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Provocación hondureña

@arpassv

La invasión ilegal de la Isla Conejo por parte de Honduras, treat amerita una reflexión sobre las posibles razones que estarían detrás de esta condenable provocación del gobierno y del ejército del vecino país.

Una primera razón sería la necesidad del presidente Juan Orlando Hernández de legitimarse tras las elecciones fraudulentas que ganó gracias al control de las instituciones electorales, difusión de campañas sucias, compra de votos y otras acciones amañadas denunciadas por el opositor Partido Libre. Por tanto, Hernández necesita legitimarse exacerbando el nacionalismo catracho y levantando una bandera de “unidad nacional”.

Una segunda razón podría ser la urgencia de desviar la atención de los graves problemas que aquejan a la población hondureña: inseguridad, pobreza y demás problemas que el gobierno no puede resolver. Para ocultar esta incapacidad, Hernández concentra la opinión pública en la Isla Conejo, tema convertido en la comidilla de los grandes medios hondureños.

Una tercera razón sería la política expansionista de la oligarquía y el gobierno hondureño. Honduras quiere asegurar su salida al Océano Pacífico, a través del Golfo de Fonseca, apropiándose por la fuerza la pequeña Isla Conejo que históricamente ha pertenecido a El Salvador.

Y la cuarta razón podría ser el intento de la derecha regional y los neoconservadores estadounidenses de provocar al gobierno salvadoreño llevándolo a una confrontación bélica con Honduras. Las derechas oligárquicas de la región temen que el nuevo gobierno del FMLN, presidido por el ex comandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén, gire más hacia la izquierda, y por eso quisieran desgastarlo en una aventura bélica.

Debido a esta última posible razón, la respuesta salvadoreña es muy acertada. Tanto el gobierno saliente como el entrante han expresado una enérgica condena, pero apelando a una resolución pacífica y con la intervención de la institucionalidad internacional, seguros de que ésta resolverá a favor de El Salvador.

El gobierno salvadoreño no caerá en las patéticas provocaciones de las autoridades hondureñas, que mejor deberían dedicarse a resolver los graves problemas que agobian a ese pueblo hermano.

A las provocaciones bélicas de la derecha hondureña y continental, el gobierno de izquierda de El Salvador debe responder con un mayor espíritu integracionista y centroamericanista. Y el presidente electo Sánchez Cerén así lo entiende, por eso su primera acción como futuro gobernante ha sido precisamente una gira por los países vecinos proponiendo una mayor integración centroamericana.

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