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Rosario Rivas
@DiarioCoLatino
La pandemia del COVID-19 no solo ha alertado al mundo sobre la vulnerabilidad en que vive la humanidad, si no también ha dejado al descubierto que la naturaleza necesitaba un respiro para seguir dando vida.
Antes, cuando no había tanta industrialización y modernismo, el ser humano vivía en conexión con la Madre Tierra, pero, sobre todo, la respetaba.
En la actualidad, en El Salvador, algunas organizaciones han tomado por iniciativa pronunciarse ante el abuso que hacen transnacionales en contra de medio ambiente.
El Movimiento de Víctimas y Afectados por el Cambio Climático y Corporaciones (MOVIAC) retoma, a través de su VIII encuentro, actividades que tienen como objetivo transmitir las vivencias ancestrales. Estas referidas a los cultivos, la alimentación saludable y el mantener el Intercambio de saberes, semillas y experiencias campesinas e indígenas, en el marco de la semana de acción global por la soberanía alimentaria y contra las transnacionales.
El CESTA y las organizaciones que forman parte del MOVIAC, ha mantenido durante mucho tiempo la advertencia sobre la vulnerabilidad del sistema alimentario, basado principalmente en la agricultura industrial.
En un pronunciamiento realizado este viernes señalan que la demanda tiene un alto uso de insumos externos, “convirtiéndose en el motor principal de múltiples crisis como las climáticas, alimentarias, medioambientales y de salud pública”.
Para esta organizaciones, “el libre comercio y los acuerdos de inversión corporativa y otras falsas soluciones como los mercados de carbono han agravado dichas crisis”.
Esto pone en decadencia el sistema de producción actual, que se ha hecho evidente durante la pandemia provocada por el COVID-19, señalan en el pronunciamiento.
Agregan que hay un evidente desabastecimiento de alimentos principalmente para las mujeres rurales que tienen que luchar aun más para alimentar su hogar, ya que son cabezas de familia.
Y destacan que en muchas comunidades fue imposible realizar labores agrícolas durante la cuarentena.
“Por lo que se avecina una situación de hambruna en el pueblo, quedando expuesto a la importación y donaciones de alimentos que con frecuencia no se sabe su procedencia ni su calidad”, dijeron.
Para este movimiento las soluciones alimentarias del gobierno son basadas principalmente en la importación y donación de alimentos. Y recuerdan que durante la cuarentena se publicitó la entrega de 2.7 millones de paquetes alimenticios comprados en México y otros países donde la mayor parte de los cultivos son con semillas transgénicas.
Además, señalan que estos productos tienen un alto contenido de insumos agrotóxicos lo que pone en duda la calidad e inocuidad de los mismos y que son donados a la población, con el agravante de que se compran con alto costo económico en el extranjero.
Con la pandemia quedó al descubierto la necesidad de hacer cambios hacia sistemas alimentarios más justos y resiliente, afirmaron.
Agregaron que hay ejemplos claros con muchos testimonios de campesinos y campesinas agroecológicas que hacen la diferencia y cultivan saludablemente.
Este sector ocupa sus semillas criollas, la diversificación productiva, la elaboración de sus propios insumos, huertos urbanos con lo que lograron resistir mejor a esta crisis.
Esto les permitió tener una reserva de alimentos locales y nutritivos, pero, sobre todo, alimentaron a sus familias y a sus comunidades.
Para el MOVIAC y sus organizaciones, esto solo demuestra que la agroecología es el camino para la reconstrucción de la agricultura en época de post COVID-19.
Y exhortan al Estado y a sectores tomadores de decisiones a que es necesario reconocer y tomar conciencia sobre esta realidad.
Con esto no se puede decir que no vendrán nueva crisis alimentarias, donde se paralizará por completo el comercio de productos alimenticios y las consecuencias serán aún más graves que la actual pandemia.
Sin embargo, debido a esta urgencia y realidad, las organizaciones demandan entre otras cosas “quitarle a las empresas transnacionales el control sobre el sistema alimentario, ya que han trasformado los alimentos en mercancía con las que especulan y enriquecen sin control”.
Y devolver la producción de alimentos a los pequeños campesinos/as, indígenas, familiares, ya que son los que actualmente producen alrededor del 80 % de los alimentos que se consumen a nivel local.
El MOVIAC señala que es necesario impulsar a la agricultura familiar campesina, urbana y su desarrollo con bases agroecológicas, dejando de lado los insumos importados, los paquetes de agrotóxicos y además se debe fomentar programas de apoyo estatales con asistencia técnica e insumos locales.
También es necesario promover la Agroecología como un sistema de producción de alimentos socialmente más justo.
“Esto con enfoque holístico e integral que puede resistir futuras crisis”, afirmaron.
Para finalizar, afirmaron que es necesario impulsar “una profunda discusión para ir desarrollando un sistema político, económico, ideológico, que sea armónico con la Madre Tierra y se fundamente en la justicia entre sus habitantes, evitando todo signo patriarcal, racista, violento y acaparador”.
