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Agencias
Con el 99,05 % de los votos escrutados, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Pedro Sánchez gana las elecciones en España con 123 escaños, según los datos ofrecidos por el Ministerio del Interior.
El Partido Popular es la segunda fuerza política, con 66 escaños. Le siguen Ciudadanos, con 57; Unidas Podemos, con 42; y los ultraderechistas de Vox irrumpen en el Congreso con 24 escaños.
Estos resultados permitirían al PSOE gobernar con el apoyo de Unidas Podemos, siempre y cuando los partidos nacionalistas se abstengan en la votación. En este sentido, Esquerra Republicana de Catalunya obtiene 15 escaños, Junt per Catalunya, 7, y PNV, 6; EH Bildu: 4 y otros: 6.
El líder socialista y presidente del gobierno saliente Pedro Sánchez reivindicó el domingo la victoria en las elecciones legislativas españolas, frente a cientos de simpatizantes en Madrid.
«El Partido Socialista ha ganado las elecciones generales, y con ello ha ganado el futuro y ha perdido el pasado», proclamó. Lejos de la mayoría absoluta, el PSOE deberá pactar con otras fuerzas para continuar dirigiendo el país.
«Nuestros tres objetivos son avanzar en justicia social, en convivencia y concordia y reivindicar la ejemplaridad en la política, acabar con la corrupción», continua Sánchez desde la sede de Ferraz.
Agregó que «Hemos enviado el mensaje de que no queremos la involución, la reacción ni el retroceso. Queremos un país que avance y mire al futuro».
La participación en estos comicios se ha situado en el 74,28% de los votos, casi 5 puntos mas que en los pasados comicios, celebrados en junio de 2016.
Estas elecciones han presentado, como factor distintivo, una mayor fragmentación del voto con respecto a anteriores citas con las urnas: esta vez eran cinco los partidos cuyas previsiones electorales superaban el 10% de los votos. La novedad más destacable en este sentido es la irrupción de Vox en el Congreso.
En este sentido, el politólogo Carlos Fernández Esquer apunta que «la fragmentación va a ser una de las claves en estas elecciones».
«Tradicionalmente nuestro sistema electoral había premiado a los dos principales partidos, a los dos más votados, los cuales habían obtenido siempre una sobre-representación», explica este analista, recordando que «las terceras y cuartas fuerzas políticas se habrían visto penalizadas» en este panorama.
«Con esta fragmentación –concluye Esquer– la dinámica va a ser muy similar, pero en este caso va a ser mayor en la derecha, donde concurren tres fuerzas políticas».
