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El Salvador: Elecciones Presidenciales 2019: ejemplo de lucha de clases a nivel político e ideológico

Nelson de Jesús Quintanilla Gómez,
Doctor en Ciencias Sociales Mención Gerencia y Profesor Universitario de la UES en la FMOtal

En política, las elecciones son un proceso de toma de decisiones en el que los electores eligen, con su voto, entre una pluralidad de candidatos a quienes ocuparán los cargos políticos en una democracia representativa. Hay elecciones generales y elecciones locales, de ámbito municipal o regional. En El Salvador las elecciones del 2019 son elecciones para elegir presidente y vicepresidente de la República y ejercerán entre el año 2019 y 2024.

Las elecciones son un mecanismo a través del cual los miembros de una comunidad eligen por votación representantes o cargos políticos, sindicales, etc. Conjunto de actos previos a una votación cuya finalidad es informar a los votantes y convencerlos para que voten a una candidatura (campaña electoral).

Para muchos las elecciones son una fiesta cívica, para otros son una lucha política e ideológica por la toma del poder a través del sufragio del pueblo que debe ser directo, secreto, igualitario e indelegable, todos quieren ganar y para ello se confrontan propuestas y contrapropuestas cobre cómo resolver los problemas de país y el estilo de cómo gobernar.

Las elecciones presidenciales se celebran en El Salvador cada cinco años y requieren que un partido político o coalición obtenga al menos mayoría absoluta para ganarlas, esto provoca que exista la posibilidad de celebrar un balotaje, como ha ocurrido en 1994 y 2014. La Constitución de El Salvador establece que los partidos políticos son el único instrumento para el ejercicio de la representación del pueblo dentro del Gobierno (Art. 85), motivo por el cual las papeletas de votación únicamente llevan impresas las banderas de los partidos políticos o los distintivos de las coaliciones legalmente inscritas en el proceso de elección, y por el cual no es compatible la participación de candidatos no partidarios.

En las elecciones del 3 de febrero se enfrentan la derecha y la izquierda; la derecha opositora en este momento quiere regresar al poder a como dé lugar y la izquierda en el gobierno busca la reelección por segunda vez con Hugo Martínez y Karina Sosa, ambos con mucha experiencia política, como servidores públicos y además profesionales que conocen la realidad del país y de su gente.

La derecha lleva tres fórmulas, la de la coalición (ARENA, PCN, PDC y DS), la de GANA que dice ir coaligada de facto con NI y CD y la de VAMOS que es un partido nuevo que participará por primera vez en elecciones.

La derecha se presenta con fórmulas de personajes empresarios con poca experiencia política y con muchas ansias de llegar al Ejecutivo, ofrecen crear empleo y combatir la corrupción, pero tanto ARENA como GANA son expertos en esa materia con dos expresidentes presos por corrupción y como empresarios tienen trabajadores en sus negocios con bajos salarios y con un trato inhumano y bajo una explotación desmedida.

Todos los candidatos ofrecen resolver los problemas del país y cada uno con su propio estilo, unos recorriendo el país y escuchando la gente (Hugo y Karina) y otros realizando concentraciones y dirigiendo discursos criticando al gobierno del Frente de no haber resuelto los problemas y presentándose como alternativa de solución a los mismos (Callejas y Nayib), proponen cosas que no son creíbles, usan la demagogia para engañar al pueblo, olvidando que la gente ya los conoce y que no será fácil engañar con discursos, para convencerlos se necesitan acciones concretas, presentar logros de su trabajo y no hacen referencia a ello, más bien su propuesta es criticar al Frente.

En estas elecciones la votación es por bandera y no por rostro; las banderas más fuertes como marca son la del FMLN y la de ARENA, en menor medida la de GANA y muy poco conocida la de VAMOS; a partir de ello, si la campaña se centra en los proyectos políticos y en ofertas concretas de solución a los principales problemas de país, la gente tendrá opciones claras; pero si la campaña es de criticar al contrincante entonces la gente no se sentirá motivada a acudir a las urnas y eso provocaría un abstencionismo que no conviene a ningún partido ni a la democracia.

Todos están promoviendo más su figura personal y no la bandera de su partido, eso puede generar dudas o confusión en la gente menos alfabetizada que es mucha, sobre todo en el campo, políticamente la gente sabe qué ha hecho la derecha durante mucho tiempo y también sabe lo que ha hecho la izquierda en poco tiempo y en condiciones adversas y eso dará lugar a su decisión el 3 de febrero.

Aquí está en juego el rumbo del país o se regresa al pasado de cómo gobierna la derecha con corrupción y para unos pocos ricos del país o se continúa por la ruta de la profundización de las transformaciones sociales iniciadas en el 2009, profundizadas a partir del 2014 y el reto de ampliarlas a partir del 2019 en beneficio de las grandes mayorías excluidas y marginadas por la derecha en época de sus gobiernos.

Algunos dicen que ya no se trata de derechas y de izquierdas, esa forma de ver la batalla electoral es interesada políticamente, se quieren presentar con los paladines de la defensa de los intereses del pueblo; aquí es donde el FMLN se presenta como un partido de convicciones y no de ambiciones como los que dicen que no son ni de derecha ni de izquierda, cuidado, los quieren engañar.

Antes a la gente se la ganaban con discursos falsos y vacíos de propuestas y con promocionales de partidos como camisas, gorras, llaveros, vasos, tazas, pero ahora la gente quiere soluciones a sus problemas como empleo, educación, salud, seguridad, pobreza, etc. En las elecciones del 2019 Ud. definirá entre la derecha y la izquierda.

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