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Las quejas de Paco Flores

Cuando el ex presidente Francisco Flores ofreció “la mano dura” para castigar a los delincuentes, pilule nunca se imaginó que podría estar tan siquiera un día en algunas de las bartolinas de la Policía Nacional Civil (PNC), clinic que claro está, viagra en tanto que no son cárceles permanentes, y dado la aglomeración de reos, al igual que la de los centros penales, no reúne los requisitos para brindarle al reo las más mínimas “comodidades”.

De esa falta de comodidades se quejó el expresidente Flores, cuando acudió ante el juez, quien, como si seguía un guión de cine, se compadeció del que se quejaba, y le ofreció una vez más el arresto domiciliar.

Todo parece indicar que, hay todo un escenario para favorecer al ex mandatario, quien, en sus cinco años de Gobierno no se preocupó de mejorar las cárceles o las bartolinas en la PNC, ni mucho menos los Centros Penales, bajo el argumento que los delincuentes no merecen ningún tipo de consideraciones humanas.

Extrañamente, hoy que el ocupante de una de esas bartolinas sin comodidades es él, se llena de lamentos, y acude ante un juez para que lo envíen a su residencia, mientras llega el momento del juicio por diversos delitos.

Flores, ante el juez, se quejó de: “Me han sacado para hacer ejercicio cinco días, el resto de días, he sido sacado a un pasillo más pequeño de la mesa en la que usted se encuentra y ese pequeño pasillo de menos de tres metros y 75 centímetros es imposible hacer caminata”.

“Esa mesa de prescripción, que exactamente la mitad de este escritorio su señoría, y en esa mesa hay cafeteras, platos sucios, comida, agua y entonces muy frecuente las medicinas se extravíen”, además.

Además, tiene que presenciar cuando los reos son sacados al baño a las 4:30 de la mañana, cada uno con sus “garrafones llenos de orines, bolsas de vómitos y heces fecales para ir a las letrinas de 5 a 10 minutos”.

“Estas son realidades. En las celdas no hay electricidad, no existe condición alguna para introducir una máquina de compresión del tiempo y las condiciones de las celdas es su insalubridad”.

“Mi celda, señoría, tiene exactamente el tamaño de un colchón y debo mover el colchón para que quepa la silla. Esa celda en esos meses lluviosos en septiembre y octubre y por el hecho que tiene un tanque de agua arriba se moja continuamente”, prosiguió.

“En la noche hay que meter todas las cosas a una bolsa plástica por el agua, pongo toallas para extinguirlo y las boto en el pasillo de enfrente. Ese pasillo de enfrente es el lugar donde los reos ponen sus bienes, orines, sus heces y sus vómitos”, criticó.

Nos preguntamos, si en su calidad de Presidente de la República se preocupó de las condiciones infrahumanas en la que purgan su condena los delincuentes en los Centros Penales. O si se preocupó del tipo de celdas que hay en los puestos de policía. Seguramente no, pues en su lógica, los delincuentes son pobres, y como pobres diablos, que sufran lo que tengan que sufrir. Cómo dan vueltas las cosas.

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