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El Complejo Barra de Santiago en el departamento de Ahuchapán, es el séptimo Sitio Ramsar, que salvaguarda la biodeversidad marino costeras que se ven impactados por el uso desmedido de agrotóxicos y la extracción del agua dulce en la zona. Foto Diario CoLatino/Archivo.

Biodiversidad costero marino en riesgo por actividad agroindustrial

Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino

“Hemos visto como ha cambiado la hidrodinámica de los ecosistemas, cambiando la calidad del agua, y esto lo motiva la incorrecta gestión del agua en el territorio y el uso indebido de agrotóxicos, que proviene en su gran mayoría de la agroindustria azucarera y las grandes urbanizadoras”, comentó, Andrea Padilla, Especialista en Género de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES).

En el marco de la conmemoración del Día de la Biodiversidad, decretado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), cada 22 de mayo, con el objetivo de invitar a los Estados miembro a realizar acciones de restauración y protección de los ecosistemas y forman conciencia sobre la sobrevivencia de las especies en el medio ambiente.

“Nos estamos pronunciando para identificar todas las afectaciones que la biodiversidad está teniendo en el territorio nacional. Y en particular en el Sitio Ramsar Complejo Barra de Santiago (entre Jujutla y San Francisco Menéndez, Ahuachapán) que se ve impactado por causas antropogénicas”, dijo.

El Complejo Barra de Santiago cuenta con una extensión de 11, 519 hectáreas, lugar costero-fronterizo con Guatemala. Y como el séptimo Sitio Ramsar supone un humedal que permite el desarrollo de diversas especies y ciclos biológicos de camarones, cangrejos, conchas y peces.

La Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), junto al Centro de Investigación y Desarrollo en Salud (CENSALUD), con el apoyo de Eirene Surisse, ha desarrollado en los últimos años investigaciones en el Sitio Ramsarr Barra de Santiago, logrando identificar que el uso de agrotróxicos tiene afectaciones en los nutrientes y la calidad del agua.

De las investigaciones de campo realizadas por la UNES ha contado con el trabajo permanente y vigilancia de colectivos comunitarios como: ProBosque en Jujutla, en el Sitio Ramsar de la Barra de Santiago y también ACMA en Garita Palmera de San Francisco Menéndez, de Ahuachapán.

Así como, el trabajo junto a ASPROFEMA del sitio de Metalío, Acajutla, Sonsonate, a través de un Sistema Mensual de Monitoreo Biofísico, que les permite a los habitantes de la zona registrar la situación que enfrenta la biodiversidad costero marino.

“Las comunidades han venido realizando estas mediciones y han encontrado diferentes parámetros de oxígeno disuelto, la salinidad del manglar (PH) y lo que resulta alarmante, en estos últimos meses es que hemos encontrado parámetros de salinidad en el manglar que responden a niveles oceánicos”, explicó.

“Es decir, la alta concentración de salinidad en el manglar está haciendo imposible la vida de las diferentes especies que el ecosistema alberga; porque una de las principales consecuencias al reducir la cantidad de oxígeno en el agua, impacta directamente en diversos peces, camarones, cangrejos , jaibas y punches que viven en esos bosques y de la gente también que subiste de esas especies porque su medio de vida es la pesca artesanal”, refirió Padilla.

Asimismo, compartió, que al analizar en conjunto las causas estructurales de esta problemática, han encontrado que la prolongada práctica desmedida de la extracción de los bienes naturales, es uno de los principales aspectos que deben ser regulados por el bienestar del bosque salado.

“Enfrentamos el aumento de la salinidad y los manglares dependen del ingreso de agua dulce y salada (agua salobre) porque es su característica, un punto medio entre una microcuenca y el mar. Entonces, al realizar toda la extracción del agua dulce están reduciendo la cantidad del caudal de los ríos y por tanto, el manglar se queda sin agua dulce y solo entrar agua salada, que termina que se vaya concentrando la salinidad oceánica en el manglar que es donde se registran los ciclos de vida de las especies marinas”, sostuvo.

A esta problemática se suman otros efectos por la desorganizada gestión del agua, que es la reducción de los caudales de los ríos, que tributan a los manglares y los asolvamientos de los canales que se están secando, sin importar que a veces el agua se nivela, pero no alcanza a llegar al manglar .

“Otra de las principales afectaciones es a los medios de vida de los habitantes, porque mucha gente depende de la pesca artesanal, entonces, al no encontrar que pescar para subsistir ese grupo familiar, no le queda otra alternativa de migrar y esto también agudiza el nivel de pobreza”, sostuvo Padilla.

Sobre el tema de la mitigación la especialista en género, señaló, que el gobierno debe tener mayor presencia territorial, como primera medida de acción para salvar la biodiversidad, porque al no existir control del uso excesivo del agua y la falta de control en el uso de los pesticidas, se corría el peligro de impactos irreversibles en los ecosistemas. “Aquí deben haber regulaciones de agua y agrotóxicos, pero necesitamos también que como parte de la implementación de diferentes leyes como la Ley de Áreas Naturales Protegidas, Ley de Áreas Silvestres, Ley de Riego y Avenamiento, se una a un Sistema de Monitoreo Territorial, en cumplimiento de estos cuerpos normativos y deben aplicarse en cumplimiento”, argumentó.

“Hemos visto como la industria cañera extrae agua sin mayor control de la cantidad que utiliza y tampoco no hay quién garantice si realmente tienen esos permisos en esa zona. Porque nos hemos encontrado cuando hemos acompañado a los pobladores en su monitoreo resulta que sacan agua sin un permiso y tienen grandes bombas achicadoras en las riberas de los ríos sacando el agua” manifestó.

Andrea Padilla instó también al gobierno a trabajar desde una perspectiva coherente y participativa frente al tema de la crisis ambiental que se extiende en el territorio nacional que afecta la biodiversidad y la población.

“Las leyes que se están formulando no responden al contexto que tenemos, como la Ley General de Recursos Hídricos porque tenemos que los ecosistemas costero marino agonizan por la falta de agua dulce y existe una alta permisibilidad del gobierno con grandes empresas a extraer este bien natural, entonces ¿Qué estamos haciendo con los ecosistemas y medios de vida de la gente?, debe haber cierta coherencia”, puntualizó Padilla.

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