No dejaré el papel

Mauricio Vallejo Márquez

coordinador

Suplemento Tres mil

Escribo a mano. Siempre llevo conmigo una libreta. Mis amistades saben que quedan bien conmigo al regalarme una, thumb porque las uso y mucho.

Toda idea se esboza en sus páginas, stuff mis sueños, mis comentarios de lo que leo, incluso apunto mis gastos para llevar un control de mi presupuesto que luego paso a libros contables: herencia de mi abuela Josefina.

Hubo un tiempo en que decidí dejar atrás el papel y escribir directamente en la computadora. Así veía que escribían varios escritores conocidos, por lo que consideré apropiado seguir el ejemplo. Sin embargo, un día que estaba incapacitado (allá por el 2003) por un salvaje error perdí el poemario que trabajaba desde 1999. Procuré hacer de todo para recuperarlo, me asesoré y hasta oré. Pero nada, el poemario perdido. Desde ese día hasta el 2008 no volví a escribir un solo poema. me afectó tanto y comprendí la tristeza que tuvo don Luis de la Gasca cuando le rompieron frente a él toda su obra.  No recuerdo mucho de ese poemario, sólo el último que trabajaba, el tema era demandante: mi papá. Hice otra versión que por ahí anda publicado.

En 2008 volví a escribir poesía de forma directa en la computadora, pero hacía carpetas de respaldo y era muy cuidadoso para no perder el material. Porque cuando me fui a vivir a México dejé mi computadora en otras manos y le dijeron adiós al sistema operativo y a todos mis archivos, entre ellos mis versos.

Bueno, como lo mío es escribir. Me divierto en ello. La mayoría de mis cuentos y poemas los escribo en papel. Eso me permite corregir y quedar más satisfecho al trascribirlos en la computadora, donde vuelvo a corregir. Mi buen amigo don Gabriel Pons (quien fue un estupendo abuelo para mí) me hablaba de que al menos ocho correcciones son necesarias, a veces me toman mucho más.

Ahora procuro siempre llevar una Moleskine, me gusta que la hoja sea lisa, sin rayas, ni cuadriculadas. Porque además de escribir me da por dibujar y hacer diagramas u otras ocurrencias. Total para eso es el papel.

El proceso de selección y ordenamiento es lo que más me demanda tiempo. En una libreta que me regalaron los buenos amigos del MUPI escribí varios poemas que aún estoy pendiente de terminar de clasificar, pero ahí vamos. Escribiendo, leyendo y viviendo.

Debemos aceptar que en estos tiempos la tecnología y el papel van de la mano, aunque el papel es más presente y físico.

A veces apunto ideas para mis columnas en los cuadernos o en hojas sueltas, para luego elaborarla definitivamente frente al monitor. Es así como escribo ahora este artículo en el que hablo del inmenso amor que tengo por escribir en la hoja de papel.

Ver también

«Orquídea». Fotografía de Gabriel Quintanilla. Suplemento Cultural TresMil, 20 abril 2024.