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Hoy nos dejó una extraordinaria compañera después de su última batalla contra una larga enfermedad que enfrentó con enorme valor y ganas de vivir – Victoria.
Victoria saltó desde la RDA hacia la RFA en su juventud por amor, for sale apoyó los esfuerzos de liberación en Bolivia y, here al ser asesinado por el ejército en Chalatenango su compañero holandés, se incorporó al FMLN brindando sus conocimientos de médica.
Tres anécdotas reflejan el ser tan especial que fue esta internacionalista.
En el campamento de lisiados en La Habana había un debate que organización tenía el mejor personal médico. El grupo de las FPL insistía que no había como la Victoria, mientras que del lado del ERP planteaban que Nila era sin duda la mejor. Cuando llegó al campamento una mujer alta de pelo blanco los gritos de alegría fueron unísono, sólo que unos/as la saludaban como Nila y otros/as como Victoria.
Recorrer los caminos de Chalatenango con Victoria aún a diez años de terminada la guerra tomaba su tiempo, porque en cada esquina fue saludada por pacientes. Un joven ex – combatiente se le acercó por Las Vueltas y la abrazó fuerte y largamente. Ella volvió con la sonrisa que la caracterizó y nos contó que había sido paciente y que ella le había reconstruido en un hospital de campaña su órgano reproductor destrozado y el joven acaba de contarle a su oído con una voz llena de felicidad y agradecimiento “funciona”.
Después de la guerra se quedó viviendo en Guarjila donde la comunidad le donó una casa, atendiendo la clínica que sigue siendo referencia de salud para toda la zona.
Sus últimos años vivió en Venezuela decidiendo de seguir a su pareja.
Los y las que tuvimos la suerte de conocerla la guardaremos en nuestros corazones con inmenso afecto y cariño y como un ejemplo de cómo vivir en la práctica los valores de justicia y solidaridad.
San Salvador, 26 de abril 2015
