grita en la conciencia
que no existe el pasado
que ahora sólo quedan los retratos apolillados
y los huesos de tus ancestros íngrimas reliquias
atrapadas en el viejo cementerio
ahí donde caen los balonazos de los jugadores del Cafetalón
de los Pelés pelados de la nueva realidad
ahí donde dejan los preservativos los estudiantes fugitivos
donde quedan los casquillos de los candidatos a policías
de los que han de seguir cuidando
que la ciudad siga fiel y ordenada
Sí Lo único que ahora puedes hacer
es guardar los baúles vacíos
los recipientes donde los tíos iletrados guardaban el dinero
las escrituras de las propiedades los envase de aguardiente
las pistolas los ojos de venado las patas de conejo
la magnífica las siete cabezas de ajo el canto de los chíos
el gemido de la lechuza los viernes trece
el no pasar bajo escaleras los naipes los dados
las guitarras los gatos negros la estampa de la santa patrona
las uñas de la siguanaba el sombrero del zipitío
el martillo del justo juez de la noche la carreta chillona
el cadejo negro el cadejo blanco la oración del puro
la ruda las tarjetas del Santo Entierro el pene del mapache
los calzones de las hijas de los caporales
el retrato de la mujer de todos los hermanos y sus trenes de carretas
aparcadas frente a las rocas de la montaña de Los Chorros
las conchas de las playas del puerto de La Libertad
hijos por aquí hijos por allá
el retumbo de los Jabalíes tumores del Boquerón
los huevos de toro el padre sin cabeza
la corcobita los puñales de la dolorosa las candelas de sebo
las sábanas con sangre de los hímenes inaugurados
los murciélagos disecados las cenizas de muerto
las balas de plata los machetes mordidos siete veces
los incestos las mantillas de las monjas locas
los certificados de bautismo los retratos amarillos
las lomas de Victoria
Sí eso es lo único que puedes hacer
Allá tú si guardas las cosas en los mismos baúles
o las colocas en valijas nuevas
Sabes que nada ha quedado en el traspatio de tu existencia
sin embargo para sobrevivir y soñar con el futuro
necesitas escarbar en los armarios
en los sarcófagos de los fantasmas familiares
para imaginar que tu identidad tuvo raíces
que arriba del follaje te has juntado con tu nueva identidad
que de ambos rostros han salido los nuevos minotauros
los nuevos argonautas los nuevos Sanchos y Quijotes
los nuevos bandoleros o santos herederos de los cofres antiguos
continuadores de la casa que se ha venido edificando
desde hace cinco siglos hasta que termine la tierra
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Y ahora estamos aquí detrás del viento
detrás del agujero de la ventana rutinaria
estamos mirando la ciudad que recogió nuestro destierro
la nueva ciudad que aunque fea y tuberculosa
es el corazón del país que periódicamente
enciende sus volcanes para alumbrar nuevos horizontes
Estamos aquí mirando las arrugas de los multifamiliares
las calles que han recibido tanta sangre
tanta historia mancillada por los poderosos
Estamos aquí contando los borrachos
que fondean en las aceras
en los basureros de los mercados
Estamos aquí gimiendo por los niños huele pega
niños con la mirada esquizofrénica
con el frasco de petróleo transformado en aeroplano maldito
que les ametralla las neuronas y la dignidad
Estamos aquí observando la sífilis
con que los conquistadores contaminaros la patria
Escuchamos con mínimo volumen a Silvio Rodríguez
y otros soñadores
los escuchamos e imaginamos que alguien vendrá
a derribar las puertas a patadas
a clavar sus reflectores en nuestras conciencias
hasta que echemos la piedra
y nos hagamos cargo de conspirar
Sí aquí estamos detrás del viento
y del agujero de la tarde
A esta ventana viene a dar el grito de la ciudad
la interrogante de buscar nuevas alternativas
o si esto tiene que definirse en extra tiempo
debido al empate de las ideologías
que no dejan lugar para indiferentes
ni para los que se hacen los locos
o para aquellos que sinceramente buscan otra opción
Estamos aquí cumpliendo con la tarea cotidiana
Escribir poemas en el aire en los tejados en los puentes
en los papeles que navegan el Acelhuate el Urbina
arroyos taciturnos como las hortalizas del rio Las Cañas que llegan al Lempa
y contemplan los dinosaurios retorcidos de los puentes
y por último desembocan en el mar
y meten en los ojos de los peces todo el terror
que muerde la esperanza de estos veintiún mil kilómetros cuadrados
de campos de batalla
de bandadas de pericos que se quitan de encima
las botas de siete leguas de torturas y asesinatos
y vencen a la muerte
de la risotada de la historia de niños panzones
jugando con calaveras
de zopilotes engordados con la carne de los pobres
Sí estamos aquí limpiando la ventana
para que no se escape ni un tan solo detalle
para que nuestras lágrimas no sean en vano
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Y nos duele el corazón de la mañana
el buenos días pastoso del hígado maltrecho
nos duele por tener la mesa llena de calaveras
de noticias de guerra de ultrajes de sueños decapitados
Nos duele por no haber valentía
para pasarla sin desodorante sin Palmolive sin Colgate
Nos duele por quedar desterrados de los supermercados
por no tener papel higiénico de doble hoja
Kleenex para atrapar los estornudos
y quitarnos el sudor de las malas conciencias
Ni para jabón de porcino hay en esta hora en la bolsa del canguro
Nos duele la hipocresía de los fariseos y escribas
que desprecian los rebaños quitándoles la luz de la frente
envenenándoles la inocencia enseñándoles a despedazar
la sinceridad y el amor de las transparencias hermanables
Entras a la ciudad de la confusión
a las plazas de las hormigas desorientadas
pasas frente a los templos donde los murciélagos
siembran sus capulines maquiavélicos
frente a las vitrinas donde los vigilantes te fusilan
pasas con cara de ladrón con tu barba imaginaria
de hombre desesperado
Tus ojos más parecen de loco que de vidente
Caminas preguntándole al aire y al silencio
por qué llevas cuatro hijos con las manos extendidas
y una mujer que no puedes atender como a una reina
Apuras el paso y te detienen de un empellón
para ver si tus papeles están en el más nítido orden
No cabe duda que se trata de libertad condicional
de someterse a los yugos sin interjecciones
sin premisas que te llevan a la cima al sol al viento
a los puños levantados contra los portones
a orinar próceres a dejar sin cola al caballo del civismo
a quitar el Max Factor de la moral
a promover el achiote de las culturas sometidas
de las chirimías torturadas
de la resurrección de los venados
y el destierro de los cazadores
No cabe duda repetimos que esta libertad
es jaula para el hambre
para mirar comerciales y tener de pensado
para aprovechar las ofertas del Tinetty
para conseguir las latas y los pedazos de cartón
para la salacomedorcocinadormitoriosininodoro prefabricada
para seleccionar la lechuga y el repollo
de la basura del mercado de mayoristas
para cantar el himno nacional
y dejar que las tripas nos acompañen con sus chillidos
para asaltar al primer transeúnte que pase
para revelar nuestro fanatismo
y no perdernos la final de fútbol
para ser reclutados por el ejército
y de remate quedar desparramados en las ramas de los guarumos
de los conacastes de los pepetos de los amates
de los marañones de los nances
y terminar con los ojos llenos de ignorancia
de analfaburrismo sobre cuestiones de estrategia
sobre chambres hemisféricos
sobre lealtades ideológicas
sobre una cantidad de dólares apocalípticos
muerte sin ningún sentido
absurda como bacineta de patólogo
estúpida y más que estúpida
porque le ahorra a los zopilotes
que desciendan a tierra

