Buenos Aires/AFP
Argentina se solidarizó el lunes con el pueblo y el gobierno de Grecia que afronta una crisis de deuda provocada según Buenos Aires por los ajustes del Fondo Monetario Internacional (FMI), que lo puso a un paso del default como le sucedió a Argentina en 2001.
El jefe de Gabinete argentino, Aníbal Fernández, sostuvo que la crisis griega «fue provocada por los ajustes del Fondo» y justificó el referendum convocado por el primer ministro griego Alexis Tsipras para el domingo con el fin de someter a consultas un paquete de medidas de emergencia.
«Los obligaron a tomar decisiones como bajar jubilaciones o reducir el gasto público, o algunas cosas ridículas: han cerrado la televisión pública, complicaciones de las que no sale con tanta facilidad», apuntó Fernández.
Según el jefe de Gabinete, Argentina ha vivido una situación similar y en estos momentos ve «que están esperando que a Grecia le vaya exactamente de la misma manera para empezar a rapiñarlos (robarlos, ndlr) como han hecho con todo el mundo», dijo Fernández en rueda de prensa.
Grecia falló en llegar a un acuerdo con sus acreedores (Banco Central Europeo, FMI y Comisión Europea) y podría caer en default el martes cuando debe reembolsar 1.500 millones de euros, a menos que se logre una salida de último minuto.
A diferencia del caso argentino, Grecia cuenta con el respaldo de un marco legal establecido en la Unión Europea para evitar las acciones de los fondos especulativos, conocidos como ‘buitre’, que atenten contra una reestructuración de deuda acordada por una mayoría, como fue el caso argentino.
Buitres en la sombra
Fernández insistió en que percibe «la sombra» de los ‘buitres’ en esta crisis griega.
Especialmente del fondo estadounidense Elliott Management «que desde diciembre de 2013 viene comprando papeles de Grecia, esperando que Grecia tropiece o se arrodille para comenzar a comerle todo lo que está alrededor como sucede con cada uno de los países que han tenido situaciones parecidas», dijo.
Argentina mantiene un litigio con fondos especulativos, entre ellos Elliott, que rechazaron dos canjes de deuda en los que el país sudamericano normalizó casi el 94% de su deuda.
Estos acreedores ganaron un juicio en tribunales de Nueva York, ratificado en 2014, para cobrar al contado 1.330 millones de dólares, pero Argentina se niega a cumplirlo por considerar que viola cláusulas de los canjes donde los acreedores aceptaron pagos en plazos con quitas sustanciales.
Grecia decretó este fin de semana feriado bancario y cambiario hasta el 7 de julio e impuso límites a los retiros en efectivo, medidas similares a las que adoptó Argentina en medio de la peor crisis económica de su historia desatada en diciembre de 2001.
La crisis económica argentina provocó un terremoto político y el 23 de diciembre de ese año declaró el default por casi 100.000 millones de dólares.
Tsipras «encontró la situación muy complicada de por sí y los obligaron a llevarla a una situación casi sin retorno», justificó Fernández.
«Ya lo vimos en la Argentina alguna vez con esa complicación, el hecho de buscar irse de los bancos con alguna complicación, ‘descalza’ (somete a corrida) a los bancos y los pone prácticamente en riesgo de quiebra», dijo Fernández.
El gobierno argentino considera que había que tomar una decisión como lo hizo el primer ministro griego.