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Versos de Roxana Artero

Mujer   

De  madrugada  y  alerta

corres  en  sonoros pasillos  del  jardín

en jaula  de   auroras  y  ásperas  arboledas,

entras en duelo   entre    voraces   lechuzas

que   te  hablan  despacio  en el  oído,

como  descifrarte   en  conjuros de sexo  y   tabú

intrigantes  y  sin piedad se valen de tu agonía

y rasgan  la lucidez de tu frente marchita

hasta   envolverte   en  sus    prejuicios,

y  te sumerges  en pesadas escalas

que se vuelcan en rutinas, embriagas  tu casa,

esperas  y    esperas   igual  que el  embrión

a ser   tierra   o    luz.

Mujer   de  madrugada  y   alerta

bajo  las  hojas  de  la   aurora.

 

  Timidez.

Habitante misterioso de San Salvador,

guerrero  herido  por  espadas

entre  barrotes  y  agua  de  alimañas,

te obligan a fingir   sonrisas  de  carbón  y  humo.

Sonrisas    esparcidas  como blanca lana

en  la  letanía   de  la   gran  ciudad,

muy  lejos de tu hábitat, sucumbes

con los  recuerdos de tu imaginación,

lento y sin murmurar,

huraño y agazapado

te paseas en el   helado  cemento

ante  observadores   ajenos  de tu  realidad

y sientes el  asedio   de  mil  verdugos,

y  tu vista de fogata se  congela  en el sol

Necesito  darte   un  presente

¿Y  qué   puedo darte?

África no sale de mis manos.

 

(Gustavito)

Hipopótamo

 

Brevedad

Te expongo en mi paisaje  surrealista,

que  camino  entre  claros  copos  de  nieve,

abrazo  el  pasaje  inesperado,

suspiro que me conduce a tu puerto.

Escucho   la  cascada  de tu  timbre

que   sonroja  el  coral  de  mis  mejillas.

Alegre juventud y  despliegue de color

en  breves   movimientos  que  sin alcanzar  lo  etéreo,

son   ligeros  como  toques  bohemios.

 

   Mi credo 

Sé de la  Odisea del cordero

que es  puesto y expuesto ante la multitud.

Aprecio tu  nombre en cada encuentro de  mi vida,

y  te   veo en mi espejo agitado

entre rebeliones y  duras caídas

de extensos laberintos  donde encuentro mi verdad,

y  lo  llevo hasta sentir a Dios en mis palabras

que  relampaguea en mi  cabeza su bondad,

y me libera de crear  falsas soledades.

 

 

Caos

Hilvano de crueldad  mis  días

telares que se  vuelcan de insensatez

hasta romper el vórtice de mis dedos,

escarbo   sin argumentar  mis decisiones

sin  pasado, sin futuro, a  golpe  certero  del tiempo…

¡Tiempo!

¿Quién se agasaja viendo mi dolor?

 

Adolescente

Niña    de  zarcillos   luminosos,

de sonrisa delgada y de rosadas mejillas

en años de primavera y  pureza virginal,

entregas  el  perfume  de  tu  piel

pero  te voltean la cara con rotos papeles,

y te  desnudan sobre   jardines  desmembrados

en   vivas brasas  de adolescencia

e impaciente, ves el alba prematura

herida, mueres  y en tus ojos…

la aurora.

Frío.  

Te  propongo  un  trueque  y  apiádate,

que  incesante  es mi  combate

me haces caer  sin piedad ante tus fauces,

permíteme   resucitar  en la calidez de tu mirada

y moldear tu aliento entre mis dedos,

con  lluvia  de  amates en la profundidad de la bruma.

 

Él

I

No    necesita

frases   sofisticadas

estrategias  maliciosas,

le   basta sentir mis labios

tendidos en su pecho,

invernadero  de  luciérnagas

y  mi puntualidad   de    éxtasis

al   amarlo.

II

Y en  sus  brazos   me  guarda

con  certeza   de   azules  océanos,

con el toque de  su boca   me destierra,

me encanta, me seduce ,me sonríe ,

me extiende como aire nuevo

y     sol de mediodía

con la sutilidad de los ojos de Dios,

viene a  plantarse en la humedad de mi vientre

de altas mareas, de ardiente dulzura,

me hace descansar  y remontar mis  alas gitanas.

 

 

Sigo

Al silente que dentro quema

y  se hace  flama  que  martilla  mi  inconsciente

y   se   abren mis ojos,  develan  mis sensaciones

deliberando  en la punta del obelisco

construido  desde mi pequeñez.

 

 

 

 

Indiferencia

¿Por qué   eres  el  puñal  que  destroza  mis  huesos?

¿Por qué   finges  y   desprecias  mi   paso?

Como  ebrio que  saluda   a   la  iglesia

limpia   sus  hombros,

asfixias mi garganta cual trago  de sangre.

Me dueles

 

 

 

Marco   la  salida

Sé de  vagar y derramar leche

pero no de filosofías  con sus semejanzas y diferencias,

ni de atribuciones en cada  renacimiento del mundo,

navego en un barco viejo de altas velas , sin rumbo

y  frente a la eternidad se hace polvo,

insondable  pensamiento  en la densidad de mi calma,

me encuentro  sin zapatos  con  la experiencia de la vida

cara a cara, día a día.

Trazo con la punta de mis dedos una historia

sin saber a qué  hora se marca la salida.

 

 

 

 

Provocación

 

Me provoca

venerar   la  plenitud que vivo contigo,

de  asombrosa  melodía que atiende mi alma.

Conspiradora,  se desliza en mi oído,

seguro te detienes en mi puerta  con los años cernidos

de   grandiosas tormentas.

Me provoca

encender el  aguacero  de tu invierno,

que apaga  el límpido de mis pétalos rojos

y callar la distancia  porque defines sin tocarme un declive

sin ciudad, mi  clímax.

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