Ramón Jiménez
MLnews
A casi un cuarto de siglo de firmados los Acuerdos de Paz que pusieron fin a la guerra civil, no rx tras doce años de encarnizadas luchas entre fuerzas beligerantes del FMLN y del ejército salvadoreño, prescription los nacionales de ese país todavía recuerdan ese 16 de enero de 1992 y lo celebran donde quiera que se encuentren dispersos en el mundo.
Así lo recordaron este sábado los salvadoreños que residen en el Distrito de Columbia y condados adyacentes en Maryland y Virginia, que juntos suman unos 500 mil, según cálculos de la Embajada ante la Casa Blanca.
Oradores invitados destacaron algunos hechos trascendentes logrados con la firma del histórico documento, que tuvo lugar en el Castillo de Chapultepec en México Distrito Federal.
“Es fácil, a 22 años de distancia, decir que los Acuerdos de Paz se quedaron cortos en garantizar todos los elementos necesarios para que El Salvador erradicara las causas totales que generaron el conflicto primero y luego la guerra”, señaló el escritor Grego Pineda.
“Pensar que los Acuerdos sólo silenciaron los fusiles y las bombas y que las partes firmantes no pudieron prever los escollos que luego surgieron o que no visualizaron las resistencias de algunos sectores a su implementación, es, sencillamente, querer juzgar la noche al día siguiente”, remarcó.
Reconoció Pineda que la ONU y el grupo de países amigos como México, Venezuela, España, Costa Rica, Colombia, Cuba, Francia y Nicaragua fueron importantes en la gesta histórica que ahora recuerdan. “El pueblo salvadoreño, agradecido como es, jamás olvida el apoyo recibido durante y después de esa noche obscura en que nos tocó vivir y algunos morir. Los que ofrendaron la vida por combatir, en uno u otro bando, ahora, este día, son recordados y se les da a ellos el crédito de haber suscrito, con su ejemplo, el espíritu de los Acuerdos de Paz y por lo tanto creadores del nuevo El Salvador”, puntualizó. Personajes que participaron en el proceso de pacificación y que asistieron a la celebración en Maryland como el obispo Medardo Gómez, de la Iglesia Luterana de El Salvador, y el reverendo Edgar Palacios, de la Iglesia Bautista Calvary de Washington, D.C., así como otros personajes de la vida política salvadoreña reconocen que lo principal de ese logro fue el fin de la hegemonía militar sobre la nación civil, el final de una larguísima época durante la cual fueron ahogados los ideales liberales de los Próceres de la Independencia de su país, en beneficio de una minoría opulenta, apoyada en la fuerza, que llegó a volverse insensible al clamor del pueblo laborioso y pobre. “Ese compromiso debe renovarse este día en que celebramos el veintidós aniversario”, destacó el obispo Gómez, quien se encuentra de visita en Washington. Todos reconocieron que con la firma de los Acuerdos desaparecieron los cuerpos de seguridad vinculados a las violaciones de los Derechos Humanos. Fue creada una nueva policía, profesional y respetuosa de la constitución y los derechos humanos.
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