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Me afirmo para ese después

Mauricio Vallejo Márquez,

Escritor y editor suplemento Tres mil

 

No tengo la menor idea de cuánto tiempo he perdido en las redes sociales. Sólo sé que es tiempo que no vuelve y se difumina. Sin embargo, en estos días de Covid-19 y de distanciamiento social son la principal forma para disminuir la lejanía y tener contacto con los que amamos aún estando lejos.

Reviso las redes sociales y me dejo llevar por la tentación de decir lo que siento y pienso, y producto de esto observo la ira y la intolerancia de algunos; me percato de la cercanía de criterios que compartimos con algunos en esta locura que llamamos patria, y esa tan poca práctica noción de creer antes de conocer por la mayoría que se deja guiar por propaganda o por las vísceras.

Pronto una nota falsa puede sacudir el piso, pero también dejar la lección de que el método científico no sólo es para los trabajos de grado y las investigaciones académicas. El conocimiento, sin lugar a dudas es esencial para aprender y crecer.

Y así, nos sumamos a la evolución: henos acá. Nos hacemos parte del engranaje social que ve la vida por una ligera pantalla de celular en el exilio al que nos obligó la falta de una bovina de papel periódico. Esta columna es testimonio de ello, porque no se escribe para ser impresa; sino para esas ventanitas que nos desvelan, para ser luz y no mancha de tinta. Algo a lo que me resistía por ese romanticismo de ver y sentir la celulosa mientras pasaba las páginas traes leer cada párrafo.

Seguramente a eso se enfrentaron los escritores de antaño que plasmaron en las rocas con sangre combinada con barro alguna historia y luego pasaron a grabar tablillas de piedra, o a pergaminos de cáñamo o a tela o a papel. Pero, así es la evolución y la historia. No podemos quedarnos sentados viéndola pasar, porque somos parte de ellas. Solo tenemos dos alternativas: adaptarnos o morir.

Así que escribir sin pensar en el papel, me hace adaptarme. Aunque sé que, en algún momento como todo ser humano que se aferra al pasado, el papel será un lujo imprescindible de los que amamos la palabra escrita. Y yo, como decía mi padre, me aferró a ese después.

Ver también

«Orquídea». Fotografía de Gabriel Quintanilla. Suplemento Cultural TresMil, 20 abril 2024.