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La Coordinadora Salvadoreña de Movimientos Populares y El Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular se hacen presente en las afueras de la Asamblea Legislativa, para protestar contra la toma del 9F. Foto Diario CoLatino/Samuel Amaya.

2 años después del asalto a la Asamblea, las preocupaciones por la dictadura siguen

Samuel Amaya
@SamuelAmaya98

El 9 de febrero de 2020 es recordado por el asalto militar y el presidente de la República, Nayib Bukele, realizaron a la Asamblea Legislativa. Por eso, dos años después, organizaciones de la sociedad civil se concentraron en las afueras del edificio legislativo para recordar dicho acto y que no se vuelva a repetir. Sin embargo, han denunciado que desde ese día comenzó la dictadura en El Salvador.

La Coordinadora Salvadoreña de Movimientos Populares y El Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular fueron las organizadoras que con pancartas, flores y hasta un ataúd dieron colorido en las afueras del portón sur.

Mientras que la Unidad del Mantenimiento del Orden (UMO), de la Policía Nacional Civil, los recibió con una barricada.  Justamente, las organizaciones recordaron los hechos del 9 de febrero de 2020 cuando Bukele asaltó el Órgano Legislativo con efectivos militares y policiales. “El 9F es sin dudas una de las demostraciones más representativas del grave retroceso democrático que sufre nuestro país”, dijeron.

Dos años han pasado desde que un presidente de la República asaltó un órgano de Estado e intentó darle un golpe por no aprobar un préstamo por $109 millones para financiar la fase III del Plan Control Territorial que, hasta hoy, poco o nada se conoce, pues el documento es secreto y lo único que refleja es el debilitamiento de la seguridad con las fosas clandestinas que este mismo ha callado.

El 9F es sin dudas una de las demostraciones más representativas del grave retroceso democrático que sufre nuestro país. Foto Diario CoLatino/Samuel Amaya.

Ese domingo 9 de febrero de 2020, Bukele realizó el primer acto de autoritarismo, entró por la fuerza al recinto legislativo, se sentó en la silla del presidente de la Asamblea, en ese entonces Mario Ponce, y dijo “ahora ya sabemos quién tiene el control”.  Académicos y analistas políticos calificaron esa acción presidencial como un “Golpe de Estado fallido”, a partir de que hubo una “acción de fuerza contra los poderes públicos” según el marco jurídico salvadoreño. Y se determinó que fue una muestra de una “conducta autoritaria” del presidente Bukele, que ha generado una declive y debilitamiento de la institucionalidad.

Morena Murillo, de la CSMP, dijo que con los Acuerdos de Paz se logró iniciar un proceso democrático en El Salvador. “Desde 1992 se crearon espacios e instituciones para que fuéramos avanzando en la recuperación de la democracia”, pues en ese año se puso fin a un conflicto armado que duró 12 años, pero las dictaduras militares venían desde muchos años antes.

Antes de la llegada de Bukele y Nuevas Ideas al poder “teníamos una incipiente democracia, pero con estas acciones autoritarias se destruye el poco proceso democrático que habíamos iniciado”, comentó Morena.

Algunas acciones que las organizaciones catalogan como autoritarias serían: el imponer un fiscal general de la República y una Sala de lo Constitucional afín al Ejecutivo (a Bukele), así como remover a los jueces de la República y más aún, dar órdenes a la Asamblea Legislativa y al órgano judicial, “eso realmente es un autoritarismo”, agregó Murillo.

Además, dijo que el país no tenía como tal una democracia perfecta, pero sí estaba en un proceso de construcción, luego de 12 años de guerra civil.

Mientras que Sonia Urrutia, del BRP, sostuvo que Bukele “vino a desmontar toda una historia que costó derramamiento de sangre”. Según enfatizó, Bukele tenía todo un plan para cometer todos los actos el 9F y eso representó “un grave retroceso de la democracia”.

“Estamos en una eminentemente dictadura, podemos ver que la situación del país, es cada vez más grave y la bancada cían no obedece a las necesidades que el pueblo demanda”, destacó Urrutia.

Reacción de diputados de la Asamblea Legislativa

Los legisladores también reaccionaron sobre este hecho, por ejemplo, el diputado jefe de fracción del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Jaime Guevara, sostuvo que el 9F de 2020 fue “un día negro en la historia del país después de la firma de los Acuerdos de Paz”.

“Lamentablemente fue el principio de lo que ahora ya está consumado, una dictadura en este país”, comentó Guevara.

La diputada Claudia Ortiz, de VAMOS, dijo que el 9F es el día para recordar la toma violenta de la Asamblea Legislativa con militares armados, “el 9F 2020 se rompen muchas cosas; el orden constitucional, la confianza que había a nivel internacional e internamente hacia el presidente de la República. Ese día se quita la máscara y ya no podemos alegar ningún tipo de ingenuidad. Nos da la pauta de cómo sería su forma de ejercer el poder en adelante”.

Ricardo Godoy, de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), agregó que el 9F “va a quedar como el Día del Autoritarismo, donde recordamos como la PNC y la FAES irrumpieron un Órgano del Estado para someterlo a una acción que el Ejecutivo quería antojadizamente”.

“Lo que se ha quedado de ese día a la fecha son los fusiles, vemos cómo todo el aparataje de seguridad está siendo parte de una estrategia en la que se le hace creer al pueblo que es por su seguridad, y solo vemos fusiles que no rinden resultados favorables para los salvadoreños, porque seguimos viendo fosas clandestinas, desaparecidos, seguimos viviendo la misma triste historia de todas las familias salvadoreñas”, puntualizó Godoy.

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