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Combatientes de la oposición siria marchan al frente de las tropas de Turquía en Hassa, provincia de Hatay, cerca de la frontera con Siria. [Foto Diario Co Latino/Bulent Kilic/AFAP]

Prosigue sangrienta ofensiva de rebeldes proturcos en norte de Siria

Hassa/Estambul/AFP

Bulent Kilic/Gokan Gunes

Los sangrientos combates entre rebeldes sirios apoyados por Turquía y combatientes kurdos, proseguían este lunes por tercer día consecutivo en el norte sirio, en el marco de una ofensiva que, dijo el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, proseguirá hasta cumplir sus objetivos.

Los ataques, que apuntan a desalojar a las milicias kurdas de las YPG de la localidad de Afrin, redoblaron su intensidad este lunes cuando los ataques de los rebeldes proturcos fueron apoyados por blindados y artillería.

Un balance del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) dio cuenta de al menos 54 bajas: 26 combatientes kurdos, 19 rebeldes proturcos y 9 víctimas no identificadas.

La operación, bautizada «Ramo de olivo» ha generado preocupación en varias naciones. «Estoy muy preocupada y conversaré sobre ello entre otros asuntos con nuestros interlocutores turcos», dijo la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini en Bruselas.

Más temprano el presidente Erdogan había advertido: «La cuestión de Afrin será solucionada, no habrá marcha atrás en Afrin. Hablamos con nuestros amigos rusos, tenemos un acuerdo», sostuvo Erdogan en un discurso pronunciado en Ankara.

«La operación de Afrin terminará cuando se alcancen todos los objetivos», agregó.

Soldados turcos y sus aliados sirios lanzaron el lunes una nueva ofensiva contra las YPG desde la ciudad de Azaz, situada a unos veinte kilómetros al este de Afrin, informó la agencia de prensa Anadolu.

Un corresponsal de AFP del lado turco de la frontera vio poco antes una decena de tanques y entre 400 y 500 combatientes turcos y árabes ingresar en Siria.

«El bombardeo continúa esta mañana del lado turco con artillería, tanques y lanzacohetes», declaró a la AFP un portavoz de las YPG en Afrin, Rezan Hedu.

«Hay intentos (turcos) de ingresar en la región de Afrin y combates esporádicos en la frontera sirio-turca al norte de Afrin. Las batallas son feroces», agregó.

Moscú no confirmó la existencia de un acuerdo con Ankara, pero numerosos analistas estiman que sólo con el aval de Rusia se puede lanzar en Siria una ofensiva mayor. Moscú controla el espacio aéreo en el norte del país y retiró la semana pasada sus tropas desplegadas en Afrin.

Turquía acusa a esta milicia kurda siria de ser el brazo del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que Ankara considera como «terrorista», igual que Washington y la Unión Europea, y que combate desde 1984.

La milicia kurda es el principal componente de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), coalición árabo-kurda apoyada por Estados Unidos que combate a los yihadistas de Estado Islámico (EI) en el norte de Siria.

Se trata de la segunda ofensiva turca en el norte de Siria, después de la de agosto de 2016 lanzada para acorralar al EI hacia el sur y también para frenar la expansión de los combatientes kurdos.

Aprovechando el conflicto sirio, que ha dejado más de 340.000 muertos desde 2011, los kurdos sirios -durante mucho tiempo marginados- instalaron en 2012 una administración autónoma en Afrin, un territorio aislado de otras zonas controladas por las YPG más al este.

Moscú acusa a Washington

Ankara lanzó esta ofensiva después de que la coalición internacional antiyihadista liderada por Washington anunciara la creación de una «fuerza fronteriza» compuesta por combatientes kurdos.

El domingo, Estados Unidos pidió a Turquía «moderación», pero el secretario de Defensa, Jim Mattis, afirmó que Ankara había avisado a Washington antes de lanzar su ofensiva y estimó que las preocupaciones de seguridad turcas son «legítimas».

El secretario de Estado, Rex Tillerson, reconoció el lunes «el derecho legítimo de Turquía» a «protegerse».

Frente a estas reacciones medidas, las FDS exhortaron a la coalición internacional liderada por Washington a «asumir sus responsabilidades», afirmando que la ofensiva turca constituye un «claro apoyo» a los yihadistas.

Moscú por su parte acusó a Washington de alentar el separatismo de los kurdos de Siria. «Washington alentó activamente y continúa alentando sentimientos separatistas entre los kurdos», dijo a los periodistas el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov.

Según Anadolu, las fuerzas turcas destruyeron el domingo por la noche dos posiciones de las YPG desde donde dispararon cohetes hacia la ciudad turca de Reyhanli, causando un muerto y 46 heridos.

La agencia informó también que las fuerzas turcas ingresaron el domingo en Afrin y tomaron once posiciones controladas por las YPG, lo que no confirmaron las Fuerzas Armadas.

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