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El giro impensado de la agenda legislativa del gobierno de Sebastián Piñera

Santiago / AFP

Un proyecto de ley para reducir la jornada laboral, de 45 a 40 horas, impulsado por el Partido Comunista, fue aprobado este jueves en Chile con los votos de la derecha, mientras que el gobierno selló un acuerdo con la oposición y accedió a cambiar por completo una reforma tributaria.

Obligado por la crisis social que se extiende ya por tres semanas, la agenda legislativa del gobierno del derechista Sebastián Piñera ha dado un giro impensado.

Esta reforma tributaria «es fundamental para recuperar el crecimiento» económico y poder tener mayores recursos para enfrentar las demandas sociales», afirmó este viernes el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, tras cerrar un acuerdo con senadores de la oposición.

Acorralado por la convulsión social, el gobierno de Piñera dejó de lado el paquete de reformas con las que pretendía cumplir su programa de gobierno y dio un giro a la social.

«Las circunstancias demostraron que estaba equivocado. El presidente cambió su agenda, la dejó de lado, porque la calle se lo pidió», dijo a la AFP, Felipe Balmaceda, académico de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad Diego Portales.

– Reforma Tributaria –

Piñera envió al Congreso el año pasado un proyecto de ley para reformar una ley tributaria impulsada y aprobada durante el anterior gobierno de la socialista Michelle Bachelet.

La derecha defendía hasta hace tres semanas esta nueva norma que a su juicio simplificaba el sistema tributario, pero según la oposición, acababa reduciendo los impuestos a los grandes empresarios.

Pero en medio de la presión social, la derecha alcanzó un acuerdo con la oposición que eliminó la reducción impositiva para las grandes empresas. Establece, además, algo hasta ahora no considerado: un sobre impuesto territorial para viviendas de más de 400 millones de pesos de avalúo fiscal (unos 540.000 dólares).

«El proyecto inicial recaudaba muy poco y le bajaba los impuestos a un sector de altos ingresos, bajo el pretexto de que los impuestos que no pagaban los podían reinvertir», explicó el senador socialista Ricardo Lagos Weber.

La nueva normativa recaudará unos 2.000 millones de dólares, vitales para financiar el paquete de medidas sociales anunciadas por Piñera.

«Los que tenemos más nos vamos a tener que meter la mano al bolsillo, el momento lo requiere», agregó el ministro Briones.

– 40 horas –

En medio de la convulsión social, la cámara de diputados logró aprobar un proyecto de ley para rebajar de 45 a 40 horas la jornada laboral. La iniciativa, impulsada por las diputadas comunistas Camila Vallejo y Karol Cariola logró pasar gracias al apoyo de diputados de derecha.

En pleno debate por este proyecto, el gobierno cuestionó la iniciativa. Chile tiene la segunda peor productividad laboral entre los países de la OCDE, por detrás de México.

«En los países que se instauraron reformas que reducían la jornada laboral a 40 horas, ya venían experimentando aumentos significativos en su productividad», planteó ahora el exministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg.

El proyecto ahora, con algunas modificaciones, debe ser tramitado en el Senado.

– Pensiones –

Piñera propuso en su programa de gobierno una reforma al sistema privado de pensiones, impulsando un aumento en 4 puntos porcentuales a cargo del empleador. Pero tras el estallido social, anunció que incrementara a 5 puntos el aporte empresarial.

– Salario mínimo –

Piñera envió al Congreso un proyecto para incrementar el ingreso mínimo a costa del Estado. De esta forma, el salario mínimo pasará de 301.000 (404 dólares) a 350.000 pesos (unos 468 dólares), un aumento del 16%.

Según el académico Balmaceda, está es la primera vez en 30 años que se implementa el ingreso mínimo garantizado en Chile, y agregó que su «mayor ventaja» es que no desincentiva el desempleo ya que el desembolso de este subsidio no sale del bolsillo del empleador.

La agenda de Piñera también contempla la creación de un seguro de enfermedades catastróficas, la reducción del precio de los medicamentos, anular el alza del 9,2% de las tarifas eléctricas, la reducción de las dietas parlamentarias y de los altos sueldos de la administración pública.

En total, el plan de Piñera tiene un costo de unos 1.200 millones de dólares.

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