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Globalización, crisis prolongada del estado de bienestar y guerra comercial, ¿es el presagio de una nueva etapa…?

German Rosa, s.j.

La globalización ha hecho grandes aportes, pero también ha tenido su impacto negativo en el planeta. Se habla del comercio global, de la integración de las economías al mercado unificado y también se ha ido constituyendo una sociedad red global en la que las distancias físicas, económicas, políticas y culturales han sido superadas en base a la tecnología de la información (Cfr. Castells, M. (1998). La era de la información, economía, sociedad y cultura, Vol. 1. La sociedad red. Madrid: Alianza Editorial, S.A.).

La globalización ha ido articulando todas las actividades productivas, financieras, políticas, sociales y culturales. Obviamente, con la ayuda de los principios del liberalismo. El Estado, la nación, el mercado nacional y la identidad nacional, entre otras realidades, han sido desbordados por el mercado mundial y la cultura globalizada (Cfr. José Juan Romero. 2005. Sociedad, política y economía en el cambio de siglo. Reflexiones de “Fomento Social”. Santander: Editorial Sal Terrae, p. 61). No obstante, la guerra comercial entre los Estados Unidos y China, las tensiones en el mercado mundial y los nacionalismos exacerbados, son indicadores que nos hacen pensar que se está entrando en una nueva fase. Analicemos este proceso.

1) Algunas características importantes de la globalización

La globalización ha constituido el espacio económico como el lugar preferencial por excelencia. La unificación del mercado mundial es, muy probablemente, el rasgo más característico de la globalización. Veamos más en concreto los niveles en los que se desarrolla esta unificación mundial del mercado (José Juan Romero (Ed.), 2005, pp. 56-75).

A) Los bienes y servicios se realizan superando los esquemas tradicionales. El viejo esquema de exportaciones de materias primas desde el tercer mundo, a cambio de importaciones de productos manufacturados procedentes de los países industrializados, se ha superado y ya no reflejan exactamente la realidad. El llamado tercer mundo constituye parte de la gran división internacional del trabajo que participa en la producción de las mercancías que antes se fabricaban en los países más industrializados. Los servicios más sofisticados de telecomunicaciones, cadenas hoteleras y de restaurantes, y también las marcas comerciales de los Estados Unidos y de Europa están presentes en América Latina. Las inversiones y el comercio de China y los países asiáticos se han incrementado globalmente.

B) El capital productivo (inversión directa) se globaliza y sobrepasa las fronteras geográficas. Las empresas multinacionales se han ido extendiendo por todo el mundo desde la Segunda Guerra Mundial, pero la inversión directa se ha incrementado de manera acelerada en las últimas décadas. Las inversiones extranjeras son de países del primer mundo en el tercer mundo. Los países del tercer mundo atraen la inversión directa porque los salarios y las garantías laborales no son comparables a los establecidos en los países del primer mundo, y reducen los costos de producción que benefician directamente a los inversionistas.

C) El mercado financiero o mercado de capitales ha unificado el mercado a nivel mundial. La globalización de los mercados financieros se debe a su liberalización, respondiendo a la fuerte demanda de recursos financieros en grandes cantidades por parte de las empresas multinacionales, los gobiernos y los organismos internacionales. El nacimiento del mercado de eurodólares en los años sesenta y la creación en Europa de la Unión Económica y Monetaria han favorecido este proceso. Pero a esta demanda de la economía real, se impone cada vez más la demanda de fondos con carácter exclusivamente especulativo. Un dato interesante es que a finales del siglo XX, el intercambio de bienes y servicios sumaba unos 7,000 millares de dólares por año, mientras que las operaciones en los mercados financieros eran entre 1,500 y 2,000 millares de dólares por día. En cinco días de operaciones en los mercados de capitales se movilizaba el capital total que se invertía en los bienes y servicios en un año. Creando así una fractura entre la economía real y los mercados financieros, entre la inversión directa y los capitales especulativos (Cfr. Rosa Borjas, G. 2001. La justice est-elle satisfaisante sur les marchés financiers? Un essai d’interpretation éthique et théologique dans la perspective des exclus,. Paris: Editorial L’Harmattan, p. 168). Las crisis financieras responden en parte a esta actividad constante de compra–venta de títulos financieros, hasta que estalla la burbuja especulativa porque los precios de dichos títulos en el mercado no corresponden a su valor real.

D) La fuerza de trabajo a pesar que ha tenido movilidad es la que ha encontrado más obstáculos en la globalización. Los movimientos migratorios son tan antiguos como la humanidad, pero su importancia en el presente no se compara con el pasado. Sin embargo, cada vez más están siendo restringidos estos movimientos que se desplazan desde los países menos desarrollados hacia el mundo más adelantado (Estados Unidos y Unión Europea) para evitar desplazamientos masivos e incontrolados, y se están creando situaciones inéditas como las caravanas migratorias de Honduras y otros países de C.A., que cuestionan a los gobiernos de las sociedades multirraciales y multiculturales. Este encuentro de culturas no siempre ocurre de manera pacífica. Hay brotes exacerbados de racismo y de xenofobia que se expresa en leyes que son cuestionables desde la perspectiva de los derechos humanos y que crean divisiones en este mundo cada vez más globalizado pero también muy fragmentado. La expulsión continua de los inmigrantes y la represión continua que sufren estas personas es una situación deplorable que ocurre con frecuencia.

