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Apocalipsis y pandemia

German Rosa, s.j.

Ante tanta muerte a causa de la pandemia del COVID-19, se están presentando algunas interpretaciones de mal agüero del fin del mundo a partir del libro del Apocalipsis.

Pero, ¿la pandemia es el presagio del fin del mundo?, ¿es un mensaje pesimista y terriblemente mortífero el que se transmite en el libro del Apocalipsis?, ¿quiere Dios el dramático desenlace de la historia con la muerte indefensa de la humanidad por la pandemia, la violencia, la guerra, el hambre, etc.?, ¿la voluntad divina en el Apocalipsis expresa un mensaje que anuncia la destrucción ecológica y de la creación?

Ciertamente estamos terminando una etapa y recomenzando una nueva en la historia de la humanidad. El COVID–19 ha causado un amplio espectro de interpretaciones que van desde las posiciones finalistas de la historia con una perspectiva dramática, las teorías conspirativas de la creación del COVID–19 con fines políticos, militares o demográficos, las posturas negacioncitas de la existencia del virus que rechazan las restricciones del “distanciamiento social” y del uso de las mascarillas anti-covid y grupos políticos que priorizan la economía a costa de la seguridad sanitaria para continuar con el esquema del crecimiento irrefrenable de la producción y del comercio global, etc.

Tristemente el libro del Apocalipsis se hizo famoso más bien por sus imágenes espantosas de destrucción y de catástrofes. Sin embargo, estas son aspectos de un relato más amplio que lo quiere es suscitar esperanza.

“Apocalipsis” es un término griego que significa “revelación”. Dios nos revela “sus secretos” y sus planes para la historia. El autor presenta las revelaciones a través de visiones y símbolos empleando los recursos literarios de su época.

¿Por qué el libro del Apocalipsis causa pánico o especulaciones terroríficas?

Obviamente porque se hace una interpretación equivocada y desastrosa de los símbolos y el mensaje que intenta transmitir. El Apocalipsis no es un libro aterrorizante que pretenda causar el pánico y el pavor como los que ha provocado la pandemia del coronavirus. El Apocalipsis es un libro profético de esperanza cuyo contenido es liberador del mal, de la muerte, de toda forma de esclavitud humana y de la creación. No es un libro desencarnado ni espiritualista, es todo lo contrario. Está muy anclado en la historia y toma muy en serio el sufrimiento humano. Sin embargo, se requiere una lectura atenta y adecuada de las visiones y los símbolos para evitar discursos aterradores e infundados. Dios es un Dios de vida, de esperanza, de justicia y quiere la plenitud del bienestar de la humanidad.

¿Se puede decir que el libro del Apocalipsis tiene su propio género literario como existen otros, por ejemplo: la novela, la poesía, el cuento, el ensayo, etc.?

Sí, el libro emplea el género literario “apocalíptico” que tiene como finalidad animar a la comunidad y fortalecer el testimonio cristiano en tiempos de persecución con una espiritualidad de resistencia activa no violenta. El autor emplea un lenguaje mítico debido al peligro feroz de la persecución de los cristianos por parte del imperio romano que se hace adorar y procura ocupar el lugar de Dios. Por ejemplo, cuanto se habla de Babilonia se hace referencia velada a la ciudad de Roma, capital del imperio.

El dominio y el poderío del imperio romano en su tiempo fue asombroso (aparece descrito en los capítulos 17 y 18). El libro del Apocalipsis muestra el contraste de la visión del reino de Dios y la situación política y social del Asia Menor y en todo el mundo gobernado por los romanos en ese entonces.

¿Se puede comparar el libro del Apocalipsis con una tragedia griega?

El Apocalipsis no es una narración al estilo de las tragedias griegas, ni un relato fantasioso de dioses imaginarios proyectados más allá de la historia. Tampoco pretende satisfacer la imaginación de una conciencia mágica que interpreta a su antojo los últimos acontecimientos históricos antes del fin del mundo. En el libro del Apocalipsis, la historia es vista como un conflicto entre el bien y el mal, mostrando la capacidad destructiva del poder y del imperio romano en su contexto.

