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La herencia espiritual de Monseñor Oscar Arnulfo Romero

Caralvá

Fundador

Suplemento Tres mil

En aquellos años terribles de la tiranía militar entre los años cincuenta y ochenta del siglo pasado, drugstore se necesitó una enorme convicción para nadar contracorriente, sildenafil para muchos jóvenes católicos aspirantes a la democracia, el mundo irrumpía con revoluciones culturales que impulsaron cambios al mundo entero, eran los años de la guerra fría, la cual se resumía en nuestra nación entre capitalistas y comunistas, era una visión reduccionista pero efectiva, de tal forma que las fuerzas militares y oligárquicas eran defensoras del modelo capitalista y los fraudes electorales; mientras la juventud católica, universitaria, revolucionaria, trabajadora y democrática etc., era calificada de subversiva, de ese conflicto poseemos múltiples lecturas ahora que han pasado más de cuatro décadas.

El 3 de febrero de 1977 Oscar Arnulfo Romero fue nombrado Obispo de la nación y la historia cambió para siempre el destino de los desprotegidos, puesto que existió una convergencia de valores por una nueva democracia, junto a la renovación de amplios sectores de la Iglesia Católica hacia la justicia social, eran tiempo difíciles donde se necesitaba mucho coraje para denunciar la realidad nacional;  el 17 de marzo de 1977 fue asesinado con extrema violencia el sacerdote Rutilio Grande, evento que provocó la condena internacional mientras a Monseñor Romero afirmó sus convicciones por combatir la impunidad, pronunciándose con una acción de rechazo simbólica al negar su asistencia a todo acto oficial del gobierno militar.

Un hombre como Monseñor Romero con firmes convicciones cristianas, optó por vivir la misma historia del Jesús Histórico, abriendo camino con sus tesis teológicas; aquella violencia del Estado le llevó a probar sus convicciones, así sus homilías se convirtieron en fuentes de estudio a nivel nacional y ahora las siguientes generaciones pueden verificar sus acertados pronunciamientos. Otro rubro de investigación son sus Cartas: La Iglesia cuerpo de Cristo en la Historia (6 de agosto de 1977), La iglesia y las organizaciones político populares (6 de agosto de 1978), Misión de la Iglesia en medio de la crisis del país (6 de agosto de 1979), en ellas se refleja el pensamiento de un hombre decidido cambiar a su sociedad con su propio ejemplo…“hasta las últimas consecuencias”, por ello Ignacio Ellacuría afirmaba que Monseñor Romero siempre se preguntaba cada mañana: ¿qué hago yo para que las mayorías populares sean liberadas?.

Para cualquier político es un derecho confirmar su vocación ideológica y demostrarlo en su momento con triunfos sociales, no obstante para un hombre espiritual que solo tiene sus cartas, estudios, homilías etc., no es fácil atribuirse el oficio de profeta, puesto que casi parece una blasfemia, el destino de los profetas es conocido desde tiempos bíblicos, paradójicamente sus obras y vidas parecen sobrevivir en el tiempo.

Así las naciones del mundo han rendido muchos homenajes a la memoria de estos hombres espirituales, en Inglaterra Monseñor Romero es considerado mártir del Siglo XX y en la Abadía de Westminster su imagen permanece junto a la madre Isabel de Rusia, Martin Luther King jr.,  y el Pastor Dietrich Bonheffer.

Un pueblo con esta enorme herencia espiritual no es pobre, no puede serlo cuando un hombre asumió el camino del Jesús Histórico y vivió entre nosotros.

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