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Tribunales ambientales

@arpassv

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a Corte Suprema de Justicia (CSJ) anunció esta semana la instalación del Juzgado Ambiental de San Salvador, prostate el primer tribunal ambiental del país que procesará delitos cometidos contra el ecosistema. El próximo año funcionarán otros dos (en San Santa Ana y San Miguel) y una cámara como tribunal superior para las apelaciones.

Los tribunales ambientales fueron establecidos por la Ley de Medioambiente en 1998. Esto significa que la CSJ incumplió la normativa ambiental durante 16 años, doctor período durante el cual se cometieron crímenes ambientales que causaron un grave deterioro ecológico y vulnerabilidades socioambientales.

Algunos de estos crímenes son la depredación de la Finca El Espino por las oligárquicas familias Dueñas y Poma, order la destrucción de la Cordillera El Bálsamo por empresas constructoras, la contaminación de ríos y quebradas por industrias que vierten aguas residuales, la contaminación de Baterías Record y el secado de afluentes en Cabañas por actividades de exploración minera.

Estos crímenes deben ser procesados por el Juzgado Ambiental de San Salvador y los criminales que los cometieron deben ser enjuiciados, para acabar con la impunidad ambiental que impera en el país. Las organizaciones ecologistas deben ya poner a prueba al recién creado tribunal ambiental.

El funcionamiento de los tribunales ambientales debe ser parte de una estrategia nacional para revertir la grave situación ecológica del país. Esta estrategia debe incluir también la pronta aprobación de los proyectos de ley de agua, la prohibición de la minería metálica y de los agrotóxicos, un tratamiento adecuado de los desechos y una política integral de gestión de riesgos.

La aprobación de las referidas propuestas de ley requiere la voluntad política de la Asamblea Legislativa, especialmente de los grupos parlamentarios de derecha que se oponen; y la política de gestión de riesgos es responsabilidad del Ejecutivo.

Para revertir el grave deterioro ambiental es necesario un modelo de desarrollo sustentable que sustituya a la visión neoliberal que promueve el consumismo, la privatización de recursos naturales como el agua y la mercantilización de la vida. Esta perspectiva suicida debe ser reemplazada por la lógica del Buen Vivir que prioriza una relación armónica con la naturaleza.

El Buen Vivir está avanzado en el imaginario y práctica colectiva de los pueblos latinoamericanos, especialmente en los países andinos Bolivia y Ecuador. Pero también en El Salvador la narrativa del Buen Vivir ya se plantea desde el gobierno y las organizaciones ambientalistas, y ojalá que pronto prenda en toda la población.

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