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Por: Iván Escobar
Colaborador
La violencia es un problema en El Salvador que ha cobrado la vida de miles de personas, continúa afectando a la sociedad y después de la guerra sigue expresándose sus diversas formas, sus orígenes tienen a la base profundas causas. Es la conclusión a la que se llegó este fin de semana, en la primera sesión del curso “Cobertura de la movilidad humana con un enfoque de derechos humanos”. La actividad dirigida a periodistas y comunicadores salvadoreños fue organizada por la Asociación Tutela Legal “Dra. María Julia Hernández”, la maestría en Derechos Humanos y educación para la Paz (UES), el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) y la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), el objetivo de la misma es “proporcionar herramientas, datos e información para el análisis y abordaje de problemas sociales”.
La primera sesión estuvo a cargo de la especialista en tema de violencia, Jeannette Aguilar, quien durante su exposición hizo un recorrido histórico sobre los comportamientos que la violencia ha tenido en la sociedad, y las distintas expresiones de la misma, accionar que va más allá de la violencia de pandillas o el crimen organizado.
En su exposición “Las causas y situación actual de la violencia en El Salvador”, Aguilar recordó que el tema de violencia tiene una base histórica en el país, data de tiempos pasados, y se viene expresando en distintos ámbitos, afectando a la mayoría de la población.
La especialista en la temática puntualizó que “estamos frente a un escenario multisectorial”, en el que convergen táctica operativa y estratégica del Crimen Organizado Transnacional, Bandas y mafias locales, Pandillas, Delincuentes comunes, Agentes del Estado, Grupos de Exterminio/Sicarios, y Mafias Político-Empresariales.
En ese sentido, tanto participantes como panelistas coincidieron que entre las principales causas de la violencia en el país, están: la falta de justicia, desigualdad social y exclusión, violaciones de los Derechos Humanos, modelo económico, militarización, violencia estatal, entre otras.
Además, precisó que vivimos ante un escenario de violencia, en el cual es aceptado por la misma sociedad, quien lo ve con normalidad, producto de una cultura de la violencia que es un legado del autoritarismo del pasado. En este punto, tanto participantes como Aguilar, coinciden en cómo algunos medios de comunicación en su afán de “vender” o “marketin” hacen de la violencia un escenario de expresión, que al final es visto con normalidad por las personas, lo cual es grave, ya que se pasa a la falta de sensibilidad y se cae en el morbo.
“El problema está en la sociedad que normaliza”, señaló. Y al valorar los distintos “esfuerzos” de las distintas administraciones gubernamentales para combatir la violencia, queda en claro, según Aguilar, que la represión ha estado presente en los gobiernos de corte conservador, pero que también las organizaciones delincuenciales han sabido acomodarse y adaptarse a los nuevos escenarios.
En cuanto a víctimas recordó que la violencia en El Salvador sigue cobrando la vida de personas, en su mayoría jóvenes según las estadísticas, y el incremento de femenicidios, a esto se suma que los datos revelan que los asesinatos no son solo por el fenómeno de las pandillas. “Hasta 2020, la mayor parte de víctimas no son pandilleros, 3 de cada 4 víctimas no tenían relación con pandillas”, compartió.
Otro problema que por ahora no ve es la falta de política para combatir el fenómeno, la falta de control de armas entre civiles, y los signos de control que promueve el actual gobierno son mecanismos que lejos de darle una solución al problema, podría agravarse. A esto se suma “la narrativa de éxito” que promueve el actual gobierno con el Plan de Control Territorial, el cual en la práctica sería todo lo contrario, según la especialista.