2) La globalización ha unificado todos los mercados

Este mercado unificado presenta en casi todos los sectores económicos las siguientes características:

a) Se globaliza el transporte, gracias a la expansión de la aviación y de las líneas de alta velocidad, sin excluir el automóvil. Las distancias se han acortado; el turismo y los viajes de negocios se han incrementado. Los movimientos migratorios, con sus restricciones, son más fluidos a causa de estas facilidades del transporte.

b) Se globalizan las comunicaciones, sobre todo las de tipo informático y electrónico, que posibilita la fácil transmisión de noticias e informaciones. Esto ha beneficiado a la población pero no deja de cuestionarse cuando lo que no se publica y lo que no aparece en los medios de comunicación no existe. Hemos crecido en libertad de expresión pero no en capacidad de decir verdad. Se hacen construcciones falsas de la realidad y se socializan las “fake news” (noticias falsas) a la velocidad de la luz.

c) Se globalizan las imágenes. Basta con acercarse a los medios audiovisuales, al cine, a la industria del vídeo, a la televisión, para comprender hasta qué punto el mercado de las imágenes ha alcanzado un carácter global. Muchas de las cuales tienen un marcado contenido político y no muestran toda la realidad en este mundo roto global.

d) Se globalizan los patrones culturales y centros de consumo. Este fenómeno se ha incrementado en el tercer mundo por el influjo de los migrantes. Las remesas van acompañadas con valores de las culturas del primer mundo. La pizza, McDonald’s, American Air Lines, Toyota, Mercedes-Benz, whatsApp, Facebook, etc., están presentes en muchas culturas, los productos importados han estandarizado los hábitos de consumo y las costumbres, eliminando en gran parte las peculiaridades locales y haciendo cada vez más semejante el paisaje urbano de todos los países.

e) Y se globalizan sobre todo los mercados financieros. Este es el caso más típico de globalización económica. Pero sus efectos no se circunscriben a la economía. La especulación financiera prioriza el lucro y el beneficio a corto plazo, independientemente de sus efectos sobre la economía real de producción de bienes y servicios, creando crisis financieras catastróficas que llevan a la quiebra de las economías nacionales y afectan a las sociedades enteras en donde estas ocurren.

3) Globalización, sistema económico único y crisis del Estado de bienestar

El mercado unificado ha constituido un único sistema económico. El mercado unificado ha sido la alternativa que se ha ido imponiendo con los ajustes estructurales, la liberalización de las economías y la caída del muro de Berlín a partir del 9 de noviembre de 1989.

El modelo del Estado de bienestar ha entrado en crisis desde los años 70. No cabe duda que este modelo generó un alto grado de bienestar económico y de estabilidad social. Pero con el ascenso del neoliberalismo y los cambios del contexto mundial, no se han puesto de relieve los logros del mismo. En todo caso, se desencadenó una impresionante ofensiva ideológica en contra del estado de bienestar.

El estado de bienestar europeo ha resistido con dificultad a la crisis. En cambio los estados latinoamericanos han sido más vulnerables a esta crisis del modelo del estado de bienestar. La conclusión que se ha pretendido imponer es que se han acabado las alternativas, la cual está inspirada en un liberalismo rejuvenecido, tal como lo expresó Francis Fukuyama en su obra “El fin de la historia”. La tesis que plantea es que la historia, como lucha de ideologías, ha terminado con un mundo final basado en una democracia liberal que se ha impuesto tras el fin de la Guerra Fría. Ronald Reagan lo dijo lapidariamente: “El Estado no es la solución, el Estado es el problema” (José Juan Romero (Ed.), 2005, p. 66).

El Estado en la globalización ha tenido que asumir el rol de facilitador para liberalizar la economía, eliminar fronteras, facilitar la integración de todas las economías en ese sistema económico mundial único. Dinámica que, al parecer, se está revirtiendo. La globalización ha tenido un claro sentido ideológico–legitimador: liberalizar los mercados para crear las condiciones de un relanzamiento sostenido del crecimiento económico, mediante la intensificación de la productividad y la competencia. Todo esto sin considerar los límites de la carrera industrial y sin ponderar el impacto medioambiental en perjuicio de los ecosistemas y la misma especie humana. Este objetivo general se concreta alcanzando otros objetivos complementarios entre sí:

a) Apertura de los mercados. Esta es una condición necesaria para hacer más rentables las grandes inversiones. Para ello es obligatoria la eliminación de las barreras comerciales.

b) Reordenación de la división internacional del trabajo. Aparecen dos cosas novedosas: la creación de materiales sintéticos y la revolución verde. Ello permite que los países industrializados pasen a ser oferentes de materias primas y de productos agrarios que antes tenían que importar de los países en desarrollo.

c) Disminuye el protagonismo de las administraciones públicas, y se concreta el principio de “menos Estado”. Esta estrategia incluye varias vertientes: los programas de privatización alcanzan en algunos casos a los servicios sociales y asistenciales relacionados con el estado de bienestar; el equilibrio presupuestario, supone la reducción de la actividad pública, siempre en la línea del llamado “Estado mínimo”; y la desregulación de los mercados laborales para poder afrontar la competencia de los países de nueva industrialización y de otros países en los que la inexistencia de normas reguladoras permite el llamado “dumping social” (José Juan Romero (Ed.), 2005, pp. 67).

No podemos decir ingenuamente que la globalización es buena para todos y en todos sus contextos. Ha tenido sus ganadores y también billones de perdedores. Pero, ¿se ha agotado este proceso de la globalización? Analizaremos este tema en una próxima vez.

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