1 1

Hemos caminado una y otra vez frente a los bosques arrasados
Con los pájaros hemos volado cabizbajos
Te han arruinado la cara las manos las rodillas
Todo el candor de tus calles antiguas
tus tejas y tus pilas públicas
ha sido destruido por los urbanistas
Te ha invadido la planificación de las cajas de fósforo
la fantasía de estar saliendo del subdesarrollo
la voracidad de hacerte más rentable
La consigna es asesinar las fuentes y el oxígeno puro
Todo para mostrar los cosméticos de la última hora
como si estar en el ataúd de la polución
bien perfumado y maquillado es tener vida
Hemos caminado una y otra vez frente a las estampas destruidas
y tras los anteojos de la ausencia nadie ha reconocido
nuestros pasos
Sin embargo te amamos no te hemos dado la espalda
ni te hemos dejado abandonada
Aquí estamos para actualizar tus octubres y diciembres
para recordarte cuando no estabas sucia
ni eras un extenso inodoro
cuando los viejos bailaban por las calles
al compás de las carrozas
cuando el hambre era menos cruel
cuando tus parques eran nidos luminosos
huertos íntimos alfombras donde soñar y cantar
cuando se buscaban en el cauce de las calles empedradas
los tres centavos para los caramelos o el pedazo de cemita
No te hemos abandonado
En nuestro corazón no has sido derribada
y ahí estás con tu gente
como una sola hermandad y un solo rezo
No han podido las barreras detener este amor
No se bota un libro así porque sí
sobre todo si contiene nuestra historia
nuestra cruda biografía nuestros tangos
No han podido las fronteras dividir este lecho
esta mano atropellada por los bandoleros de la política
esta mano que ha sido despojada del anillo
que te entregamos en inocentes nupcias
Sé que ahora hay en ti guardianes de la noticia
inquisidores de la cultura que gozan con marginarnos
Pero no importa basta que conozcas nuestro amor
y si a veces decimos cosas ofensivas
es porque nos duele la cuna de los abuelos
perraje de los tatas balcón de la serenata
rufiana primorosa tecomate de chicha
recital al aire libre panfleto del inconforme
cama de la primera noche erótica
vaso de limonada horchata internacional
pupusas de loroco cemitón de tres pisos
billetera robada madrina aristocrática
movidas de café monja solapada
fútbol a rabiar melancolía grito
12

Hemos hecho el inventario de los días perdidos
de los detalles de las viejas acuarelas
y en la mesa y en el alma han reverberado las canas
Buhardilla y balcones han abierto sus párpados
Hemos traído a la memoria los antiguos aldabones
y la neblina nuevamente ha invadido las calles
Mi corazón ha palpitado en las esquinas de olvidados recuerdos
Todo ha recobrado de repente el movimiento de la vida pasada
y en el celuloide de las heridas han retornado
las agendas que devoraron el tiempo y las polillas
Otra vez la posibilidad de renacer ha dejado su rocío
sobre los maquillajes
Los portales han vuelto con sus aleros
y mientras tañen las campanas de la lluvia
y nos acercamos a la casa antigua de la séptima avenida
hay rostros que sonríen y nos esperan tras las ventanas
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Ver también

«Orquídea». Fotografía de Gabriel Quintanilla. Suplemento Cultural TresMil, 20 abril 2024.