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Los célebres fundadores de Santa Tecla – II Parte

Marlon Chicas

El Tecleño Memorioso

Continuando con la biografía de ilustres fundadores de Santa Tecla en 1854, corresponde en esta oportunidad conocer algunos detalles de la vida y obra del obispo Tomás Miguel Pineda y Saldaña (+), segundo arzobispo metropolitano de San Salvador y sucesor del obispo Jorge Viteri y Ungo (+), quien abandonó el país en 1846, debido a discrepancias con el Estado Salvadoreño.

El obispo Tomás Miguel Pineda y Saldaña, nació en la hacienda El Rosario, municipio de San Pedro Masahuat, departamento de La Paz el 02 de diciembre de 1791, primogénito de Cayetano Pineda (+) y Antonia Saldaña (+).

Según registros, la noche del 16 de abril de 1854, en la que se celebró el Domingo de Resurrección, faltando cinco minutos a las once de la noche; San Salvador es sacudida por un violento terremoto 6.6 en escala de Richter, que devastó a la ciudad capital y su patrimonio histórico, incluida la Sede Episcopal, el Convento de San Francisco, así como el santuario del mismo nombre, que se ubicaban en los terrenos, que ocupa actualmente el Mercado Excuartel, en la que el obispo Pineda y Saldaña sufre leves golpes productos del seísmo.

El 28 de junio de 1854, el expresidente de la república teniente coronel José María San Martín, el obispo Saldaña, funcionarios y notables de la época, realizan una visita a la Hacienda Santa Tecla propiedad del español Juan Palma, en la que estos quedan extasiados de sus parajes, clima, cultivos y otras condiciones, que le convierten en el lugar idóneo para fundar la nueva ciudad capital.

Un dato por resaltar es que el obispo Pineda y Saldaña, no asistió a los actos fundacionales como era su deseo, lo que no limitó su apoyo moral y cristiano a los esfuerzos por hacer de esta urbe la mejor del país. El 02 de enero de 1855 se realizó la “jura de los Santos Patronos”, con la venia del obispo Saldaña, paralelo a este hecho se iniciaron las edificaciones de templetes y seminarios, los que sucumbieron al terremoto de 2001.

El obispo Pineda y Saldaña se radicó en Santa Tecla en agosto de 1856, durante su estancia, se promovió el arte, actividades académicas y religiosas, se impulsaron iniciativas en favor de los más desposeídos; la creación de obras benéficas así como la llegada de congregaciones religiosas como los Capuchinos en 1865, los Jesuitas en 1869, Hermanas Dominicas en 1968, Hermanas de la Caridad en 1870, estas dos últimas fueron asignadas a la atención del Orfanatorio de Santa Tecla y al  Hospital General de San Salvador respectivamente.

En sus últimos años de vida, el obispo Saldaña soportó una parálisis en ambas piernas, por lo que solicitó al Vaticano asignarle un obispo auxiliar, el que fue rechazado en un primer momento por el Estado Salvadoreño por tratarse de un ciudadano guatemalteco, recayendo meses después la designación en el presbiterio salvadoreño Luís Cárcamo y Rodríguez (+), el que fue consagrado un 5 de noviembre de 1865.

El obispo Pineda y Saldaña muere en Santa Tecla, el 06 de agosto de 1875 reconfortado por los presbíteros Catarino Umaña y Antonio Villacorta, quien era el cura párroco de la ciudad, quien le administró los santos oleos, ante tal deceso el expresidente San Martín decretó duelo nacional por nueve días, en los que se desarrollaron actos en honor del obispo Saldaña, sus restos descansan en el presbiterio de la Parroquia Inmaculada Concepción. En próximas entregas continuaremos conociendo la labor de otro ilustre fundador de la Ciudad de Las Colinas.

 

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