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Samuel Amaya
@SamuelAmaya98
En la catedral metropolitana de San Salvador se llevó a cabo la tradicional misa dominical para que todos los feligreses presenten sus pecados ante Jesús y pedir de corazón el perdón por ellos. El padre Guillermo Palacios, vicario de catedral metropolitana, habló sobre el rol de los creyentes en el reino de Dios y en la tierra y, además, seguir lucha de monseñor Romero.
Según dijo el padre Guillermo Palacios, los creyentes deben estar en paz con Dios y en santidad. Lo que importa es estar del lado correcto, del lado de Dios, sin importar o sin creerse más que otros feligreses o pastores, ya que Dios ve un solo creyente y es aquel que esté del lado correcto.
Durante la homilía de este domingo 17 de octubre, festejaron los 3 años que tienen Monseñor Romero de haber sido declarado Santo, tras haber cumplido en su orden por este proceso.
Según comentaron los religiosos en la cripta, Romero fue “un siervo de Dios, venerado, beato y fue canonizado”, por ello, presentaron un cuadro de San Romeo, simbolizando su santidad, que ya es reconocida oficialmente por la iglesia. Aunque “ya había sido reconocido Por Dios y por su pueblo, porque desde el Evangelio defendió los derechos de los pobres y perseguidos”, expresaron en la procesión de ofrendas.
La canonización de monseñor Romero procedió luego que, por su intercesión, Dios concedió el milagro de curación por embarazo de alto riesgo a Cecilia Flores y el nacimiento de su hijo, por ello presentaron una foto de Cecilia, su hijo y su esposo, simbolizando que como a ella le concedió el milagro de la vida. Dios permite que monseñor Romero siga abogando por milagros para los desfavorecidos, dijo el religioso.
Para monseñor Romero, los hombres y mujeres tienen que aprender a ser hermanos en la tierra para no odiarse unos contra otros, por ello siempre en la procesión de ofrendas, presentaron la frase “No más odio entre hermanos/as” simbolizando el anhelo de poder convivir en paz, al erradicar el odio entre hermanos/as que resurge el país por disconformidades políticas.
El padre Guillermo Palacios instó a los feligreses a que siguieran con el legado monseñor Oscar Arnulfo Romero, quien fue asesinado un 24 de marzo de 1980 por ser la voz del pueblo que en ese entonces estaba oprimido por una dictadura militar.
