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Jugadores del Barcelona festejan el tercer gol. Foto Diario Co Latino

Barcelona golea al Real Madrid en clásico español

Madrid/dpa

El Barcelona dio hoy un demoledor golpe en la Liga española de fútbol al golear 4-0 en el Santiago Bernabéu a un Real Madrid que quedó ridiculizado ante el juego azulgrana y sus propias e infinitas carencias.

Neymar y Luis Suárez pusieron ya una clara ventaja visitante al descanso y Andrés Iniesta y el propio Suárez completaron la goleada en la segunda parte. La hinchada del Real Madrid no aguantó más y despidió el partido con abucheos contra su equipo, viagra sale su entrenador y su presidente, Florentino Pérez, al que pidieron su dimisión.

Lo concreto es que el Barcelona alejó al Real Madrid a seis puntos. Y lo accesorio -pero no por ello menos importante- es que el equipo azulgrana viaja hoy como un huracán por encima de un rival en ruinas.

El Barcelona se exhibió en un partido para el museo azulgrana. El Real Madrid, sin una sola respuesta táctica, fue una sombra de sí mismo, un equipo sometido y superado. Tanto es así que su hinchada explotó cuando llegó el descanso y el estadio fue un único grito: «¡Florentino, dimisión!». Hacía años, muchísimos años, que la afición blanca no exigía responsabilidades a su presidente.

Si el Barcelona hubiera necesitado más goles, los hubiera logrado. O eso pareció, tal fue su superioridad. Con Iniesta convertido en un gigante y el dominio absoluto de la medular, manejó todos los tiempos del encuentro. También ganó cada duelo individual.

La única solución que propuso el técnico local, Rafael Benítez, fue dejar arriba a Cristiano, Bale, Benzema y James a la espera de que les llegara un balón largo, que éste fuera prolongado y el delantero de turno corriera 30 metros para marcar. Una dulce quimera que nunca sucedió.

El Barcelona se adelantó a los 10 minutos con un gol de Suárez tras una gran jugada de Sergi Roberto, otro jugador azulgrana que salió reforzado del Bernabéu. El gol fue un resumen de la primera parte: inferioridad blanca en el mediocampo, movilidad azulgrana y alta definición de sus cracks.

El Santiago Bernabéu asistió perplejo al festival azulgrana. Ni siquiera le quedó fuerza para seguir abucheando a Gerard Piqué. Su enfado fue aumentando progresivamente a medida que pasaban los minutos y el equipo no sólo no mejoraba, sino que empeoraba. Un remate lejano de James a los 28 minutos fue lo único que generó el Real Madrid antes del descanso.

Luis Suárez festaja el primer gol del Barcelona ante el Real Madrid. Foto Diario Co Latino
Luis Suárez festaja el primer gol del Barcelona ante el Real Madrid. Foto Diario Co Latino

El Barcelona reafirmó su tremenda superioridad a los 39 minutos con un tanto de Neymar tras una espectacular jugada de Iniesta, una más del astro español. Y en el minuto final de la primera parte Marcelo sacó bajo palos un remate de Suárez.

El árbitro señaló el descanso y el Santiago Bernabéu comenzó el festival de abucheos. Primero a su equipo y luego, inesperadamente, a su presidente. Había visto a su equipo ridiculizado por un Barcelona imperial. Y sin Lionel Messi. El argentino, recuperado de su lesión, asistió a la exhibición de sus compañeros desde el banquillo durante 56 minutos.

El Real Madrid esbozó una tímida reacción en la segunda etapa con los disparos de Marcelo y James, pero el Barcelona abortó cualquier atisbo de remontada blanca con un gol fulminante. Ocurrió a los 52 minutos, con una gran combinación entre Neymar e Iniesta que concluyó con un espectacular cañonazo del español, autor de un partido memorable.

De nuevo volvieron los abucheos al Bernabéu, el ruido, el desencanto, el dolor. El Real Madrid es un equipo derrumbado en noviembre, un conjunto que todavía no mostró a qué quiere jugar, cómo desea hacerlo. Parece un equipo en pretemporada. Todo lo contrario al Barcelona, un conjunto pletórico en estos momentos.

A los 56 minutos entró Messi en el campo, más dinamita para un Barcelona que quería más. Y las ocasiones azulgranas seguían llegando ante un rival desconcertado, aniquilado y despersonalizado. Ningún jugador del Real Madrid pareció rebelarse ante el ridículo.

Y cuando el conjunto blanco tuvo alguna ocasión de maquillar la grave derrota, ahí apareció Claudio Bravo, como sucedió a los 68 minutos en un mano a mano ante Cristiano, de nuevo desafortunado.

La goleada concluyó a los 74 minutos con una asistencia de Messi que permitió el mano a mano de Suárez, quien definió con mucha calidad ante Keylor Navas.

El Barcelona no hizo sangre y se llevó un resultado histórico entre la impotencia madridista, personificada en un Isco que se autoexpulsó con una patada a Neymar.

El conjunto de Luis Enrique no sólo se reforzó como líder autoritario en la Liga española, sino que metió a su gran rival en una crisis de imprevisibles consecuencias. Benítez y Florentino Pérez tienen motivos para temblar.

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