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No más basura

Licenciada Norma Guevara de Ramirios

Cualquier desecho, desperdicio, asunto indeseado en el consumo o producción, domestica, industrial, comercial, hospitalaria, generada por la actividad humana, es basura.

Indeseada es también la gestión pública que en vez de orientarse por la misión legal, se realiza para causar daño a otros, aprovechándose del poder, del dinero público, eso podríamos llamarlo política basura, es lo que debemos barrer en este país.

Las imágenes de promontorios de desechos sólidos en San Salvador, producidos en los últimos meses y particularmente en las últimas semanas, constituyen una amenaza a la salud pública en nuestra capital, donde circulamos quienes vivimos y quienes la visitan por razones de trabajo.

El conflicto hoy lo escenifican la municipalidad y parte de los trabajadores organizados en la asociación de mayor antigüedad, ASTRAM; pero detrás de ese conflicto se huele y se sabe a la legua, están otros actores y otros intereses ajenos a los problemas reales que enfrentan gran parte de los empleados municipales, por retenciones salariales no entregadas de su seguridad social y a otros acreedores.

Con banderas de ASTRAM se cierra el acceso de los camiones recolectores al relleno sanitario en Nejapa, se cierra el paso vehicular hacia los municipios del sur de San Salvador y de la carretera litoral a la altura del paso a desnivel, conocido como Paso del Jaguar y a la planta de transferencia conocida como Aragón.

Sin precisar cómo y quienes acarrean y riegan los desechos, se llenan las avenidas de basura, al punto de producir serios problemas adicionales cuando llueve.

Todo esto ocurre acompañado de los aplausos de un par de ministros del gobierno de Bukele y el apoyo de la PNC, cuyo director se atrevió a negarse a cumplir pedidos de la Fiscalía. Alguna responsabilidad tendrá el alcalde, pero resulta obvio que detrás de estas acciones hay una finalidad político electoral del partido del presidente, que quiere llevar a la alcaldía capitalina a su ministro de Gobernación.

El partido del presidente es de reciente inscripción, pero no nacieron ayer los que acompañan a ese partido, los mismos actores que en el pasado utilizaron la destrucción de vehículos y la basura para desacreditar la gestión de la única mujer alcaldesa que ha tenido la ciudad capital: la doctora Violeta Menjívar. Y están actuando ahora desde posiciones diferentes.

Se conjugaron en aquel momento los intereses de dueños mayoritarios de la empresa MIDES, algunos líderes sindicales y en aquel entonces voceros y actores del partido ARENA; hoy, los mismos actores bajo otra bandera política repiten la operación y, como siempre, las reales víctimas somos las familias capitalinas, quienes trabajan en esta ciudad, que son la mayoría de sus usuarios y la salud general del pueblo.

No necesitamos más basura, ni políticos basura que usan los desechos y la gestión de los mismos para acrecentar poder.

Se necesita que la municipalidad resuelva los problemas que aquejan a sus trabajadores, que los ministros dejen de manipular a las organizaciones laborales y que el ministro de hacienda haga las transferencias de los fondos a las municipalidades, que retiene ilegalmente desde hace cinco meses.

El ministro de trabajo, antiguo dirigente de ASTRAM, Rolando Castro; Mario Durán, exconcejal de la capital, se aprovechan de sus vínculos para fines electorales, igual que el presidente de la República y su comisionada presidencial, vienen de esa alcaldía, la población capitalina los conoce, y no pasará desapercibida su acción manipuladora de un problema cotidiano, como la necesidad de cada familia, empresa, oficina, hospital, que le sean  recogidos y tratados adecuadamente los desechos sólidos.

El tiempo de campaña para los municipios empieza en enero, pero nadie ignora que, en la práctica, la acción política, en función de la campaña radica en un buen servicio, o en una propuesta que atraiga la atención de la ciudadanía; sin duda, los funcionarios que gobiernan los municipios aspiran a reelegirse, y si entienden que un buen servicio es carta de presentación, pueden intentarlo.

En eso radica la retención del FODES por parte del Gobierno, en querer que se paralicen y suspendan servicios o proyectos las actuales municipalidades. Eso es política sucia, eso es política basura, eso debe ser censurado y castigado.

Corresponde a quienes aspiran al voto de las y los capitalinos, jugar limpio, hacer propuestas y compromisos de una gestión democrática, participativa, transparente y que cumpla con los servicios esenciales y necesidades del desarrollo social y económico de sus habitantes.

Ya aprenderemos también a producir menos desechos sólidos, a separarlos y ojalá que surja el reciclaje en dimensiones que permitan afectar menos el limitado espacio para la disposición final. Abramos ojos y mentes frente a lo que genera tanta basura y actuemos como ciudadanía consecuentemente.

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