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La Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES) exhortó al presidente de la República, Nayib Bukele, que con el propósito de brindar certidumbre a la población, y para que el Estado cuente con las herramientas idóneas para enfrentar la pandemia, sancione cuanto antes la “Ley Especial Transitoria para la Atención Integral de la Salud y la Reanudación de Labores en el Marco de la Pandemia por el COVID-19”, aprobada por la Asamblea Legislativa el pasado 18 de mayo.
FUSADES fundamentó su exigencia en que en el país hay “incertidumbre y confusión”, porque no existe un marco legal apegado a la Constitución que regule adecuadamente la cuarentena, el aislamiento y las medidas necesarias para enfrentar la pandemia del Coronavirus (COVID-19), respetando los derechos de la población.
En un comunicado de prensa, FUSADES argumentó: “Se necesita una hoja de ruta que permita reactivar en fases, de forma gradual y ordenada, con protocolos sanitarios, cada actividad económica. Por lo anterior, un marco legal fundamentado en los conocimientos de expertos en la materia. En caso que la Presidencia de la República tenga observaciones, que las remita al órgano Legislativo para su análisis y que dicha ley pueda entrar en vigencia a la brevedad”.
FUSADES consideró que la ley debe verse como un aporte para garantizar la salud y los medios de vida de la población, en un marco de respeto a los derechos fundamentales y como una oportunidad para estrechar lazos de cooperación y entendimiento entre los diferentes órganos del Estado.
El presidente Bukele aseguró que vetará la ley y que, además, se tomará su tiempo para regresar el decreto. La reacción del mandatario se hizo ante un tuit con la aprobación de la ley contra la prohibición de solicitar al Documento Único de Identidad (DUI) al comprar medicinas y de la prohibición de movilización entre municipios.
La ley contempla cuatro fases para la apertura económica, con las que se pretende evitar que el número de contagios se incremente. La primera, del día 8 al día 30 después de la entrada en vigencia de la ley, mantiene suspendida la educación presencial, los espectáculos públicos, las ferias, el servicio de mesas de restaurantes y cafeterías, las iglesias, museos, cines y teatros, salones de belleza, entre otros.
Del día 31 al 51, se permite la reapertura del servicio de mesas de restaurantes, las iglesias, museos, gimnasios y centros de convenciones. Estos podrán operar con medidas de bioseguridad y distanciamiento social. Mantiene suspendidas la mayor parte de actividades de la fase uno.
En la tercera etapa, se normaliza el servicio de salas de belleza y se permite reabrir estadios de fútbol si se garantiza una distancia de dos metros entre cada persona.
A partir de la fase 4, se entiende una reapertura general pero garantizando una distancia de un metro y medio entre diferentes personas en los trabajos.
