Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
Adalberto Blanco, integrante de la Mesa por la Soberanía Alimentaria (MpSA), manifestó que “todavía no sabemos qué medidas va a tomar el gobierno, a través del Ministerio de Agricultura (MAG), para enfrentar el tema productivo”, en reacción al estudio sobre la pobreza y la Canasta Básica Alimentaria.
Sobre el estudio presentado por José Luis Magaña, economista y consultor, sobre el estudio para la Actualización de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y de los costos de Producción de Maíz y Frijol en El Salvador, Blanco señaló que este documento no sólo está para “contar el número de personas que viven en pobreza”, sino, también, para valorar con qué políticas públicas se cuentan.
“Este estudio puede utilizarse para establecer políticas públicas adecuadas para estas personas que no logran alcanzar ese mínimo vital es decir, en este momento es difícil establecer una política pública clara para personas en situación de pobreza porque es engañoso el número”, dijo.
“Si hablamos de un 27% bajo la línea de pobreza monetaria, y se hace un ajuste a las Canasta Básica para considerar las realidades actuales, esa línea de pobreza va a subir. Por lo tanto, el Estado y el gobierno, deben crear políticas públicas para atender a estas personas en situación de pobreza”, reiteró Blanco.
Asimismo, consideró que al “ocultar” el número de estas familias sólo puede «obedecer a que tratan de ocultar la crisis” por los bajos salarios, los altos precios de los alimentos y una inalcanzable Canasta Básica Alimentaria, entre otros problemas estructurales.
“Si esconden bajo la mesa estas cifras, entonces, no se podrán hacer otras acciones, como hacer frente al cambio climático, y según los pronósticos, inicia con el fenómeno de La Niña y, está lloviendo más de lo normal, y luego se viene el fenómeno de El Niño, o sea, vendrá un período de sequía, será una canícula muy larga en julio y agosto, y no sabemos de las medidas del gobierno”, expresó.
“La única política del gobierno y el Estado salvadoreño que hemos visto es la importación de alimentos. ¿Qué pasa con esto?, primero nos hace vulnerables porque deja en manos de terceros la alimentación de la población y, segundo, perjudica la producción nacional porque las importaciones bajan el precio de la producción nacional y al final no pueden costear la inversión de sus cultivos”, acotó Blanco.
Blanco agregó que era importante “actualizar” la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y trabajar el tema de política pública y de derechos humanos de la población en general. “El Salvador no siempre fue un importador neto”, dijo Blanco, al opinar que esta problemática se debe a una “elección política” de los gobiernos en turno.
“Aquí se priorizan distintos intereses. En la época de Cristiani se priorizó la privatización; luego fue la maquila (Calderón Sol); después fue la dolarización (Flores), y actualmente la prioridad es el Bitcoin. El gobierno ha gastado más de 400 millones de dólares en bitcoins cuando el presupuesto de agricultura no supera los 100 millones”, manifestó.
“Estamos hablando de un gasto del gobierno en una moneda que nadie ocupa y que ahora no es de curso legal, cuando se pudo invertir esos 400 millones en agricultura. Sabemos que El Salvador no será cien por ciento independiente, pero sus productos claves deberían apostar frente a las crisis alimentarias”, reafirmó Blanco.
La Mesa por la Soberanía Alimentaria, retomando las recomendaciones del estudio sobre la Actualización de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y de los costos de Producción de Maíz y Frijol en El Salvador, demandó del gobierno de presidente Nayib Bukele actualizar la Canasta Básica Alimentaria con criterios nutricionales, enfoque de derechos y de cobertura nacional única.
También, le pide fortalecer la producción de granos básicos con apoyo técnico, financiamiento, infraestructura y seguros agrícolas. Sumando el impulso a la agroecología y la soberanía alimentaria, al promover prácticas sostenibles y la participación directa de las comunidades rurales.
En cuanto a las políticas sociales, económicas y agrícolas, reitera que se realicen bajo la articulación integrada de la equidad de género, acceso a recursos y mercados justos. Además, crear una reserva estratégica de alimentos abastecida localmente para enfrentar la crisis climáticas y económicas.