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Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
El reciente simulacro de terremoto, desarrollado por las autoridades del Sistema Nacional de Protección Civil de El Salvador, para medir las capacidades de respuesta y reacción de la población, fue considerada por la presidenta de la Fundación Maquilishuat, Magdalena Cortez, como una herramienta incompleta sino no cuenta con todos los actores de la sociedad.
“Creo que es una base realizar simulacros, pero desde hace años venimos escuchando de este tipo de maniobras no es la primera vez, en donde se suman siempre los actores públicos y algunos privados”, afirmó.
“Sin embargo, la población en general -que es siempre- la que mantiene una cultura que no es precisamente la de prevención, sino la emergencista, pues no siguen siendo involucrados”, expresó Cortez.
Internacionalmente, el concepto de “simulacro de emergencia” se conoce como la representación y acciones de autoridades de protección civil, quienes han planificado y montado en respuestas de emergencia de un escenario en específico. Y también, deben contar con un diseño a partir de la identificar y analizar previamente los riesgos y la vulnerabilidad de sistemas que serían afectados con el evento en cuestión.
Magdalena Cortez reiteró que era importante que las comunidades y sus municipalidades a nivel nacional contaran con información y para esto, deberían ser “tomadas en cuenta” para realizar de forma articulada la respuesta a la emergencia junto con las Comisiones de Protección Civil, como debió ser en el pasado simulacro.
No obstante, las declaraciones del subdirector de Protección Civil, que el país era “altamente sísmico” y que, por tanto, se debía tomar medidas porque podría afectar un terremoto al territorio nacional, la presidenta de FUMA consideró que se quedaron cortos en la convocatoria para plantearse en el terreno lo positivo o las carencias en cuanto a las acciones y articulación que tomarían en este tipo de situaciones.
“Si no se articula la respuesta integral durante una emergencia de estas, el empleado público, el del centro educativo o del centro de salud, sabrán que hacer, pero la comunidad que está en la situación de mayor riesgo no va a encontrar qué hacer o que actitud o acción tomar de inmediato”, sostuvo.
“Otra acción que debe tomar en cuenta las autoridades de Protección Civil es que los simulacros deben contar con un enfoque de inclusividad, no podemos obviar en un ejercicio de estos que tenemos en la sociedad gente con discapacidades o adultos mayores y la falta de información pone en mayor vulnerabilidad a estas poblaciones”, acotó Cortez.
En cuanto a las medidas o acciones de mitigación, que según el director del Cuerpo de Bomberos, Baltazar Solano, “sirven para identificar la listeza para realizar las evacuaciones”, la presidenta de FUMA señaló que estos planes deben construirse desde las comunidades para luego avanzar a los municipios y terminar cubriendo el territorio nacional.
“Las acciones de mitigación -insistimos- deben de hacerse en las comunidades, debemos de tener planes de gestión de riesgo por las diferentes amenazas que existen. No podemos seguir teniendo lo que históricamente conocemos como el Plan de Invierno, el Plan de Agosto, el Plan de Semana Santa. No debemos tener un plan que aborde las diferentes amenazas que subyacen sobre ellos”, manifestó.
“De nada me sirve un plan contra incendios en donde no hay incendios, tampoco un plan de acción volcánica en donde no hay volcanes, o sea, debe de hacerse de forma holística y debe tomarse en cuenta todo ese entorno y hacer esos planes a nivel municipal así como comunitario para que todos sepan qué hacer”, sugirió Cortez.
