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Samuel Amaya
@SamuelAmaya98
El candidato inconstitucional, Nayib Bukele, proclamó su victoria la noche del domigno, frente a millares de salvadoreños que se dieron cita a la Plaza Barrios en el centro de San Salvador. Bukele como es costumbre, atacó a la prensa nacional e internacional, a los organismos internacionales y a la oposición política entre otros actores críticos a la gestión.
Bukele llegó bien confiado a la celebración de su victoria. De hecho, desde antes de las 7 de la noche de este domingo Bukele proclamó su victoria con un «récord histórico». Además dijo que «habían ganado como mínimo 58 diputados».
El candidato autoproclamado ganador de las elecciones presidenciales dio clase básica de propaganda, pues frente a una multitud animada explicó el concepto de «democracia», el cual lo sintetizó en «poder del pueblo», lo que radica que los salvadoreños tienen el poder, para reelegirlo.
Sin embargo, son al menos 6 artículos de la Constitución de la República que prohíben la reelección presidencial inmediata. A pesar de ello, Bukele seguirá otros 5 años al frente de la Presidencia.
Bukele aseguró que ganó la elección con un 85% de los votos válidos. «El pueblo salvadoreño habló, y no solo habló fuerte y claro; sino de la manera más fuerte y contundente en la historia de la democracia en el mundo entero».
Bukele parece estar contento con los resultados de las elecciones. Le apunta como mínimo a 58 de 60 diputados de su partido en el congreso. “Sería la primera vez que en un país existe un partido único en un sistema plenamente democrático. Toda la oposición junta quedó pulverizada».
A la vez que Bukele celebraba que tendría una mayoría absoluta en el congreso, el Tribunal Supremo Electoral decía que son la única institución en dar resultados oficiales conforme se desarrollaría el escrutinio final.
El futuro presidente inconstitucional aprovechó el sentimentalismo de la población para atacar a la prensa, organismos internacionales y oposición afirmando que están en contra de las medidas implementadas por el gobierno, como el régimen de excepción, medida estatal que ha violentado los derechos humanos de miles de personas que nada tienen que ver con pandillas.
