Diario Co Latino 133 años informándote con credibilidad
Artículos relacionados
Rolando Alvarenga
@DiarioCoLatino
El Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Japón en El Salvador, Ariyoshi Katsuhide, nos recibió ayer en su despacho oficial para hablar sobre los Juegos Olímpicos de Tokio, inaugurados esta madrugada (hora salvadoreña) en la capital japonesa. Originario de Nagoya, una pujante ciudad en la industria automovilística, incluso aeronáutica, a 360 kilómetros de Tokio, el máximo diplomático es un personaje de ojos parcialmente cerrados, sonrisa cubierta por una mascarilla de INSINCA, muy carismático, de agradable conversación y a prueba de sismos.
– ¿Qué deportes ha practicado en su vida?
Fui practicante de esgrima japonesa o Kendo, un arte marcial formativo que se destaca por el uso y manejo del sable de bambú o shinai. Su objetivo fundamental es disciplinar el carácter humano aplicando los principios de la katana o espada japonesa.
– ¿Qué hacía usted o que era, cuando Japón celebró los Juegos Olímpicos de 1964?
Era muy chico, tenía cinco años y como no había televisión en casa, casi no vi nada de estos juegos y es poco lo que he leído sobre este gran evento deportivo olímpico.
– ¿Qué espera con respecto a la actuación de los atletas salvadoreños en estos Juegos?
Queremos ver lo mejor de ellos, dando su máximo esfuerzo. Recientemente estuve en la ciudad de Fujisawa recorriendo las instalaciones deportivas y pude percibir mucho afecto y cariño para los atletas de El Salvador. Ellos (la gente de Fujisawa), están muy enamorados con los salvadoreños y estarán pendientes de su performance en estos Juegos. Debido a las restricciones locales por el coronavirus, nosotros como embajada no podremos hacer nada protocolar deportivo durante la celebración de estos Juegos. Tal vez lo hagamos después.
– Tras un sorteo ingrato, ¿qué espera de la pelea en boxeo entre la salvadoreña Argentina Solórzano y la japonesa, Irie Sena, una tercera guerra mundial?
No tanto así. El deporte es deporte, es una competición con dos atletas mejorando sus posibilidades, su talentos, sus poderes. Lo importante es el respeto de los contrincantes. Es una pregunta muy difícil de contestar, pero les deseo mucha suerte y que por su esfuerzo se ganen las simpatías.
– ¿Cuál es su lectura u opinión sobre este invitado inesperado, el Coviv-19, que ha venido a opacar y poner en riesgo la celebración de estos Juegos?
Es un fenómeno inevitable y no agradable, que creo ha sido mediáticamente exagerado con respecto a su realidad. Por ejemplo, nuestro país, Japón tiene 120 millones de habitantes, con 14 millones en Tokio y su cifra de muertos por este virus anda por los quince mil, desde que brotó este virus. El deporte tiene poder y considero que con todos los esfuerzos que se están haciendo todos los días, se terminará controlando este virus y ganando esta lucha.
– ¿Qué significa para Japón la organización de estos Juegos?
Es el primer gran evento deportivo universal que celebramos tras haber sufrido un potente terremoto que en el 2011 que dejó mucha muerte y destrucción en la parte oriental del país, incluso dañando una planta nuclear. La realización de estos Juegos pueden ser una señal, un símbolo o un mensaje de que con unidad y solidaridad la humanidad puede trasmitir energía y salir adelante en la lucha universal contra el coronavirus. .
– ¿Qué legado, qué herencia, qué ganará Japón al finalizar estos Juegos?
Aspiramos que por medio de la unidad y la solidaridad universal fortalecer los lazos de amistad y marcar la pauta del progreso.
– Deportivamente, cómo anda Japón y en qué lugar aspiran terminar en la tabla?
Bueno, somos humildes, somos modestos, pero aspiramos a hacer nuestro mejor esfuerzo y terminar lo más alto posible en el medallero final de los Juegos. No somos super potencia, pero algo tenemos. En beis tenemos posibilidades; en fútbol más o menos y en artes marciales no creo.
– ¿Tiene idea sobre cuánto están costando estos Juegos?
A través del tiempo se han manejado diferentes cifras, pero un aproximado podría ser entre 15 mil millones de dólares y 30 mil millones de dólares.
