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Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
Sandra Ascencio, de la Mesa Permanente para la Gestión de Riesgo (MPGR), hizo un llamado a los candidatos y candidatas que aspiran a puestos de elección popular a comprometerse a fomentar una “cultura de prevención” en beneficio de la población salvadoreña, con participación de todos los sectores de la vida nacional.
“Este 13 de febrero nos recuerda un capítulo trágico de nuestro país, un sismo de 6.6 grados en la escala de Ritcher, que afectó la zona central y paracentral del país y que cobró la vida de 315 personas. Y, no obstante los daños y pérdidas, aún no contamos con una Política Nacional de Gestión Integral de Riesgos”, argumentó Ascencio.
Consideró que esta normativa deberá cumplir con requisitos específicos como la operatividad desde un enfoque: reactivo, correctivo, prospectivo (a futuro), inclusivo, participativo y visión de género.
Las cifras de Protección Civil, citadas por la MPGR, dan cuenta que el segundo movimiento telúrico del 13 de febrero de 2001 provocó la muerte de 315 personas, de las cuales 165 era población infantil. El evento sísmico se concentró en el departamento de Cuscatlán y San Vicente, que dejó a 3 mil 399 personas lesionadas, 92 soterradas y 275 mil 13 personas damnificadas.
Asimismo, se generaron 71 derrumbes, 86 edificios públicos y 16 mil 752 viviendas dañadas y 44 mil 750 viviendas destruidas en su totalidad debido a los sismos. Lo que aumenta la vulnerabilidad del territorio nacional.
Mientras, Gil Pintín señaló que están trabajando en una política integral de prevención, donde se han integrado junto a otras instituciones públicas, pero consideró que la actual legislatura debería impulsar su aprobación.
“El retraso de aprobación de la política de prevención tiene que ver más con el ‘si quieren o valoran más la vida de la persona o la parte de los bienes’ y lo digo porque muchas veces para poder elaborar una política se toman en cuenta los bienes y es por el modelo neoliberal, donde la vida de las personas pasa a segundo plano”, acotó.
Sobre el compromiso de una cultura de prevención, Pintín consideró que deben incluirse las experiencias y conocimientos de la academia, las empresas privadas, diferentes instancias del Estado y la población, a fin de salvar la vida de los pueblos.
