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Yanuario Gómez
@DiarioCoLatino
Comerciantes del Centro Histórico de San Salvador afirmaron que las ventas disminuyeron hasta en un 50 % durante el período vacacional correspondiente a las fiestas patronales del municipio de San Salvador.
Algunos vendedores atribuyen esta disminución en la comercialización de productos a que durante las vacaciones, la mayoría de los salvadoreños destina una buena parte de su presupuesto familiar a viajes a diversos sitios turísticos del país, ya sea playa, montaña o
parques de diversiones.
“Las ventas estuvieron calmadas, como la gente en estas fechas se va mejor para las ruedas a disfrutar en familia y queda más solo todo lo que es el centro, ya cuando la gente regresa de sus vacaciones viene sin dinero y espera hasta el próximo pago para comprar”, dijo Reina Espinoza vendedora de bolsones y productos varios.
Además de la poca afluencia de clientes debido a las fiestas agostinas, otro de los factores de quienes a diario hacen de las calles de San Salvador su lugar de trabajo, señalan lo que causó reducción en sus ingresos es que la comuna capitalina les solicitó desalojar la calle Rubén Darío, arteria donde tradicionalmente circulan los desfiles.
Espinoza expone, que en su caso pasó de registrar ventas de hasta $200 en un día común y corriente a llegar “a penas” a cien dólares o menos durante las festividades en honor al Divino Salvador del Mundo.
Los vendedores informales o de carretas tampoco escaparon a las bajas ventas registradas durante los primero días del mes de agosto, ya que en promedio percibieron una disminución de entre cinco a diez dólares diarios.
“En el caso de las frutas y verduras ha estado un poco malo porque otros días uno saca entre quince y veinte dólares de ganancia; pero en estos días máximo se han vendido entre $10 y $15, lo cual nos afecta porque la mayoría de productos son perecederos”, afirmó Marvin Flores comerciante de los alrededores de la Plaza Cívica.
Para los vendedores del Centro Histórico si bien la disminución en las ventas es previsible porque ocurre todos los años durante y después de los períodos vacacionales de Semana Santa, vacaciones agostinas y de fin de año, constituye una dificultad a la hora de cumplir con sus compromisos con proveedores, prestamistas y agencias de crédito, ya que el flujo comercial tarda por lo menos un mes en recuperarse.