Pero, el autor da los argumentos para dar razón última de nuestra esperanza cristiana. No se trata de un escrito que presente un futuro nebuloso como si fuera una ficción sobre la fe, sino todo lo contrario, es un anuncio profético que afirma la verdad fundamental, que el mal, las catástrofes, las guerras, la violencia, los ídolos del poder y de la riqueza, todo esto pasará y al final prevalecerá el reino de Dios que Jesucristo ya ha comenzado en la historia de la humanidad. Para desentrañar la riqueza del mensaje, tenemos que apropiarnos del libro con los ojos de los perseguidos, de los mártires, de las comunidades cristianas que tienen hambre y sed de justicia y han puesto su fe en Dios y no en los ídolos… Con esta mirada comprendieron las primeras comunidades cristianas el mensaje de esperanza que está plasmado en el libro del Apocalipsis. El lenguaje simbólico expresa un mensaje de esperanza para los cristianos perseguidos que ellos comprendían perfectamente.

¿Cuál es el argumento de este libro de la Biblia?

El argumento despliega una visión histórica y trascendente con la finalidad esperanzadora de recrear la humanidad y la creación entera. El autor lo expresa así casi al final de la obra: “Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva – porque el primer cielo y la primera tierra, desaparecieron” (Ap 21,1). En el libro del Apocalipsis, Dios revela lo que quiere sobre Sí mismo, sobre la historia, sobre la salvación y liberación definitiva de la humanidad.

El libro del Apocalipsis fortalece en la persecución, anima en el martirio, y da razón de la esperanza última de los primeros cristianos afirmándola en la historia de la salvación. La salvación es para la humanidad y la creación entera, y prevalecerá sobre la persecución, la condenación, la muerte y el mal en la historia. Nos damos cuenta que el último libro de la Biblia trata de la historia del mundo y de toda la humanidad. Pero desde la perspectiva de la historia de la salvación y la victoria silenciosa de Dios mediante la muerte y el misterio de la resurrección del Jesús crucificado (Ver https://www.diariocolatino.com/la-esperanza-de-jesus-el-sueno-de-un-gran-pueblo/).

¿Cómo entender las catástrofes?

Las catástrofes que se narran en las visiones del Apocalipsis no son profecías que se deben entender al pie de la letra (Ap 6,12-17). El mensaje cifrado en estos eventos pretende mostrar cómo Dios actuará de manera excepcional en la creación y en la historia universal, y el énfasis es que finalmente el mal resultará irremediablemente vencido. El pueblo de Dios triunfará, triunfará la vida. El mal como fuerza destructiva se encuentra bajo el poder de Dios. Jesucristo crucificado y resucitado identificado con el Cordero  en el Apocalipsis (Ap 14,1), encadenó todas las potencias destructoras de la creación y de la historia de la humanidad. El libro del Apocalipsis no se concluye con una pandemia, ni una catástrofe, sino con la descripción poética literaria de la nueva creación, de los cielos nuevos y de la tierra nueva…

El libro del Apocalipsis toma en serio el problema del mal de la historia, pero no determina cuándo será el fin del mundo. Sí expresa que el bien y el mal están presentes como el trigo y la cizaña, pero que el mal ya ha sido vencido por Jesucristo crucificado y resucitado, y será extirpado de la historia y de la creación.

¿Cuál es la finalidad de todas las catástrofes?

El Apocalipsis describe tempestades, terremotos, guerras, catástrofes, destrucciones ecológicas, el poder destructor de las plagas y el extermino que éstas causan a la humanidad, fenómenos naturales y estelares, tribulaciones, persecuciones y martirio, para representar los sufrimiento presentes. Pero el acento está en la presencia, el consuelo y el triunfo de Dios en la historia que vence el mal y la muerte. Las distintas plagas evocan las plagas del Éxodo, preámbulo de la liberación del pueblo hebreo del imperio egipcio y también de la entrada en la tierra prometida. Este lenguaje es compresible para las comundidades cristianas perseguidas por el imperio romano en aquel contexto.

Todas estas descripciones simbólicas apocalípticas afirman que al final se consumará definitivamente el Reino de Dios que Jesús de Nazaret comenzó en la historia y, tal como nos percatamos, el fin de la historia no es el coronavirus…

Seguiremos dialogando sobre los temas fundamentales y los símbolos de este libro misterioso y apasionante. Esperemos que esta breve entrevista ayude a despertar el interés y la motivación para la siguiente.

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