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Oscar López
@OscarCoLatino
“ Cada persona es una plantita que con el tiempo va madurando y va dando su fruto, cuando ve esos frutos uno se alegra. La gracia de Dios se hizo fruto en Monseñor Romero, es un fruto precioso de El Salvador”, así lo dijo el sacerdote Raúl Gabrielli a los feligreses congregados en la cripta de Catedral Metropolitana.
El religioso agregó que en el momento del martirio del Beato, “el pueblo supo que había un mártir, un mártir que juntaba su sangre con la sangre de miles de hermanos, porque ese mártir estaba fuertemente unido a Cristo, al Cristo que vivía en el pueblo salvadoreño”.
Gabrielli dijo a los feligreses que son los frutos de cada uno de los cristianos los que glorifican a Dios, por lo que los instó a que desde “el sacerdocio de la vida” construir el Reino de Dios. “La fe no es una idea, la fe es vida y si Cristo ha resucitado, todos aquellos que creen en Cristo resucitan, tienen vida, no están muertos”, afirmó el religioso.
En su homilía, el sacerdote también recordó a Marta Segovia, una de las personas que por muchos años fue miembro de la Comunidad de la Cripta de Monseñor Romero, y que domingo a domingo participa activamente en organizar las misas en las que se recuerda la vida y obra del Obispo Mártir.
Gabrielli dijo que las injusticias sociales fueron las que motivaron a Segovia a luchar por lo que son maltratados. “Por eso comenzó la persecución contra ella, en los momentos difíciles continuó esa lucha por los hermanos que sufrían”.
El sacerdote dijo que al luchar por defender los derechos de quienes son marginados socialmente, no solo se pone en riesgo la propia vida, sino también la vida de familiares cercanos, ese tipo de situaciones las enfrentaron tanto el Beato Romero como Segovia durante su etapa de lucha social.
